Mora Loutit: Sin culpas

Pastelería saludable

Con productos sin azúcar, sin refinados, keto y veganos, Mora Loutit se ha hecho famosa por ser una pastelería artesanal no solamente saludable, sino que con exquisitos sabores que nada tienen que envidiarle a la pastelería tradicional. “Para todos los amantes de los dulces, pero que no quieren sentir culpa, aquí encontrarán lo mejor de dos mundos”.

Por María Inés Manzo C. / Fotografía Javiera Díaz de Valdés y gentileza Mora Loutit

La historia de Mora Loutit comienza el 2017, en Concón, como un emprendimiento familiar, con preparaciones sabrosas, y especializado en la pastelería artesanal saludable. Desde entonces sus dueños —el matrimonio conformado por Maureen Loutit y Juan Pablo Fabres— se han dedicado a crear un negocio cercano con sus clientes y comprometido con su equipo de trabajo. “Desde el primer día quisimos marcar la diferencia, partimos con snacks saludables, preparados con las mejores materias primas, donde el buen sabor es un factor fundamental. La clave ha sido escuchar al público, ir creando a partir de sus preferencias, para que puedan comer algo tan rico como la pastelería tradicional, pero sin químicos”.

Sus recetas sin azúcar (endulzadas con alulosa), sin harinas refinadas (con harina de almendra, coco, avena, etc.) keto y veganas han llamado la atención de clientes que tienen dietas especiales y que también buscan una vida más saludable. “Chile es uno los países que tienen más enfermedades asociadas a la mala alimentación y, a pesar de que hoy existe una tendencia en alza a preferir lo sano, cuesta mucho cambiar la mentalidad cuando se trata de lo dulce. Por eso nuestros productos pueden ser consumidos por niños, por diabéticos, por quienes hacen dieta cetogénica, por veganos o por quienes no tienen ningún tipo de restricciones”.

COMPLEMENTO PERFECTO

“A mí todo el mundo me conoce como ‘La Mora de los pastelitos saludables’ y desde la universidad ya vendía mis preparaciones. Pero todo comenzó cuando me cambié de la carrera de Diseño de Ambientes a Administración Gastronómica Internacional, Durante siete años trabajé en el restaurante de comida india de mi hermano en Vitacura. Ahí me di cuenta de que me gustaba mucho la cocina y que quería vivir de ello. Lo emprendedora lo tuve desde chica, cuando vendía de todo, desde ropa, hasta relojes y cosméticos. Entonces, cuando por temas laborales con Juampi nos vinimos a vivir a la Región de Valparaíso el 2015, apenas se dio la oportunidad me lancé con la pastelería”, cuenta Maureen.

Así empezó cocinando sola desde su casa, vendiendo y repartiendo. Cuando se fueron sumando más clientes, y haciéndose conocidos por el “boca a boca”, comenzaron a ser proveedores de algunos cafés y se instalaron con un primer local en el sector de Los Romeros de Concón. “Por mi trabajo, que pude dejar oficialmente el año pasado, la Morita partió haciendo todo; yo la ayudaba en la semana para los cierres y los fines de semana. Pero también era mi sueño ser independiente. En ese sentido nos complementamos muy bien; ella siempre se ha encargado de las recetas. Es el corazón y el alma de la pastelería y yo, como buen ingeniero comercial, veo la parte administrativa y finanzas”, agrega Juan Pablo.

¿Qué fue lo que te motivó a trabajar en pastelería?
M: Siempre pensé que lo mío era lo salado, sobre todo por la experiencia con la comida india. Pero experimentar, el tener mi propio “laboratorio” para realizar las recetas lo más perfectas posibles me fascinó. Uno de nuestros fuertes es el manjar casero sin azúcar y desde que comencé ya he cambiado cinco veces la receta de los cheescake (ríe). En la pastelería hay que ser muy exacto, si te pasas en un gramo o un grado el resultado puede ser totalmente diferente. Además, es un desafío adicional trabajar lo dulce sin azúcar, pues requiere muchas pruebas, de ensayo y de error, tanto de ingredientes como de técnicas.

¿Cómo les ha resultado emprender en pareja?
J: Nos complementamos muy bien porque vemos áreas diferentes. Ha sido un desafío trabajar en matrimonio, porque uno tiene que aprender a separar la vida familiar del negocio y no llevarse el trabajo para la casa aunque cueste… y en ese lindo camino tuvimos a nuestro hijo Clemente (de un año nueve meses). Sabemos que somos una buena dupla, pero primero soy su marido antes que su socio (ríe).

¿Qué ha sido lo más complejo?
J: En Chile hay poco apoyo al emprendedor, entonces para abrir un negocio en el camino hay muchas trabas y permisos que se demoran meses. Hay que invertir casi a ojos cerrados y en los comienzos hacer de todo. Fue difícil, pero la constancia nos permitió ampliarnos con un segundo local mucho más grande y a la vista, en Av. Concón Reñaca, donde nos ubicamos actualmente.

¿Cómo han vivido la pandemia?
La pandemia redefinió nuestro negocio. En marzo del 2020, cerramos nuestras puertas para cuidarnos y cuidar también a nuestro equipo de trabajo. Nos mantuvimos así hasta agosto y fue cuando dijimos: “cerramos para siempre o partimos con todo en un nuevo local”. Aprovechamos la oportunidad, porque bajaron los arriendos y pudimos habilitar el local por los meses de gracia que nos dieron. Pedimos créditos y nos lanzamos. A pesar del escenario complejo de esta crisis tuvimos muy buena acogida del público que nos estaba esperando. Agregamos una buena página web (www.moraloutit.cl) para hacer los pedidos y un buen sistema de entrega a domicilio que funciona al igual que las aplicaciones con repartidores desde nuestro local hacia Concón, Reñaca y Viña del Mar.

POLÍTICA DE FELICIDAD

“Al igual que nuestro local creció el equipo; en cocina trabajamos con ocho personas, más mi hermano como jefe del área. Además de una persona en limpieza y dos chicas en recepción, quienes están a cargo de la atención a público y delivery. Para nosotros es muy importante mantener un buen ambiente laboral, por eso tenemos una política de felicidad que incluye bonos, ir ajustando sueldos, y poder salir antes si han cumplido sus metas del día. Esto nos ha permitido poca rotación de personal y un compromiso importante no sólo con nosotros, sino que con los clientes”, señala Maureen.

“Creemos que todo debe ser un complemento, desde los proveedores hasta la atención.  La gente nos reconoce como una pastelería familiar, porque sabe que somos nosotros mismos quienes les responderemos frente a cualquier requerimiento o problema. Además, les gusta mucho seguirnos a través de las redes sociales (Instagram: @moraloutit); ahí la Morita siempre está subiendo contenido, compartiendo recetas y dando concejos saludables”, agrega Juan Pablo.

Con una gran vitrina de productos frescos, que van rotando día a día, los más pedidos son los keto (alfajores, brownies, cheescake y tartas). En la selección sin azúcar hay rollos de canela, queques, muffins, tortas y sus propias versiones saludables de los famosos Snickers, Prestigios y Gansitos. Pero el producto estrella es la Torta Amor (hojarasca rellena con crema, frambuesas y manjar, sin azúcar, todo endulzado con alulosa) que hay que reservar con anticipación porque siempre se agota. Para regalo cuentan con preciosas cajas mix (con cinco productos) o la opción de The  Perfect Mix (con diez productos), ideal para compartir.

¿Por qué keto?
M: Los productos dulce keto (low carb) son muy difíciles de encontrar en otros lugares y a la gente les encanta. Yo misma he hecho dieta cetogénica, sin carbohidratos, y es mucho más fácil encontrar o preparar opciones saladas. Como lo dulce siempre lleva harina y azúcar comencé a experimentar con harina de almendra, por ejemplo, y el resultado es espectacular. Son productos muy saciadores, te comes un pedacito y no quedas con la sensación de querer comer más y más como sí ocurre con el azúcar y el clásico “bajón de hambre».

J: En toda nuestra cocina no escatimamos en los costos de producción. Trabajamos con buenas materias primas y ojalá de productores locales. Por ejemplo, el chocolate es alto porcentaje de cacao y eso hace una gran diferencia. Te llevas un producto rico y que te alimenta. Esa preocupación va desde las recetas, hasta la presentación de nuestras cajas que, además de ser bonitas, son de material reciclado. Prácticamente no utilizamos plástico, todo es reciclable.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Por ahora seguiremos innovando en recetas, por ejemplo, ya estamos trabajando en una barrita snack de pie de limón. Y para Navidad se viene nuestro clásico pan de pascua sin azúcar, con harina de almendra, coco y frutos secos. Buscamos seguir consolidándonos y creciendo, nos gustaría el próximo año abrir una sucursal en Viña del Mar y, en el futuro, en Santiago, porque tenemos muchos clientes. La gente nos prefiere y eso nos hace muy felices.