Paola Pettinelli, arquitecta: Diseñadora de sueños

Muebles en obra, ambientes adecuados a las necesidades de las personas que los habitarán y espacios multifuncionales, son las características que destacan la arquitectura de Paola Pettinelli, quien se preocupa hasta del último detalle en cada encargo.

Por Soledad Posada M. / Fotografías Sonja San Martín D.

 

Objetos, colores, muebles, funcionalidad y estética caben en el análisis de la arquitecta Paola Pettinelli, a la hora de definir un proyecto. La profesional, después de conversar con el cliente, se toma un tiempo para analizar todos los aspectos que involucran el diseño y, posteriormente, los lleva a dibujos, croquis e incluso maquetas. Con estos elementos en la mesa, se produce la instancia para que, en conjunto con quien habitará el lugar, afinen los detalles para que el resultado sea el esperado por todos. “En estas conversaciones los clientes proponen sus sueños cotidianos, me cuentan cómo quieren los espacios, se imaginan cómo quieren vivir y funcionar”.

Así le gusta trabajar a Paola, quien estudió Arquitectura en la UDD, es magíster en Paisaje, Medioambiente y Ciudad, de la Universidad de Chile, y doctorada en Proyecto Arquitectónico de la Universidad Politécnica de Catalunya. Después de su posgrado, vivió cinco años en España, donde, gracias a los viajes que realizaba cada fin de semana, se empapó de la arquitectura europea. También, conoció muchas personas con intereses similares, quienes fueron un aporte para su experiencia profesional y de vida. Al salir de la universidad, en 1997, trabajó junto al renombrado arquitecto, Cristián Boza, donde aprendió la relevancia de trabajar en equipo. Ahora, cada vez que tiene un proyecto, reúne de tres a cuatro personas de distintas disciplinas para llevarlo a cabo.

AMBIENTES

Además de su estudio de arquitectura, en paralelo, Paola ha sido docente en la carrera de Arquitectura de la USS y en la carrera de Diseño, de la UDD, donde hizo el ramo de Objetos. En esta instancia, se acercó aún más al diseño, por lo que siempre ha integrado esta área a sus proyectos. “Para mí, la ambientación es una escenografía. Una composición plástica, donde confluyen colores, tonos, iluminación, formas y texturas”. Paola logra vislumbrar su obra final desde un punto de partida micro, proyectándolo a lo más macro. “Partir del detalle constructivo hace todo. Desde el ambiente-objetos, hasta el contexto naturaleza-paisajismo. Me voy involucrando en espiral, desde el interior al exterior”.

Otra característica que valora Paola es la belleza con funcionalidad. “La convivencia humana, ya sea interior o exterior, se da en los microespacios. Estos ‘rincones’ deben ser funcionales, útiles a la conversación y el diálogo entre las personas”. También, rescata la multifuncionalidad, “un solo espacio puede tener varias maneras de funcionar a la vez. Dependiendo de las horas del día, puede ir cambiando en la forma de habitarse. Por ejemplo, en el día, una cocina funciona como tal; en la noche, se convierte en una barra abierta con un estar para compartir. Así, se aumentan las posibilidades de cubrir actividades en un solo espacio”.

Paola privilegia los muebles en obra, que facilitan el que un espacio sea visualmente atractivo y funcional. Desde ahí, elegir los otros muebles y objetos de decoración se vuelve más sencillo, “porque la base ya está y también sirve así al propósito final”.

En cuanto al paisajismo, Paola aplica el mismo concepto de tratar el ambiente como si fuera una pintura. “Visualizo elementos que funcionen, por ejemplo, puntillismo, líneas rectas y curvas, y diseño de acuerdo a las plantas que al crecer aportarán en este sentido”.

BUEN DISEÑO

En todos sus proyectos, Paola se da un tiempo para estudiar las necesidades de los clientes, analizar cada elemento y obtener las ideas en que se basará el diseño. Estas ideas serán su hilo conductor hasta el resultado final. Así lo hizo recientemente, al renovar el interior de Espacio Alma, donde hay productos de varios diseñadores. Paola logró, con materiales reciclados y naturales, “un oasis dentro de la urbe, con un concepto de servicio al arte agregado a la tienda, donde cada diseño de autor cuenta con su espacio definido”.

En el mismo lugar, Jardín Alma, presenta un ambiente multifuncional que comparte cafetería, exposiciones de arte y sala de eventos. También, transformó la vitrina e interior de boutique Borsalino, con un diseño minimalista, “la idea es entrar a un diamante en bruto, donde cada prenda es tratada como una joya y expuesta como obra de arte”.

¿Cómo realizas el proceso creativo al diseñar un espacio?
El proceso creativo es el momento en donde se recolecta información de datos generales y específicos del cliente. Se rescatan tanto situaciones del contexto físico e histórico, como personal o de la vida cotidiana. Se experimenta con todas las ideas juntas en dibujos, esculturas, escritos, observaciones y maquetas de estudio. En fin, con todas las alternativas y herramientas artísticas con las cuales se pueda jugar para poder llegar a un resultado fiel a las necesidades estéticas y funcionales que se piden.

¿Cómo logras interpretar lo que quiere el cliente?
La lectura del cliente depende de la observación, y lo más decidor en el discurso son los sueños y carencias de la vida cotidiana que cada persona expone con énfasis. Lo fundamental se rescata justo en esas conversaciones más íntimas en donde uno encuentra el lado útil como diseñador para mejorar y embellecer el funcionamiento del día a día del cliente.

¿Cuál es el objetivo de un buen diseño?
El objetivo de un buen diseño es la utilidad que puedes entregar al cliente. Y esta utilidad tiene que ver con el buen funcionamiento de la convivencia y el buen funcionamiento estético. Justo ahí, en esa alianza y calce de utilidad con estética, está la belleza y la trascendencia de los espacios para las personas.

CALIDAD DE VIDA

En general, ¿qué paleta de colores utilizas?
No tengo algo premeditado ni un patrón a seguir en eso. Todo depende de la atmósfera que el cliente quiera conseguir, del estado anímico que requiera en cada ambiente. Por ejemplo, hay colores intensos, como los amarillos, rojos y naranjas, que incitan a la acción, y otros que aportan a la relajación y tranquilidad de quien se encuentra en el lugar. Además, hay un diálogo entre los colores interiores y exteriores, dado por la relación de ese ambiente con el entorno, ya sea urbano o natural. Ambos deben contribuir para conseguir un diálogo en armonía.

¿Cómo consigues el ambiente deseado con poco presupuesto?
La idea es ajustarse al presupuesto con que se cuenta. Y para eso las definiciones de materiales y la toma de decisiones de una línea de diseño más sencilla, pero no por eso menos vanguardista y bella, hacen que como diseñadora pueda adaptarme a distintas situaciones. En general, una estructura liviana y los muebles en obra, abaratan los costos.

¿Qué factores influyen en que un microespacio se convierta en un aporte para la calidad de vida?
Los microespacios o subespacios, son los que en un espacio mayor nos permiten crear esos rincones de encuentro y convivencia. La construcción de varios ambientes dentro de un mismo lugar es más solidario con los distintos requerimientos o necesidades personales y colectivas de las personas. Y con eso se asegura un mejor funcionamiento, un mayor contento e identificación respecto al espacio y así una mejor calidad de vida para los que viven en comunidad. Además, al diseñar estos rincones de acuerdo a las personas, estos se adecuarán a ellas, y no al revés, como ocurre generalmente.

“La convivencia humana, ya sea interior o exterior, se da en los microespacios. Estos ‘rincones’, deben ser funcionales, útiles a la conversación y el diálogo entre las personas”.

“Justo ahí, en esa alianza y calce de utilidad con estética, está la belleza y la trascendencia de los espacios para las personas”.