Equidad de género en el ecosistema emprendedor: ¿cómo fomentar un ambiente más inclusivo?

Por Alejandra Mustakis, emprendedora

Actualmente, fomentar el emprendimiento femenino no sólo es una demanda de género, es también algo que puede beneficiarnos a todos como sociedad. Diversos estudios internacionales aseguran que los emprendimientos de mujeres son mucho más ordenados y rentables, presentan el doble de probabilidad de supervivencia, duran más, registran menos deudas y tienden a ser más solventes y responsables en la devolución de préstamos o créditos.

Hoy vivimos en un mundo donde las mujeres pueden capacitarse, desarrollar proyectos e impactar positivamente. El problema es que, pese a estos avances, aún existen brechas de género que obstaculizan el progreso. Según el reporte Global Entrepreneurship Monitor (GEM) de 2023/2024, los expertos de 37 de las 48 economías incluidas en el estudio calificaron de insatisfactorio el apoyo social a las mujeres, mientras que el miedo al fracaso sigue siendo un obstáculo para la creación de nuevas empresas, especialmente para el público femenino. Y la causa de esto no es la falta de motivación. En todo el mundo existen mujeres que necesitan aumentar sus ingresos y abrirse a la posibilidad de hacer algo que les gusta, pero como sociedad tenemos una gran tarea pendiente en apoyarlas para compatibilizar el tiempo familiar con el laboral, y entender que no somos las únicas a cargo del cuidado de los hijos o de los adultos mayores, sino que se trata de una responsabilidad compartida.

Esta doble labor genera agotamiento, estrés y, muchas veces, malabares para poder cumplir con todos los pendientes. Pero, también, aumenta las diferencias. Por ejemplo, una investigación realizada en 2023, por Chile Converge, reveló que un 56% de los emprendimientos femeninos son informales, mientras que el 32% están formalizados y 13% se encuentran en proceso de formalización, con interés por seguir este camino. Para la mayoría de los hombres iniciar un negocio y formalizarlo es mucho más fácil y rápido: cuentan con la posibilidad de enfocarse en ellos en jornada completa y aun cuando tienen hijos, confían en que su pareja es la que está a cargo de los cuidados.

A nivel normativo, urge poner, masivamente, en práctica leyes como la de conciliación de la vida laboral, familiar y personal, que tal como lo dice su nombre, entró hace un mes en vigencia para ayudar a fortalecer el empleo femenino y entregar herramientas para compatibilizar el ámbito laboral, personal y familiar, permitiendo a las mujeres el derecho al trabajo a distancia o teletrabajo. El cambio también es necesario dentro de los hogares, aumentando la corresponsabilidad o el reparto de responsabilidades en las tareas domésticas, la organización y la protección de los niños, con el fin de distribuir, de manera justa, los tiempos de mujeres y hombres para que ambos puedan dedicarse a la familia y a sus profesiones o proyectos.

ONU Mujeres asevera que cuando ellas poseen las mismas oportunidades, se evidencian diferencias sustanciales para la economía, como la suma de hasta 28 trillones de dólares al PIB mundial, o un 26% de aquí a 2025, si tuvieran la misma presencia en el mercado laboral que los hombres.

Confío en las nuevas generaciones, que traen una nueva mirada y son más conscientes del intercambio de roles cuando es necesario, para que hombres y mujeres puedan emprender con igualdad y una cancha más pareja en todo sentido. Confío en que el panorama mejore en los próximos años y existan más de nosotras liderando sus propios negocios con la tranquilidad de contar con una red de apoyo y soporte para impulsar planes que no tengan límites.