Son la primera planta de tratamiento y valorización de Residuos de Construcción y Demolición (RCD), no sólo de la Región de Valparaíso, sino que de Chile y Sudamérica. Motivados por la economía circular y el triple impacto, Revaloriza sabe que la tarea no es nada fácil, pues va de la mano con erradicar los basurales y microbasurales ilegales del país, la educación medioambiental y un cambio de mentalidad en la sociedad.
Por María Inés Manzo C. / Fotografía Javiera Díaz de Valdés.
Actualmente, la Región de Valparaíso genera alrededor de 896.000 toneladas anuales de Residuos de Construcción y Demolición (RCD), lo que la convierte en la segunda región con mayor generación a nivel nacional. Cifras de un estudio elaborado por la Pontificia Universidad Católica de Chile, en 2021, y donde también se señala que existen siete regiones que no cuentan con lugares de disposición final de residuos autorizados, incluyendo Valparaíso.
Lo más preocupante es que, año a año, estos números van aumentando y esa fue una de las tantas inquietudes de la ingeniera medioambiental Karen Aguilera, quien lleva más de quince años trabajando en proyectos de gestión de residuos. Fue así que decidió fundar el 2018, junto cinco socios y profesionales de áreas relacionadas, Revaloriza.
En su primera etapa, en 2019, restauraron las condiciones básicas de antiguos pozos de extracción de áridos, con tierras de construcción, lo que les permitió recuperar más de cuatro hectáreas. En marzo 2020, participaron del proyecto Una Escuela Sustentable en Lo Zárate, Cartagena, colaborando con la gestión de RCD y provisión de materiales. Y en marzo de este año inauguraron su planta, ubicada en el sector industrial de Viña del Mar, para tratar y valorizar residuos de la construcción y la demolición con maquinaria de última tecnología.
“Nos enfocamos en la economía circular y el triple impacto (económico, social y ambiental); nuestra misión es recuperar los RCD y convertirlos en materia prima secundaria con valor agregado y evitar que terminen en vertederos ilegales que abundan en la región, pues el impacto ambiental que generan es incalculable. Buscamos vincular a todos los actores de la cadena: constructoras, transportistas, recicladores de base, comunidad, autoridades, etc., y que este modelo sea un referente a nivel nacional”, señala Karen Aguilera, cofundadora de Revaloriza.
LA MAFIA DE LA BASURA
“Como sociedad tenemos mala memoria. En el año 1984 tuvimos un tremendo aluvión en Reñaca que arrasó con todo hasta el primer sector de la playa. Lo que no se recuerda es que lo que arrastró el agua no fue sólo barro, sino que escombros depositados en las quebradas, situación que se replica hoy. Esta es una realidad que se puede volver a repetir en cualquier momento, es un peligro inminente, porque existe un gran botadero de los residuos de la construcción en un brazo del Estero de Reñaca que no está correctamente fiscalizado y se ha estado tapando durante años con tierra”.
¿Por qué nadie fiscaliza?
El problema es que hay un vacío legal, donde las multas son bajísimas y dificultan la operación de empresas como la nuestra. Los botaderos clandestinos y la mafia de la basura es una realidad, de la que pocos hablan y pocos se atreven a denunciar por temor a represalias. Por eso la frase “en el negocio de la basura lo más limpio es la basura”, hace mucho sentido; a modo general, las coimas, las malas prácticas, la falta de fiscalización a las empresas predominan. No puede ser que este tipo de situaciones sigan existiendo, pero varios hacen oídos sordos para no asumir el costo de sus propios residuos.
Es muy fácil ver microbasurales en distintos puntos de la comuna, especialmente en carreteras y quebradas…
Sí y otros que están tapados con tierra salen a la luz especialmente con la lluvia, como ocurrió hace poco en el sector de La Pólvora o en primavera-verano con los incendios. El gran incendio de Valparaíso, donde se sacó la emblemática fotografía de todos los cerros en llamas tras el Congreso, si bien comenzó por un pirómano se descontroló por la gran cantidad de basura de las quebradas. El 2014 me tocó trabajar en la remoción de esos escombros y fue muy complejo encontrar dónde llevar los residuos de la construcción y también los residuos sanitarios. De ahí nace también el sueño de Revaloriza.
NUEVA VIDA
Ubicados en 21.000 metros cuadrados de terreno y rodeados de bosque, específicamente en el sector de Lajarilla (Camino Internacional entre Viña del Mar y Concón), Revaloriza opera con un modelo de triple impacto y que se apega a la Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción 2035, que lanzó Construye2025, en 2020, junto a los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Obras Públicas, Medio Ambiente y CORFO.
Actualmente cuentan con cuatro equipos que pueden trabajar de manera independiente o conectada: una trituradora industrial para disminuir el tamaño de los materiales. Un separador de fracciones gruesas y finas para sacar o liberar la tierra de los residuos de la construcción. Un separador manual-mecanizado, para los residuos mezclados como metales, cartones, plásticos, entre otros. Y un equipo chancador, donde se procesa principalmente todo el residuo de levante de antiguas carreteras y caminos (como por ejemplo, casquetes de hormigón y asfalto).
“Algunas constructoras creen que como obtenemos materia prima de sus residuos (para elaborar áridos y mulch reciclado) y ‘le damos una nueva vida’ que nosotros les deberíamos pagar a ellos. Pero esto es lo mismo que el trabajo de los recicladores, sólo que a gran escala. Tenemos que costear maquinarias y personal. En Chile, culturalmente no es costumbre reciclar, pero en Europa, hacerse cargo de los desechos desde lo domiciliario a lo industrial, es lo usual, la norma. Hay que imitar las buenas prácticas. Ese es el cambio de paradigma que necesitamos para disminuir los impactos socioambientales.
¿Cómo trabajan con las empresas?
Tenemos un sistema de incentivos, les enseñamos y capacitamos para que logren reducir en treinta por ciento el volumen de los desechos que generan, ayudándoles a segregar en origen. Entonces, si nos llegan residuos separados, por ejemplo sólo maderas, es más barato el precio a que manden sus residuos mezclados, donde debemos ingresar el material a cuatro maquinarias y a todo el proceso productivo. Con el tiempo queremos agregar nuevos incentivos, porque sabemos que podemos generar cambios reales. Hicimos el cálculo de cuánto sería el ahorro de nuestra planta operando diez años y son treinta dos millones de dólares en el PIB, lo que permitiría a nuestro país alcanzar en menor tiempo el Acuerdo de París, tan sólo con una planta Revaloriza. Esto se relaciona directamente con la disminución del impacto ambiental y huella de carbono y, por supuesto, con la salud de las personas.
¿Y cómo es su relación con la comunidad?
Nos denominamos como una empresa puertas abiertas, porque también recibimos, periódicamente, distintos tipos de visitas no sólo de constructoras, sino que de la comunidad. Vienen colegios, universidades, emprendedores… queremos generar innovación local, que trabajen y conozcan sobre la recuperación de residuos y trabajen con las materias primas recuperadas.
¿Cuáles han sido los desafíos?
Dentro de los cofundadores de Revaloriza hay constructoras e inmobiliarias que tenían la inquietud de querer hacerlo mejor. Y eso ha sido un desafío súper grande, primero por salir de la zona de confort, pero también para producir un cambio de mentalidad en el rubro. Muchos nos han cerrado puertas, principalmente para el financiamiento, pero hoy, ya con la planta en funcionamiento, estamos siendo escuchados. A ello le sumamos que nos atrasamos diez meses en comenzar a operar nuestra planta, producto de la pandemia, porque nuestro equipamiento cuenta con tecnología extranjera y no podíamos traerla. Contra viento y marea decidimos continuar.
“Y el desafío actual es llevar a más empresas hacia la economía circular y el triple impacto. Nosotros somos parte de la Comisión de Desarrollo Sustentable de la Cámara Chilena la Construcción de Valparaíso, donde levantamos un Acuerdo de Producción Limpia y la Ruta de la Economía Circular. Hoy, de los doscientos socios, sólo contamos con el apoyo del diez por ciento; es hora que las empresas asuman su responsabilidad social y ambiental, partiendo por casa”.
RECONOCIMIENTOS
A fines del 2020, Revaloriza recibió el Reconocimiento Innovación Ambiental de la Cámara Chileno Británica. En enero del 2021, los invitaron a Congreso Futuro y fue una de las empresas destacadas en sostenibilidad a nivel nacional. Luego postularon al fondo Talento Emprendedor Caja Los Andes (TECLA), donde quedaron dentro de los ocho ganadores. Y a nivel internacional obtuvieron el primer lugar en la categoría residuos y un reconocimiento del público por innovación en los Premios Latinoamérica Verde. Además, Karen Aguilera, el 2021, fue reconocida dentro de las 100 Mujeres Líderes, categoría empresa, del diario El Mercurio, y en Mujeres que Inspiran del Banco de Chile.