Sus cuadros reflejan su mundo interior. Dueño de una gran creatividad, sus trabajos han incursionado a lo largo de los años por distintas técnicas: óleo y acrílico sobre tela, collage intervenido, grabado, xilografía y óleo sobre papel cuché. “El arte es una carrera contra el tiempo. Todas las ideas que tengo las ejecuto, no espero”.
Por Macarena Ríos R./ Fotografías Javiera Díaz de Valdés
Para Felipe (55) hay dos tipos de pintores: “los que pintan y desarrollan siempre el mismo lenguaje por décadas y otros que van cambiando como el clima y están abiertos a otras técnicas”. Él pertenece a estos últimos.
“Para mí, el arte es un medio por el cual puedo expresar mi mundo interno con todas mis luces y sombras… es, también, una pasión, un estilo de vida, y lo tomo como un trabajo 24-7 con poco descanso; se trabaja diez para generar uno”.
Influenciado por los surrealistas, en sus obras comenzó a utilizar diversas técnicas como el frottage, el fumage y el collage, además de la asociación libre. Autodidacta en sus inicios, fue discípulo de Ernesto Banderas, Eduardo Vilches, Mario Soro y Mario Vergara. Con el tiempo fue esculpiendo su talento y creatividad, dos adjetivos que lo llevaron a forjar un nombre dentro del circuito artístico nacional.
Al descubrir la monocopia y la xilografía, su obra se complementó con lo gráfico y comenzó a realizar obras con menos colorido.
Un artista ¿nace o se hace?
Pienso que se nace con esa condición de ser artista y que, en algún momento determinado, y por algún tipo de presión social, se decide si se va a seguir de forma profesional o simplemente como un pasatiempo. En mi caso personal, a los catorce años tomé la decisión de dedicarme a la pintura.
Te defines como “posterior-nuevo-súper-renovado-surrealista”, aunque has dicho que ese movimiento no te define. ¿De qué va ese término?
Ese término se me ocurrió mientras daba una entrevista a una revista virtual, el año 2000, y podría añadir que hoy me defino así y con un toque de eclecticismo visual. A lo largo de mi carrera practiqué técnicas como el frottage, el fumage, el automatismo psíquico, la asociación libre. Llegué a dormir con el atril frente a la cama y sin bajar al despertar pintaba mi imagen interior, mi paisaje mental, andaba en busca de lo desconocido y de los abismos.
¿Qué materiales ocupas para tus creaciones?
En estos últimos años he estado dedicado al óleo y acrílico sobre diferentes soportes: madera, papel y tela, sin embargo, el óleo sobre papel cuché de 300 gramos es lo que más me acomoda por el momento.
¿Qué te inspira?
Me inspira el vasto mundo interno en el cual habito, donde encuentro todas mis luces y sombras de mi condición como ser humano. El mundo externo ha ido dejando de ser inspirativo para mí por la falta de estabilidad que veo y, en cambio, el mundo interno lo veo como algo muy sólido, estable y, la verdad, me fascina el hecho de poder entender más la condición humana sabiendo que puedo vivir en mi mundo personal con algunas interacciones con el otro mundo externo.
DESCENTRALIZAR EL ARTE
Felipe nació en Santiago, pero el 2003 se fue a vivir a Pucón, donde estuvo quince años. El 2019 se trasladó a la Región de Valparaíso y encontró en el sector de Los Pinos el lugar perfecto para vivir, desarrollar su arte y ofrecer talleres de pintura y grabado.
Hoy tiene una galería-taller donde le da tribuna a varios artistas de la zona. “Mi sueño era tener mi propio espacio, además de descentralizar el circuito del arte y aquí estoy. Soy de esos casos raros que puede vivir del arte en Chile porque he sido perseverante”.
¿Cómo es tu proceso creativo?
Cada día me dispongo a pintar la mayor cantidad de horas posibles para intentar desarrollar todas las ideas que tengo. A veces sigo las series que he estado haciendo, otras veces experimento con nuevas técnicas y temáticas.
¿Quiénes son tus referentes?
Víctor Brauner, Roberto Matta, Yves Tanguy y Peter Birkhauser.
¿Qué sientes cuando expones?
Cuando expongo siento que se cierra un ciclo y comienza otro.
¿Cómo ves el circuito nacional artístico?
El circuito artístico nacional lo veo desde mi submarino con mi periscopio como algo muy pequeño y competitivo, el cual está creciendo año a año y eso es bueno. Sin duda hay artistas nacionales bastante buenos en sus estilos y, obviamente, por pequeño que sea, es importante la difusión en el extranjero.
¿Qué se viene para este segundo semestre?
Estoy organizando una exposición erótica de pintura y fotografía aquí en la galería y, para octubre, la conmemoración de los cien años del lanzamiento del primer Manifiesto Surrealista de 1924 por André Bretón, para lo cual he preparado una sorpresa.