Desde su trinchera, Verónica trabaja incansablemente para que el teletrabajo y la flexibilidad laboral sean una realidad para miles de mamás que hacen malabares para compatibilizar trabajo y crianza. Esa es su bandera de lucha: buscar políticas públicas que humanicen la maternidad, derriben mitos e incentiven la coparentalidad. “Es sabido que adultos estresados y cansados no conectan con las necesidades emocionales de los niños, niñas y adolescentes. La salud mental infantil y adolescente en Chile es similar a países de posguerra, lo que deriva en problemas de salud mental y violencia intrafamiliar. Hoy tenemos una maternidad, infancia y adolescencia enferma. Debemos sanar nuestro país”.
Por Macarena Ríos R./ Fotografías gentileza entrevistada
Movida y entusiasta, esta ingeniera comercial, mamá de cuatro, renunció a la Fundación ChileMujeres para darlo todo en su candidatura como constituyente por el Distrito 11. “Yo tenía muchísima hambre de aportar a un país dividido, pero mirando hacia atrás fue una locura. Competía con personas muy conocidas y a mí me conocían bien poco. Me endeudé con plata que no tenía. Para no dejar de ver a mis niños, hacía campaña en todos los semáforos que podía con ellos y después nos íbamos a comer algo y conversábamos de lo que habíamos aprendido. Me acompañaron a muchísimas villas y tomaron once con muchas personas que, amablemente, nos abrieron sus puertas. La campaña nos unió como familia y eso es algo que valoro muchísimo”.
Aunque dice que perder las elecciones le pegó muy fuerte, conoció a personas muy valiosas, entre ellas al diputado Gonzalo Fuenzalida, con quien intentó armar un movimiento ciudadano para visibilizar diversas causas. Una de ellas era la maternidad. “Contacté a la Cata Schaerer, abogada e influencer de @mamasincaos y nos juntamos los tres con Gonzalo en un café en Lo Barnechea. Quedamos impactados con su relato. Tan empoderado, tan honesto, tan crudo. La Cata es una mujer brillante, que me enseñó una mirada mucho más rebelde desde la maternidad. En septiembre del año pasado creamos Arriba Mamás Chile (AMC) con el fin de dar una voz a las mamás y, por sobre todo, ofrecer soluciones a sus problemas. No quedarnos en la rabia, sino canalizarla en propuestas”.
“Gonzalo nos ayudó, fue generoso y jugado y nuestro primer puente con el mundo político. Juntos elaboramos un proyecto de flexibilidad laboral llamado “Mi tiempo importa”, que fue patrocinado también por los diputados Gabriel Silber y Francisco Eguiguren.
Así partieron.
La medida de adelantar y extender las vacaciones de invierno fue una falta de empatía tremenda para con las mujeres que están en plena crianza. ¿No resulta contradictorio viniendo de un gobierno que dice actuar con perspectiva de género?
Sin duda, de hecho, el mismo presidente salió a decir que les faltó “pensarlo mejor”. Y es un tema delicado, porque cuando el gobierno se plantea como feminista y con perspectiva de género, crea expectativas en las mujeres, en las madres y en las familias. Y cuando suceden estas situaciones, la frustración es mayor.
Con ChileMujeres planteaste la necesidad real del teletrabajo con el fin de acrecentar los vínculos que se generan en la infancia. ¿Cuál es la bandera de lucha de AMC?
El reconocimiento de la maternidad, las labores de crianza y su efecto en la infancia y la adolescencia. Con el foco puesto en la mamá y también en el interés superior del niño(a). Queremos ser una voz de miles de madres en Chile que se sienten agotadas, invisibilizadas, solas, castigadas por un sistema que no valora la crianza. A las mamás se nos pide trabajar como si no tuviésemos hijos y criar como si no tuviésemos trabajo. ¿El resultado? Tratamos de cumplir en todos los frentes y terminamos haciendo todo mal. Los números así lo avalan. Un estudio realizado por la Universidad de Ohio revela que el 68% de las madres que trabajan dicen que están agotadas.
¿Cómo es la experiencia en el extranjero?
Los países tienen diferentes herramientas, dependiendo de su realidad, su historia y su cultura. En países como Australia, Reino Unido y EE. UU tienen el “right to request”, esto es, el derecho de los trabajadores a solicitar mayor flexibilidad laboral, ya sea temporal (jornadas de trabajo) o espacial (lugar donde trabajo). En estos países, la flexibilidad laboral es vista como algo positivo y por ello se explica que la mayoría de las solicitudes (sobre 70%) sean aceptadas. En Chile no existen cifras, pero tiendo a pensar, por los miles de testimonios que nos llegan por RRSS, que es mucho menor.
“Por ejemplo, Francia y Dinamarca (con una tasa de participación laboral femenina del 57,5% al 2022) cuentan con un sistema de cuidadores públicos o privados —con alto financiamiento estatal— y guarderías públicas. Esto es clave. Los establecimientos escolares no pueden ser la única opción de cuidado, debemos avanzar en flexibilidad laboral e instituciones o personas que se preocupen del cuidado”.
Es primordial, si se quiere trabajar en equidad de género, capacitar a las empresas para que exista una cultura inclusiva, más allá de lo que la ley diga. ¿Ha habido avances en esa materia?
Siento que poco. De acuerdo al estudio “Zoom de género” de ChileMujeres y la UDP, el uso del teletrabajo ha caído sistemáticamente con respecto a la pandemia. Tengo la impresión de que existe una cultura presencial muy arraigada y para cambiarla se va a requerir un marco regulatorio que conciba el teletrabajo como un derecho para cuidadores y que sólo se pueda negar bajo circunstancias específicas, justificadas con la productividad de la empresa y no con la mentalidad o la buena onda de la jefatura.
“Y en eso estos trabajando. Nuestro proyecto de flexibilidad laboral, con el nuevo Congreso, quedó dormido. ¡Pero no nos quedamos tranquilas y ahora fue presentado por la senadora Núñez en el Senado!”.
Es importante que la ley determine que la regulación sobre flexibilidad laboral y el teletrabajo esté incorporada en el reglamento interno de las empresas y establezca capacitaciones sobre los derechos y deberes de esta nueva forma de trabajar y así avanzar en un cambio cultural. Para que trabajadores y empleadores entiendan que la flexibilidad laboral y el teletrabajo beneficia la productividad y la retención de talento de la empresa (lo que ha sido medido en múltiples estudios) y, en ningún caso, es una confrontación entre las partes, como tristemente se entiende hoy”.
La maternidad, desde el punto de vista del cuidado y la crianza son las principales causas de la brecha salarial e informalidad laboral femenina. ¿Cuál es la mejor manera de sensibilizar a las empresas frente a este tema?
La pregunta del millón. Los roles de cuidado, crianza y labores del hogar —hoy ejercidas principalmente por mujeres y madres— se traduce en un 26% del producto bruto (PIB) de nuestro país de acuerdo al Banco Central. Sin embargo, hoy esta cifra está totalmente invisibilizada por el Estado, las empresas y la sociedad. Esto ha implicado una alta deserción del mercado laboral formal —dada la actual rigidez de la jornada laboral y el castigo a la maternidadؙ— con un costo altísimo en su salud mental. Según las últimas cifras entregadas por el Instituto Milenio, el 33,2% de las mujeres que se dedican al trabajo doméstico no remunerado y el 45% de mujeres inactivas presentan síntomas de depresión moderados a severos. ¡Casi la mitad del universo! Una locura.
“Si visibilizamos esta realidad en las empresas y se generan talleres para avanzar en políticas y prácticas con foco en la maternidad e infancia, sería un avance tremendo”.
¿Crees que la flexibilidad laboral y el teletrabajo permanente sean una realidad a corto plazo?, ¿depende solo de voluntad política?
Estamos peleando fuertemente para que así sea. Nuestra petición por mayor flexibilidad laboral tiene más de cinco mil firmas. Tenemos un chat con más de doscientas mamás. Nos estamos organizando. Es un anhelo que tiene a muchas mamás angustiadas. Cuando hablas con ellas es impresionante cómo lo necesitan. Testimonios hay para un libro. Así que no puede depender de la voluntad política. Es un cambio que se debe lograr. La vida me ha enseñado que cuando hay voluntad y fuerza, no hay imposibles.
La ausencia de políticas públicas integrales es un tema que complica la maternidad y la crianza, sobre todo si las mujeres no cuentan con una red de apoyo sólida. ¿Qué está haciendo Arriba Mamás Chile para visibilizar el cuidado mental?
Muchísimas cosas. Estamos trabajando con Jackeline Deutch, sicóloga, para visibilizar todos los estudios de salud mental que existen, que son muchísimos y con pésimos indicadores. En representación de AMC, ha expuesto un par de veces esta realidad en la Comisión de Trabajo de la cámara de diputados. Estamos elaborando documentos y en cada presentación que hacemos, tocamos la necesidad de mejorar y prevenir nuestra salud mental materna e infantil. Como te dije antes, este país está enfermo.
“El proyecto de flexibilidad laboral apunta justamente a combatir la rigidez e incentivar la coparentalidad para que las mamás puedan tener redes de apoyo. El autocuidado es muy importante, pero en la práctica el sistema tiene colapsadas a las mamás. Es un problema estructural que tenemos que cambiar”.
La coparentalidad responsable es muy importante. Sin embargo, existen fenómenos culturales que hoy en día no nos están ayudando. ¿Cuál es la propuesta de AMC?
Estudios demuestran que las madres no son las únicas que se encuentran biológicamente programadas para cuidar a un recién nacido. A las dos semanas de haber nacido, el padre se encuentra, en términos biológicos, equipado para atender las necesidades de su hijo(a). Lo anterior implica, necesariamente, un cambio sociocultural. Las diferencias conductuales entre la madre y el padre son una cuestión que viene desde la cultura y la falta de conocimiento de la neurociencia afiliativa. Por lo tanto, la igualdad de género no solo consiste en la igualdad laboral, sino que también en hacerse cargo y ser responsable de la crianza, ambos, padre y madre.
“¿Cuánto dinero se ahorraría el Estado y las empresas si se incentivara mayor flexibilidad laboral, teletrabajo permanente, coparentalidad positiva y permisos para cuidar? En nuestra opinión como AMC, bastante. Tenemos que buscar temas que nos unan. ¿Qué más transversal que cuidar de la infancia y las nuevas generaciones? Por ahí creo que va”.
Mientras el proyecto de flexibilidad laboral fue presentado en el Senado por las senadoras Paulina Núñez (autora principal), Loreto Carvajal, Yasna Provoste y el senador Sandoval, y puesto en tabla por el presidente de la Comisión del Trabajo, Luciano Cruz Coke, Verónica está afanada en concretar otro de sus sueños: escribir un libro. “Hasta el momento se llama Castigo a la maternidad: un virus que enferma a nuestro país y busca analizar los efectos de este castigo a la maternidad, nuestras propuestas, testimonios y mi experiencia personal. Ya tengo un amigo editor que se ofreció a ayudarme de forma gratuita, lo cual se agradece muchísimo. Así que estoy súper contenta”.