Fue en septiembre de 2010 cuando por fin lo entrevistamos. Aceptó ser nuestro columnista desde nuestra primera edición y mes a mes nos recordaba particulares capítulos de nuestra historia nortina. Pero era justo y necesario que nuestros lectores supieran algo más de su pensamiento, palabra y obra. Hoy, diez años después nos toca despedirlo. O más bien, decirle “hasta pronto”, recordando sus lúcidas respuestas, su risa contagiosa y su potente legado. Gracias por todo Floreal Recabarren Rojas, ilustre nortino, diputado, regidor y alcalde, profesor y sobre todo, amigo.
“Somos un pueblo extractivo dedicado casi exclusivamente a la minería. Primero fue el guano, luego la plata, el salitre y después de la Segunda Guerra Mundial el cobre fue protagonista y hasta hoy lo sigue siendo. Pero ¿qué pasa si por esas cosas de la vida y la tecnología desaparece el mercado del cobre?, ¿qué vamos a hacer?, ¿el último que se va apagará la luz? yo creo que no. Creo que Antofagasta es vital para un nuevo mundo y nosotros somos los llamados a evidenciar esto”.
“Antofagasta puede ser el gran pasadizo hacia el futuro. Ya contamos con experiencia y podemos lograrlo”.
“Como los ciudadanos no se preocupan, las autoridades tampoco y son ellos quienes deberían velar porque nuestra región y nuestro país tengan sustentabilidad y puedan proyectarse al futuro”.
“Nos faltan líderes. Es cosa de ver nuestra realidad en la región. Hoy incluso tenemos representantes que no son de acá. Benditos sean en su tierra, pero alguien que no conoce nuestra cotidianeidad, no puede saber a ciencia cierta nuestras necesidades. Comprender nuestra naturaleza como grupo social es vital para pensar la región de otra manera. Creo que quienes nos dirigen son personas honestas y correctas, pero lideres no son”.
“Un líder, sobre todo el líder político, es el que se da cuenta de las circunstancias en que está viviendo y es capaz de conducir a su pueblo, porque los suyos le creen y confían en él. ¿Cómo salieron los israelitas del desierto?, siguiendo a Moisés, porque nunca dudaron que los llevaba a la tierra prometida”.
“Lamentablemente, nuestra región es como una vaca lechera y todos estamos ahí esperando la leche merengada que nos da. Pero no se nos vaya a enfermar la vaca, porque si no tenemos una alternativa concreta, vamos derechito al fracaso”.
“La cosa política de antes era mucho peor que ahora porque combos era lo menos que podía pasar si uno se enfrascaba en una conversación con un rival. Si hasta había duelos. Era todo muy ideologizado porque todos nos creíamos capaces de hacer el mundo de nuevo y crear un mundo perfecto”.
“Me doy cuenta con los años que no existe el mundo perfecto, pero si podemos mejorar el que hoy nos cobija. Debemos luchar por un mundo en que todos tengan opciones, donde todos aporten, que la gente sea útil siempre. Debemos luchar porque la gente entregue lo que aprendió en la vida, sobre todo en el norte, porque el desierto es difícil”.
“Este pueblo ignora su historia y a nadie parece importarle”.
“Tiene que haber un conocimiento de las propias raíces para que las personas adquieran título de domino de su pasado”.
“Es un mundo en que los jóvenes no asumen compromisos, porque no han tomado la conciencia de que son los constructores del futuro. Y nosotros tampoco se los hacemos saber. Pero dime tú… un joven que no vota, que no se preocupa de lo que va a pasar en su país ¿Qué nos espera?”.
“Antes nos enamorábamos de nuestras causas e ideales y hacíamos todo lo posible por conseguirlos”.