La Joya: Legado familiar

En su séptimo aniversario como restaurante, y con una historia familiar de más de cuarenta años de emprendimiento en Valparaíso, La Joya cuenta hoy con distintas empresas que incluyen La Joya Sánguches, La Joya Hostel, Paralelo Cowork, Don Berna Pizzas y, últimamente, La Joyita Burger. Un nuevo punto de encuentro para los amantes de las hamburguesas en Viña del Mar.

Por María Inés Manzo C. / Fotografía Javiera Díaz del Valdés.

A los pies del cerro Barón de Valparaíso —y en toda una esquina, entre las calles Pasaje Quillota y Eusebio Lillo—, La Joya se ha convertido en una marca querida y reconocida del Barrio Almendral. Con restaurante, hostal, cowork y pizzería, son una empresa familiar que se ha ido reinventando a lo largo de los años.

“Mi papá, Bernardo Oroz, tenía una panadería en el Pasaje Quillota de Valparaíso, que se llamaba Erro. Por más de cuarenta años estuvo a cargo y, como panadero, amaba su trabajo. Desde que yo era chico,  lo veía trabajar día y noche; cómo tenía su negocio y ser su propio jefe… y de alguna manera siempre pensé que por allí iría también mi camino. Por eso, después del colegio, quise estudiar Ingeniería Comercial en la Universidad Adolfo Ibáñez y ver de qué manera podía emprender”, cuenta Esteban Oroz Pusic (37), dueño de La Joya.

“Cuando tenía tres años, la panadería se quemó y nuestra casa también porque estaba en el segundo piso. Perdimos todo, pero mi papá se levantó desde cero. Nuestra antigua casa se convirtió en bodega, para la producción de pan de pascua y pan de molde, que se compraba mucho en esa época. Pasaron los años y mi papá siempre ideaba negocios, hasta que, el 2010, se le ocurrió construir, ahí mismo, una residencial de dieciocho habitaciones para estudiantes, con volúmenes de dos pisos tipo loft. Por la cercanía que tenía con las universidades, en un sector comercial que en ese tiempo estaba mucho más activo, se veía rentable, pero el proyecto estuvo seis años detenido hasta que se pudo echar a andar”, recuerda.

¿Ahí nace La Joya?
Así es, yo egresé de la universidad el 2012, pero al comienzo no me involucré mucho en esto porque hice algunos proyectos personales y mis hermanos estudiaron otras carreras. Mi papá siguió con su panadería (trabajó hasta los ochenta y seis años) y en el 2016, con el apoyo de mi mamá, Elizabeth Pusic, más la asesoría de un excompañero de la universidad, Leonardo Zúñiga, creamos el concepto y la marca La Joya.

Fue así que con el estudio creativo Zúñiga Studio se hizo una remodelación total y se creó La Joya Hostel, como un primer negocio, tomando como base el proyecto original, pero pensado para jóvenes viajeros, bajo un concepto vanguardista y moderno. Se mantuvo la idea del loft con áreas comunes amplias y cómodas e integración de diversos servicios para los turistas. “De inmediato recibimos muy buena acogida y surgió también el proyecto de Paralelo Cowork, un espacio de trabajo para emprendedores, organizaciones y empresas. Con catorce oficinas, sala de capacitaciones y de reuniones, es ideal para establecer contactos y traer equipos completos desde otras regiones. Se pueden hospedar en el hostal, usar las salas y comer en el restaurante. Ese es un plus que no tienen todos. También hemos invitado a muchos emprendedores a dar charlas y la junta de vecinos, es importante generar redes que ayuden a la ciudad”.

SABORES Y RECUERDOS

“La Joya Sánguches es un restorán con sabores, recuerdos y rincones porteños. Si bien fuimos aprendiendo sobre la marcha a manejar un negocio de estas características, queríamos partir con un producto que era tendencia entonces y que lo sigue siendo: la hamburguesa. De a poco fuimos agregando distintos tipos de tragos de autor, sánguches, cervezas, tablas para compartir, chorrillanas, platos, ensaladas y postres. Hoy somos una marca consolidada y reconocida en Valparaíso, la gente nos busca y nos prefiere”.

¿Cómo ha sido trabajar en familia?
Un aprendizaje, mi gran escuela fue mi papá. Está a punto de cumplir noventa años y cuando él se retiró, se cerró la panadería, pero siguieron los proyectos familiares en pie. Los primeros años con la ayuda fundamental de mi mamá, que hoy sigue presente como parte del directorio. También mi primo, Josip Pusic, mi brazo derecho en todo el proceso y en los distintos negocios. No puedo dejar de mencionar a mi señora, Carolina Castro, fuimos papás hace diez meses, y ha sido mi gran apoyo.

A pesar de todos los desafíos de estar en Valparaíso han seguido adelante…
Sí, el 26 de enero cumplimos siete años, hemos pasado por altos y bajos, crisis económicas, el estallido social y la pandemia que fue demoledora para tantas empresas. Hemos visto desaparecer y emigrar a tantos vecinos y conocidos, pero tenemos una fuerte convicción de recuperar nuestro barrio, de seguir emprendiendo en una ciudad que, a pesar de todo el daño que ha sufrido, sigue teniendo un gran potencial turístico y gastronómico.

“También hemos sabido aprovechar las oportunidades, de reinventarnos. Al comienzo de la pandemia tuvimos que desarrollar nuestro delivery. Era la única fuente de ingresos, todo lo demás quedó congelado. El primer año salí yo mismo a repartir y me quedé con un equipo, muy reducido, en cocina y operaciones. Pero eso nos permitió movernos de Valparaíso a otras zonas y conocer distintas realidades. Teníamos pedidos de casas muy acomodadas y de otras más humildes; ahí me di cuenta de que nuestro producto era de gusto general”.

Al finalizar la pandemia, la alta demanda del restaurante y el delivery los llevaron a crear un centro de producción especializado en los pedidos para llevar, una dark kitchen que hoy se llama La Joyita Burgers. “Hicimos una cocina nueva para smashed burgers, es decir, hamburguesas más delgadas semejantes a las de la comida rápida, pero con nuestros mismos productos, salsas y calidad”.

¿Qué diferencia a sus hamburguesas?
Elaboramos nuestro propio pan, hamburguesas (cien por ciento de carne angus), pepinillos y lactonesa (mayonesa a base de leche, sin huevo); esa fusión de sabores propios e ingredientes de excelente calidad es incomparable. Una de las favoritas es la Playera (hamburguesa de res, queso Mozzarella, guacamole, camarones al ajillo y lactonesa de ajo), pero también tenemos más de veinte opciones de hamburguesas y sánguches para todos los gustos, incluidos vegetarianos.

En cuanto a la coctelería de autor, destacan el Fresco Chileno (pisco Republicano, triple destilado, albahaca, pepino, syrup de jengibre, lima y soda) o el Deleite Patagón (Trakal, triple sex, lima, syrup de Calafate, mix de frutos rojos y soda), entre otras novedades.

DON BERNA Y LA JOYITA

Hace dos años, y en honor al patriarca de la familia, nació un negocio paralelo y complementario: Don Berna Pizzas. “Este un homenaje en vida a mi papá y al espacio que ocupa, que por más de un siglo fue una panadería, primero de inmigrantes españoles y, desde los años setenta, de mi familia. Es la tradición de las masas que queda presente. Son pizzas a la argentina, al trozo, de masa gruesa y esponjosa, con ingredientes y sabores variados (formato individual y familiar). También tenemos picoteos, postres y empanadas”.

¿Cuándo deciden expandirse a Viña del Mar?
Originalmente pensábamos movernos hacia Quilpué, Villa Alemana o Quillota, pero justo se dio la oportunidad en el centro comercial Espacio 6 Poniente (6 poniente 626). Fue así que inauguramos dos locales en conjunto: La Joyita Burgers y Don Berna Pizzas, en Viña del Mar. Acabamos de abrir a fines de febrero. Tenemos muchos clientes de aquí y esto nos ayuda también a ampliar nuestro radio de delivery en ocho kilómetros y hasta Reñaca. Es una apuesta de comida rápida, con una carta más acotada, pero donde también tenemos la opción de comer en las mesas. Estamos recién empezando y esperamos tener una buena acogida. En esa línea queremos seguir consolidando la marca, por eso también acabamos de hacer una renovación total de estética en La Joya Sánguches, dándole mucho más énfasis a elementos porteños y en honor a la Joya del Pacífico.

www.lajoyasanguches.com
www.instagram.com/lajoyasanguches
www.lajoyitaburgers.cl
www.instagram.com/lajoyita.burgers