Con una propuesta pedagógica basada en neurociencia, juego y valores, el Preescolar Albamar – Montemar responde a las necesidades reales de las familias de hoy, acompañando el desarrollo integral de los niños en sus primeros años con una mirada acogedora, profesional y profundamente respetuosa de sus tiempos. “Los niños que pasan por aquí no solo adquieren conocimientos; desarrollan seguridad, curiosidad, vínculos sanos y una base sólida para lo que viene después. Y eso, para nosotros, es lo más importante”.
El asombro natural con que los niños exploran su entorno es el eje del aprendizaje en el Preescolar Albamar – Montemar. A través de un modelo pedagógico —que combina fundamentos de la neurociencia, metodologías activas y una atención personal y emocional constante—, este proyecto educativo se consolida como una alternativa de excelencia en la formación inicial de los Colegios Albamar y Montemar.
La evidencia científica ha demostrado que los cimientos de las habilidades cognitivas, emocionales y sociales se construyen durante los primeros años. Por eso el impacto transformador que tiene una estimulación oportuna y respetuosa en la vida de un niño. “Todo está cuidadosamente diseñado para que los niños aprendan de forma significativa, jugando, creando y siendo protagonistas de su propio aprendizaje”, explica Carolina Millar, directora del Prescolar Albamar – Montemar.
EDUCACIÓN BASADA EN EL JUEGO
El juego es el lenguaje natural de la infancia y motor del aprendizaje significativo, y por eso, se le da un lugar central. Las salas amplias y luminosas albergan diversos materiales que invitan a explorar, descubrir, resolver e imaginar. “Aquí se aprende jugando e interactuando con otros”, sostiene Carolina Millar.
Pero el juego no es aleatorio: se apoya en una estructura pedagógica planificada que responde a objetivos concretos. “Sabemos que los primeros años son fundamentales para el desarrollo del cerebro, por eso cada experiencia de aprendizaje está diseñada con base en la neurociencia y enfocada en el bienestar emocional, cognitivo y físico de cada niño y niña”.
El modelo pedagógico de estos colegios respeta profundamente los ritmos de cada niño. Cada sala cuenta con dos educadoras, una bilingüe y otra a cargo de las habilidades lingüísticas, lo que permite acompañar de forma cercana y personalizada.
Además, tienen un programa de estimulación temprana de la lectura, con rincones lectores, cuentacuentos y actividades literarias que siembran el gusto por los libros desde pequeños. A esto se suma una inmersión progresiva al bilingüismo, que permite que los niños se familiaricen con el inglés de forma natural y cotidiana, a través de juegos, canciones y rutinas diarias.
ENFOQUE INTEGRAL
Cada jornada incluye cuarenta minutos de educación física diaria, estimulando no solo el desarrollo motriz, sino también la regulación emocional y el juego activo. La dimensión emocional está presente en todos los ámbitos: las educadoras acompañan con contención, validación y escucha activa, generando un ambiente donde cada niño se siente visto y seguro.
La formación cristiana y espiritual es uno de los sellos fundamentales. “Se cultivan el respeto, la empatía, la gratitud, y la fe católica desde la experiencia cotidiana, sin imponer, pero sí inspirando. Todo en un ambiente acogedor, donde el buen trato y la alegría son normas”.
El crecimiento sostenido del Preescolar Albamar – Montemar responde a una propuesta educativa coherente, sólida y cercana, cuya consecuencia ha sido un boca a boca tremendamente positivo. Para muchas familias, el preescolar se ha convertido en una verdadera extensión del hogar. “Este enfoque le hace sentido especialmente en familias jóvenes, muchas de ellas millenials, que buscan, más que un lugar de cuidado: un proyecto educativo que respete el ritmo de sus hijos, los estimule con propósito y los forme en valores desde la primera infancia. El pilar educativo de los Colegios Albamar y Montemar se basa en que los padres son los primeros educadores. Es por esto que desde el preescolar se acompaña a las familias con charlas y cursos para que puedan formarse en los desafíos de crianza y formación de cada etapa”.
Además, como muchos padres y madres deben conciliar con sus trabajos, el preescolar ofrece una jornada extendida hasta las 15:40 horas, en un entorno seguro y estimulante. “El 76% de las familias opta por esta modalidad, valorando profundamente la tranquilidad de saber que sus hijos están contenidos, aprendiendo y disfrutando”.