Hotel Casavino: Detener el tiempo

Una invitación para relajarse, desconectarse de la ciudad y disfrutar las bondades de la naturaleza es la propuesta de Hotel Casavino de Casablanca. Con sólo cinco casas ubicadas al interior de un viñedo, este especial hotel boutique fue construido en altura para disfrutar de las increíbles vistas del valle. Pero su apuesta más grande es The Cave of Wine, que ha sido elogiada internacionalmente como una parada turística imperdible.

Por María Inés Manzo C. / Fotografía Javiera Díaz de Valdés. 

«Hotel Casavino surge hace doce años, por una conversación con un enólogo amigo, que venía al valle de Casablanca y no tenía dónde alojarse. Como justo en ese tiempo me encontraba fuera de Chile por vacaciones, le dejé las llaves de mi casa. Al regresar me dejó una nota agradeciendo la estadía. Quedó maravillado con la decoración y arquitectura peculiar; la vista, la tranquilidad, los caballos y el proyecto que tenemos en nuestro terreno con el Centro Crin que atiende, hace veintitrés años, a niños con discapacidad mediante hipoterapia. Fue así que decidió dejarnos una donación y supe que había que hacer algo más en este lugar”, nos cuenta el publicista Alfonso Barros, dueño y creador de Hotel Casavino.

“En el valle había una necesidad de alojarse, pero no en un hotel tradicional. En ese entonces no había ningún hotel boutique inmerso en la naturaleza. Así nació el concepto de ‘detener el tiempo’ como base fundamental, es decir, disfrutar la vida, sin apuros. Poder tomar la siesta, conversar, disfrutar del atardecer, la noche y el fuego con tu pareja”.

A tan sólo siete kilómetros de la plaza de Casablanca, pareciera que estuviera muchísimo más lejos, pues no hay contaminación lumínica, no se escuchan autos ni ruidos de la ciudad, sino más bien el canto de las aves y la brisa entre los viñedos. Alrededor, se pueden encontrar con facilidad conejos, codornices, zorros y lechuzas. “Hemos encontrado también yacas, pequeños marsupiales, muy parecidos al monito del bosque, y que actualmente casi están extintos en Chile. Somos muy amigables con el medio ambiente, no ocupamos venenos, reciclamos el agua y tenemos paneles fotovoltaicos para toda la energía eléctrica”.

HOTEL BOUTIQUE

El proyecto Casavino comenzó con cuatro casas ecosustentables: Casatoya (en honor a la abuela de Alfonso), Casapablo (en honor a Pablo Neruda), Casa Columpio y The Cave of Wine. Luego se incorporaron Residencia y Casita Amor en una misma unidad. “Inspirado en el concepto americano de un hotel rural y sin niños, cada una de las casas las diseñé y construí pensando en un sentido común que es la comodidad, la tranquilidad y el silencio, pero también con identidad propia para que sean experiencias diferentes”.

La construcción respetó los arboles del lugar y se tocó el entorno lo menos posible, por lo que es normal ver ramas sobre sus terrazas panorámicas al valle. En todas se puede encontrar una cama king, baño privado, parrilla y bicicletas para pasear por el viñedo. En general, predomina la madera y el fierro, con decoraciones sencillas y a la vez acogedoras, donde resaltan las antigüedades, los elementos recuperados y restaurados.

También hay rincones muy interesantes. En Residencia, por ejemplo, se encuentra una mesa de comedor pintada por Omar Gatica y los caballos del escultor Josué Gerli; uno de ellas es “Augusto Frisón” que da la bienvenida a los huéspedes. “Este fue un regalo en honor a uno de mis caballos regalones que murió de viejito, y representa el amor y el gran cuidado que tenemos hacia estos nobles animales”.

Entre Casatoya y Casapablo hay un precioso mirador, con dos marcos de madera especial para sacarse fotografías y un deck de madera, rodeado de esculturas, una mesa y sillas, perfecto para tomar desayuno o un aperitivo antes de la cena. Pero uno de los grandes atractivos es Casa Columpio, que haciéndole honor a su nombre tiene en la orilla de su terraza un columpio colgando. “He tenido la oportunidad de viajar por muchísimos países y conocí distintas experiencias de niños, pero enfocadas en adultos. Esta es una invitación para atreverse, dejar el vértigo atrás y volar por unos instantes. Al comienzo muchos tienen miedo y después no quieren bajarse”.

THE CAVE

Un punto aparte es The Cave of Wine, una construcción que se encuentra bajo tierra, en tres niveles (el último con salida a una terraza) y donde la sensación es de realmente estar durmiendo al interior de una cueva. “Cuando estuve en Capadocia (Turquía) me encantó vivir bajo tierra y pensé: ¿Cómo es posible que en Chile, con tanta cordillera, no podamos tener esa experiencia? Además, tenemos una importante tradición minera y somos mundialmente conocidos por ello”.

The Cave of Wine ya tiene ocho años y para su construcción se sacaron más de cuarenta camiones de tierra. Al entrar, en completa oscuridad, la temperatura baja notoriamente, sin importar el calor del valle. Llama de inmediato la atención la puerta de madera y vidrio recuperada de una casona de Valparaíso, las picotas y palas en las paredes, la balanza, y las lámparas antiguas que llevan al comedor.

En el segundo piso, sin ventanas, hay un columpio colgando al lado de un gran armario y una antigua tina pata de león para darse un relajante baño. Las vigas de roble a la vista y un lavamanos de piedras de río, acompañan una gran cama con respaldo de fierro. Y en el tercer piso una amplia terraza, con reposeras, bancas y un fogón.

“El 2016, llegó una pareja de arquitectos alemanes, quienes quedaron tan maravillados que nos pidieron autorización para llevarse fotografías y videos y postular a The Cave of Wine para la Bienal de Alemania. Gracias a ello, nos ganamos una mención honrosa que para nosotros fue muy importante, porque, además del reconocimiento, hicieron un completo catastro de diseño y materiales. En estos años nos han visitado muchos turistas nacionales y extranjeros, incluyendo reconocidos actores y artistas”.

COCHE DE CABALLO

Para complementar la experiencia está la opción de que los huéspedes puedan recorrer el viñedo y Casablanca en coche o en un precioso carruaje, con techo cerrado, que data de 1800 y que Alfonso se trajo de un castillo en Alemania. Un servicio que también se ofrece para quienes se casen en el valle o en otras regiones.

“En línea al hotel boutique nosotros vamos al paso y la velocidad de los caballos. Toda la vida me han apasionado estos bellos animales. Fui seleccionado de equitación, hice enduro ecuestre y participé de varios mundiales. Incluso me llamaron para ayudar en el funeral de la reina Isabel II. He tenido la suerte de recorrer Chile a caballo, actualmente tenemos de raza árabe, noruega y chilena… pero los que me gustan son los frisones, pues son de montura noble, y su color negro azabache y elegancia son cautivadores. Hace quince años trabajo con ellos y son los que llevan a Coche de Caballo, un emprendimiento que nació por hobbie y con un objetivo social para apoyar las becas del Centro de Hipoterapia Crin y a los vecinos de Casablanca en el coche funerario municipal de manera gratuita”.

“Nuestro próximo desafío es construir un torreón-taller e invitar a distintos artistas de la zona para hacer actividades los fines de semana y que los vecinos puedan pintar, soldar o hacer cerámicas, por ejemplo. Hay mucha gente talentosa y artistas que se pierden en las zonas rurales y creemos que es importante potenciar el área cultural en Casablanca”.

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Camino Lo Ovalle km 7(ruta F850)
Hacienda Casablanca, Casablanca