Decoradora de interiores, creadora de contenido, ingeniera comercial y autora del libro Se vive la casa, por dentro y por fuera, Sol Echevarría se ha transformado en un referente de la decoración auténtica. Desde Puerto Varas, y a través de sus redes sociales, impulsa a miles de personas a habitar sus hogares desde la conexión emocional y la creatividad.
Por María Inés Manzo C. / Fotografía gentileza entrevistada.
Sol Echevarría se define como una “constructora de ideas”, y esa es una excelente forma de resumir su camino y su forma de entender los espacios para ella y también para otros. “No basta con decorar una casa para que se transforme en un hogar. Se necesita emoción, conexión, historia. Debes disfrutar el lugar que habitas, hacerlo tuyo”.
La historia profesional de Sol no partió en el diseño, sino en la ingeniería comercial, pero siempre la llamó su lado artístico. “Desde los doce años usaba la caladora, pintaba la casa, movía muebles… yo quería estudiar arquitectura, pero mis papás pensaron que comercial era una mejor opción, luego hice un máster en marketing. Me gustaba vender, tenía ese lado estructurado y práctico que siempre aplico. Cuando estaba en tercer año mi mamá enfermó de cáncer y falleció… eso me hizo cuestionarme todo. Y parte de ello es que sentí que había dejado fuera la creatividad de mi vida. Fue así que decidí estudiar diseño de ambientes en paralelo. Aunque no terminé esa carrera, fue una etapa muy especial y entretenida, que me dio las bases para lo que hago hoy y a lo que me dedico hace más de diez años”.
Después de trabajar en distintas empresas y trasladarse a Puerto Varas con su marido, Patricio Acuña (conocido en redes sociales como el “Botas de goma”), empezó a reconectarse con lo manual, remodelar casas, construir muebles. “Un amigo arquitecto me recomendó para un proyecto porque necesitaban a alguien con creatividad, pero también con estructura”. Así partió, empezó a especializarse, a hacer cursos, entre ellos, uno con el arquitecto y decorador, Hugo Grisanti. Luego vinieron más asesorías, proyectos, productos (principalmente repisas y especieros), talleres y, finalmente, todo eso derivó en su marca personal: Sol Echevarría.
ESPACIOS CON ALMA
El crecimiento en redes sociales fue orgánico, hoy con más de ciento treinta mil seguidores en Instagram, su sello sigue siendo la autenticidad. “Tenía muchos clientes, pero no mostraba proyectos ajenos por respeto. El 2017, cuando construimos nuestra cabaña familiar en la parcela de Puerto Varas, empecé a compartir mi trabajo en esta casa. Mostraba cómo resolver el día a día con pocos recursos, cómo se iban armando los espacios, y eso generó empatía. En general, no me gusta ‘la casa perfecta de revista’. Prefiero mezclar lo nuevo con lo antiguo, lo imperfecto, lo vivido. Me interesa que los espacios tengan alma”.
En ese proceso de ir profesionalizando sus redes sociales comenzó a trabajar con marcas como MK, con las que trabaja hasta la actualidad. “Fue en la pandemia cuando me dediqué a hacer más asesorías online, un momento en que muchos pudieron conectar con espacios que tenían botados y armaron rincones de lectura o su cocina soñada. Hay gente que no ‘vivía su casa’, sólo la usaba para dormir después del trabajo o para estar los fines de semana, pero no disfrutar, que es algo totalmente diferente”.
De este aprendizaje también nació su tienda física en Puerto Varas, La Pequeña Villa, un emprendimiento de productos y objetos para la casa y el jardín, para inspirarse y disfrutar de lo cotidiano.
SE VIVE LA CASA
Ese enfoque es el corazón de su primer libro, Se vive la casa, por dentro y por fuera (Enhorabuena Editorial). Un manual práctico, emocional e inspirador para acompañar a quienes están construyendo, remodelando o, simplemente, queriendo reconectar con su hogar. “La casa no es solo una estructura. Es el lugar que te contiene. Y cada decisión, desde una planta en la entrada hasta el color de una pared, debería tener sentido para ti”.
El libro se divide en cuatro capítulos: Motivarse, Planificarse, Lanzarse y Habitarse. Además, incluye proyectos DIY y una invitación abierta a atreverse. “No es un libro de tendencias, es un libro para conectar contigo, con tu espacio. Quiero que la gente lo raye, le ponga post-its, lo use como una herramienta. Eso es algo que siempre me ha gustado, que los libros tengan vida y no que sean un elemento decorativo en la mesita del living”.
Sobre su proceso creativo, confiesa que era un sueño para ella escribir un libro y ya tiene ideas para el siguiente. “Un día, en un viaje, abrí el computador y empecé a escribir. Tenía papeles por todos lados, muchas ideas. Después llegó el equipo de la editorial y fue un trabajo hermoso. Me encantó ver cómo todo lo que estaba disperso en mis post redes sociales y en mi cabeza tomó forma. En Chile hay muchas creencias sobre cómo debe ser una casa. Que la cocina debe ser abierta, que cierto color deber tener porque está de moda… pero nadie te pregunta: ¿qué te hace sentido a ti? ¿Qué te hace feliz?”.
Para Sol, las casas con alma no son las más grandes ni las más modernas. Son aquellas donde se siente la historia de quienes las habitan. “No se trata de copiar Pinterest, sino de inspirarte y adaptarlo a tu realidad”.
EL JARDÍN
“La casa no termina en la puerta. El jardín, las plantas, incluso un macetero pequeño puede hacer la diferencia. Hay que reconectarse con lo verde, lo vivo. Hay personas que tienen casas preciosas, pero jardines sin vida, con pasto podado perfecto y plano. Pero afuera hay árboles, colores, estaciones, que debemos aprender a descubrir. Incluso si vives en un departamento puedes generar estos espacios”.
Su lugar favorito para esta época del año es el invernadero, una extensión de su casa, construido con ventanas antiguas rescatadas. “Tiene estructura de vidrio, como los winter garden ingleses, porque quería ver el paisaje incluso cuando llueve”. Ahí no solo cultiva verduras y plantas, también trabaja, dicta talleres y, sobre todo, lo disfruta como refugio en los días fríos del sur.
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