La experiencia y sabiduría de Rodolfo Neumann y las nuevas ideas y energía de Christian Pavez, confluyen en esta empresa. Ambos son ingenieros mecánicos y socios, y a través de Neumann se dedican no solo a fabricar y a perfeccionar secadores industriales, para madera y agroindustria, sino también calderas industriales, a vapor y biomasa, que son comercializadas en Chile y el extranjero.
Por Soledad Posada M. / Fotografías Sonja San Martín D.
En 1992, y siendo académico de la Facultad de Ingeniería de la UDEC, el ingeniero mecánico Rodolfo Neumann, volvía con un novedoso invento de una estadía como profesor invitado en la Universidad de Múnich. Su idea hacía más eficientes los secadores de madera, muy importantes en la industria maderera de esos años. Con su invención patentada internacionalmente, se puso a trabajar en el patio de su casa para construir su primer ingenio, respaldado por sus primeros clientes, Alejandro y Lionel König (q.e.p.d), quienes aceptaron adquirir este prototipo industrial, con la condición que Rodolfo Neumann constituyera una empresa para construirlo y garantizar los servicios de posventa. Los resultados fueron tan buenos, que la empresa pudo seguir fabricando, comercializando y perfeccionando estos secadores.
Pasado un tiempo, y debido al éxito de su empresa, Rodolfo decidió dejar su trabajo de profesor, que ejerció por veinticinco años, para dedicarse de lleno a Neumann. “El mercado puede tumbarte. En esos tiempos, había quince fabricantes, hoy quedamos dos, los otros salieron del mercado. Cuando empecé, creí que tenía un sesenta por ciento de posibilidades de llegar a un buen resultado, pero si miro hacia atrás, me doy cuenta de que no tenía ni el diez por ciento. Para hacer una empresa se necesitan recursos económicos, experiencia profesional, equipo y prestigio. Yo tenía una sólida formación en el área y las ganas de hacer cosas”. Su visión de lo que debe ser una empresa es tajante. “Postulo que las empresas están para crear empleo y si haces bien las cosas, la ganancia económica llega sola. Hacer un buen trabajo y establecer buenas relaciones con los demás”.
NUEVO SOCIO
En 2004, el ingeniero mecánico Christian Pavez realiza su tesis en Neumann, luego de haber sido alumno de Rodolfo Neumann en la UDEC. Al egresar, trabajó tres años como ingeniero en terreno, en diversos proyectos de empresas santiaguinas. En 2008, volvió a Concepción y fue contratado como ingeniero en Neumann, después fue gerente y ahora es socio de la empresa. “Al llegar, busqué proyectos de diversificación, y es así como ahora no solo fabricamos secadores de madera, también elaboramos secadores de frutas, hornos de macerado o integramos calderas de biomasa. Nuestra empresa se ha convertido en un referente nacional e internacional. Contamos con cincuenta personas y podemos llegar hasta cien, dependiendo de la envergadura del proyecto”.
Para Pavez, este es un mercado cambiante y dinámico, con nuevas reglas a cada momento, por lo que hay que estar a la vanguardia. “Tenemos una estructura pequeña para todo lo que hacemos. Ahora nos demoramos en instalar una planta un veinticinco por ciento del tiempo del que nos demorábamos hace cinco años. Somos más eficientes. Además, fabricamos máquinas complejas y damos soluciones personalizadas para cada requerimiento de los clientes. Para las calderas, tenemos proveedores específicos y consolidados, cada uno en su especialidad; y un servicio de posventa constante, con conexión directa con cada planta. Contamos con una masa crítica en Latinoamérica para mantenernos funcionando y evolucionando”.
¿Cuál es la fórmula para mantenerse y crecer en el tiempo?
Mejorar permanentemente nuestros productos; respetar y cuidar la relación con nuestros colaboradores, clientes y proveedores; focalizar nuestras actividades; crecer responsablemente y controlar los gastos. La innovación y el perfeccionamiento permanente de nuestros productos ha sido nuestra principal ventaja competitiva. Nosotros tenemos un desarrollo tecnológico nuevo al año, con patente. Pensamos una idea y en dos meses está implementada. Estamos en competencia de igual a igual con empresas de Alemania, Italia y Brasil.
¿Quiénes son sus clientes y qué relación se genera con ellos?
Nuestros clientes son las principales empresas del sector forestal chileno y varias empresas de otros países latinoamericanos. También proveemos equipos al sector agroindustrial de estos países. Cuidamos mucho de responder rápidamente a cualquier requerimiento de ellos, lo que nos ha valido su respeto y muchas veces su amistad. Es normal que nos vuelvan a comprar nuestros secadores y otros productos y servicios.
ENCUENTRO GENERACIONAL
Dos generaciones conviven día a día y aportan sus talentos en la búsqueda de nuevas ideas a la empresa Neumann, que pasó de ser una pyme manejada por una persona a una sociedad anónima, que se proyecta en el tiempo.
¿Cómo han compatibilizado la diferencia generacional entre ustedes?
En todo este período se forjó una relación de amistad y respeto mutuo, en que cada uno acepta y valora lo mejor del otro y, siempre anteponiendo una relación valórica con nuestro entorno y técnica para enfrentar las complejas situaciones industriales.
¿Cuáles son los principales obstáculos que han debido enfrentar?
Para hacer crecer una empresa que fabrica productos de alto valor agregado, se deben cuidar al menos cuatro aspectos: conocer bien los procesos en que se utilizarán los equipos, contar con un equipo de personas especializadas y responsables, conseguir el respeto de los clientes y su convicción que nuestros secadores son mejores que las alternativas internacionales y consolidar el respaldo económico de la empresa. Conseguir todo esto fue muy complejo y difícil. En nuestro caso lo forjamos con mucho esfuerzo y autocrítica.
¿Cuáles son sus planes?
Salir al mercado con nuevos secadores de madera, que serán punta mundial por sus ventajas económicas, ecológicas y seguridad de las personas, intensificar nuestras exportaciones a países latinoamericanos y comenzar a vender nuestros secadores de madera en Estados Unidos y Canadá.
“La innovación y el perfeccionamiento permanente de nuestros productos ha sido nuestra principal ventaja competitiva”.
“En todo este período se forjó una relación de amistad y respeto mutuo, en que cada uno acepta y valora lo mejor del otro”.
