Después de darse cuenta de que los niños necesitan más actividad al aire libre, contacto con la naturaleza y ejercicio, Héctor Palacios fundó Pequeños Sobre Ruedas, una empresa que lleva grupos de niños de dos y medio a diez años a una aventura por el cerro en bicicleta y si no saben andar, se les enseña de manera respetuosa.
Por Soledad Posada M. / Fotografías Sonja San Martín D.
De la mano de sus madres o padres, llegan los niños a Pequeños Sobre Ruedas, algunos entusiasmados, otros quieren seguir pegados a las “pantallas”, pero Héctor Palacios no se rinde y logra que los chicos avancen en el uso de la bicicleta y que, en su gran mayoría, quieran repetir la experiencia. Así, hace dos años, después de titularse de ingeniero civil hidráulico y de pasar una temporada en Las Trancas, en la cordillera de Chillán, trabajando con su familia en un arriendo de cabañas donde también hacía tours guiados, decidió empezar esta idea de llevar a los pequeños a andar en bicicleta al bosque. Una actividad que él mismo realiza desde que tiene memoria.
En Pequeños Sobre Ruedas trabajan también monitores, que guían los paseos de acuerdo a la idea de Héctor, donde siempre debe imperar el concepto de crianza respetuosa, principalmente en el respeto a los tiempos de aprendizaje de cada niño.
¿Cómo nació Pequeños Sobre Ruedas?
Todo partió con nuestro hijo Mateo, que aprendió a caminar a los diez meses cuando trabajábamos en las cabañas de un amigo en Las Trancas. Ahí, desarrolló un equilibrio increíble entre las raíces y rocas del bosque, potenciando plenamente todos sus sentidos. Cuando tenía un año, ya casi corría y mi hermano, socio de la tienda Multibike, le regaló una bicicleta sin pedales que ha sido su obsesión hasta el día de hoy. A los dos años logró pedalear sin rueditas laterales, en una bici aro 12, en un par de salidas. Ese verano surgió la idea con Ally, mi pareja, y mi hermano, de crear un taller de iniciación en el ciclismo para los más peques. Hicimos un programa, lo empezamos a promocionar en la tienda. De salir con tres niños en una semana, pasamos hoy en día a más de sesenta, y manteniendo la atención personalizada que nos caracteriza.
¿Qué beneficios trae para el niño participar en esta actividad?
Como le explico siempre a los padres, para mí el beneficio más importante es que los niños estén al aire libre, reencontrándose con la naturaleza. La bicicleta es el medio para hacer esto y, por supuesto, tiene grandes beneficios. Gracias al ejercicio combatimos el sedentarismo, obesidad y la adicción temprana a la tecnología. Son múltiples los estudios que dan cuenta de lo perjudicial que son las pantallas en los más pequeños, por lo que mantenerlos entretenidos al aire libre, aprendiendo mientras juegan, es esencial. En países, donde la educación es más exitosa, se le da mayor importancia a la estimulación temprana en la naturaleza. Los niños asisten a los “Bosque Escuela”, donde aprenden todo jugando al aire libre, interactuando entre ellos y con los distintos elementos que se encuentran en el exterior.
¿Qué actividades se realizan durante la hora y media de paseo en bicicleta?
Una vez que ya llegaron todos al punto de reunión, nos vamos en equipo al bosque y, según la categoría, realizamos distintas dinámicas en la bicicleta, tales como: misiones de rescate, búsqueda de objetos, superación de obstáculos y envíos de mensajes, entre otros. Damos énfasis a centrar la atención a los elementos del ambiente circundante, aves, insectos e integrarlos a los juegos, dando rienda suelta a la natural curiosidad infantil. Los menores de siete años siempre quieren jugar, por eso estimulamos la imaginación de cada uno para que sea una aventura completa, utilizando la modalidad de equipo, así fomentamos la cooperación. A mitad de clase, hacemos una colación todos juntos, compartiendo fruta, para luego seguir con más juegos sobre la bicicleta, interpretación ambiental de elementos del bosque y finalizamos con un poco de yoga para niños en el “círculo de despedida”.
CRIANZA RESPETUOSA
¿Cómo llevas a la práctica, en tu emprendimiento, la crianza respetuosa?
Son muchos, y seguimos aprendiendo, los tips para llevarla a cabo. Lo principal es validar sus emociones y no presionarlos a hacer cosas que no quieren. Nuestro desafío es motivarlos con juegos a que intenten cosas nuevas y que así se vaya logrando el aprendizaje en bicicleta. Ante una caída, por ejemplo, la típica reacción de un adulto es “No pasó nada. ¡Arriba, arriba!”. Lamentablemente, esto está lejos de ser lo que el pequeño necesita, por lo que nosotros nos damos el tiempo de acercarnos bien a ellos, entregarles contención emocional, validar sus emociones con un “uf… es duro aquí, debe haber dolido, ¿estás bien?”, y luego invitarlo a reintegrarse en la actividad. También, adelantarse a posibles conflictos es una estrategia importante para un desarrollo armónico de la actividad. En ese ámbito, hemos de a poco desarrollado algo así como un sexto sentido que nos permite vislumbrar estos momentos y actuar con rapidez.
¿Qué requisitos deben cumplir los asistentes al taller?
¡Por sobre todo, ganas de querer jugar al aire libre! Y por supuesto, una bicicleta en buen estado, casco y mochila con botella de agua. Les prestamos implementos, si necesitan al principio, pero motivamos a los padres a tenerles una bicicleta personalizada para que no sean sólo salidas con nosotros y ojalá realicen muchos paseos en familia, que son los más importantes.
¿Qué dificultades has tenido para desarrollar tu emprendimiento?
El trabajar con niños en invierno es complejo, porque no podemos salir los días de mucha lluvia o hay muchos resfríos y otras enfermedades que disminuyen la asistencia. Y como además nuestra política es que nadie pierda clase, entonces a veces me veo un poco perjudicado económicamente, pero es un costo asumido. Espero para el próximo invierno tener infraestructura que nos permita desarrollar la actividad independiente del clima.
¿Cómo vislumbras el futuro de los emprendimientos outdoor?
¡Glorioso!… Espero que como sociedad nos demos cuenta de la importancia real del volver a conectarnos más con la naturaleza. Y si tiene que partir con emprendimientos, espero que los outdoor se sigan poniendo de moda.
¿Cuáles son tus planes?
Hay muchas ideas que se nos vienen a la cabeza, pero en general prefiero no hablar antes de tiempo, pero por supuesto las ganas de seguir en esto cada día crecen. Una meta próxima es lograr incluir a niños de diferentes sectores a esta actividad y lograr que sea un taller más inclusivo.
“Son múltiples los estudios que dan cuenta de lo perjudicial que son las pantallas en los más pequeños, por lo que mantenerlos entretenidos al aire libre, aprendiendo mientras juegan, es esencial”.
“Motivamos a los padres a tenerles una bicicleta personalizada para que no sean sólo salidas con nosotros y ojalá realicen muchos paseos en familia, que son los más importantes”.