Hace nueve años pocos creyeron en su proyecto, porque la sustentabilidad no era tema en Chile. Pero las hermanas Andrea e Ignacia Núñez sabían que su idea podía cambiar la industria de la moda. Así nació Minka, Empresa B de accesorios sustentables producidos por mujeres desde la cárcel y de comunidades vulnerables.
Por María Inés Manzo C. / Fotografía gentileza Minka y Anil Producciones
Empoderar a mujeres artesanas a través de empleo y promover la moda consciente es parte del corazón de Minka, emprendimiento femenino creado por Andrea e Ignacia Núñez Olea, el 2012, y que hoy se ha consolidado como una marca de accesorios sustentables. Cintillos, colets, turbantes, sombreros, pulseras, collares, aros y mascarillas son sólo parte de su gran variedad de productos.
“Minka es una palabra de raíz quechua que habla de la tradición del trabajo colectivo con un fin social y comunitario. La historia comienza con mi hermana Ignacia, diseñadora industrial, quien dictó un taller de voluntariado en la cárcel. Allí conocimos a un grupo de artesanas y pensamos que podíamos hacer algo más que recreativo, pues muchas de ellas hacían cosas súper lindas. Queríamos ayudarlas a vender sus productos de manera más formal, pero no en un contexto que las hiciera competir. Con la idea de comprarles sus productos y asesorarlas nació este emprendimiento. Como quisimos ir más allá, creamos un modelo de negocios en el cual gestionamos desechos de la industria textil, retazos de tela nueva, que terminan en los vertederos. Así nació el concepto de moda sustentable desde la cárcel”, cuenta Andrea Núñez, arquitecta y socia.
Todos sus productos son hechos por mujeres en el Centro Penitenciario de San Joaquín y por mujeres de comunidades vulnerables que realizan talleres en las comunas de Estación Central, Recoleta y Peñalolén de Santiago, donde son capacitadas constantemente en técnicas de reutilización textil, nociones básicas de diseño y herramientas de autoemprendimiento. “Las mujeres, en general, y no sólo en situación de vulnerabilidad, siempre hemos tenido muchas más barreras para conseguir trabajo. Por eso, además de apoyarlas en la inserción laboral, Minka les cambia la percepción sobre ellas mismas, les mejora la autoestima y, a su vez, valorizamos el trabajo hecho a mano en Chile”.
COMUNIDAD MINKA
“Consideramos que es muy importante generar un vínculo entre el comprador y el productor. Es por eso que en cada etiqueta sale el nombre y firma de la creadora y en la página web de Minka (www.causaminka.cl) pueden conocer un poco de cada una. Detrás de cada producto hay una mujer y una historia”.
Ustedes se han convertido en un importante pilar en sus vidas…
Para nosotras es muy emocionante ver cómo Minka las ha ayudado a independizarse o a ser un pilar económico de sus hogares, pues ellas ganan entre un treinta y un cincuenta por ciento de la venta de cada producto. Ideamos un sistema de trabajo flexible que les permite trabajar con nosotras y seguir con sus labores de cuidados familiares y comunitarios. Además, muchas hacían chocolates, orfebrería o costura y han buscado emprender en ello también, por lo que tratamos de apoyarlas en lo que necesiten aprender o postulando a fondos.
¿Con cuántas mujeres trabajan actualmente?
Son alrededor de quince artesanas con las que tenemos mucha confianza laboral y personal. Gracias a las capacitaciones logramos un grupo bien sólido, nos apoyamos entre todas. En la cárcel trabajamos en conjunto con la Corporación Abriendo Puertas, que tiene como misión acompañar y capacitar a mujeres privadas de libertad. Dentro de la cárcel trabajar es un beneficio, por lo que llegan a nosotras quienes han tenido buena conducta, han cumplido más de la mitad de su condena, etc.
¿La pandemia las obligó a cambiar su modelo?
Sí, totalmente y tuvimos que hacerlo rápidamente. La pandemia nos impidió ir a la cárcel y hacer nuestros talleres de manera presencial. Por eso ahora tenemos un sistema en el que nosotras vamos a sus casas. Recogemos lo que hicieron y les llevamos nuevo material para confeccionar durante la semana. En este tiempo tan incierto decidimos que cada una siguiera confeccionando los productos que sabía hacer mejor y no agregar nuevos. Por otro lado, nuestra venta más grande era en ferias y en tiendas tipo concept store. Si bien teníamos activa nuestra web no fue hasta la pandemia que comenzamos a potenciarla. Nos dedicamos a mejorar el marketing y la experiencia de usuario. Por suerte ha sido un éxito y hoy es nuestro principal canal de ventas. Además, gracias a nuestro Instagram @minkacl hemos podido llegar a muchas más personas.
¿Cómo es trabajar en familia?
Somos muy amigas y la verdad es que nos llevamos bien trabajando, tenemos una visión muy clara de lo que queremos con Minka. La misión social y sustentable está antes que todo y eso no se transa. Empezamos hace casi diez años y no fue fácil porque muchas personas no entendían nuestro modelo, pero la creación de accesorios es sólo la justificación para todo un lindo proyecto que hay detrás.
¿Cómo han logrado levantar la empresa?
En estos años hemos ganado varios fondos públicos y privados. El primero fue con Start-Up Chile. Luego nos adjudicamos un FOSIS en conjunto con la Corporación Abriendo Puertas para realizar una capacitación específica dentro de la cárcel. También nos ganamos un CORFO y un fondo de Caja Los Andes en un concurso de innovación social. Por otro lado, ambas fuimos elegidas Jóvenes Líderes de la Revista El Sábado de El Mercurio (2012 y 2016) y, desde abril del 2020, estamos certificadas como Empresa B, lo cual ha sido súper importante. Nosotras no cambiamos nuestros procesos, sino que validamos que lo que estábamos haciendo era lo correcto en términos sustentables, compromiso con la sociedad y a nivel comercial. Asimismo, ser parte de Empresas B nos hace sentirnos parte de un gremio que tiene valores como los nuestros.
RETAZOS
“Hoy nuestro fuerte son los accesorios para el pelo y nos hemos vuelto especialistas en ello. Las modas vuelven y tal como en los años noventa hoy todas quieren usar los famosos scrunchies (colets con tela), cintillos, lazos y turbantes. Eso ha sido muy bueno porque nos ha permitido ir diseñando productos nuevos. También por la pandemia nos aventuramos con las mascarillas, que nos ayudaron muchísimo al comienzo de la crisis sanitaria. Tratamos de tener precios competitivos con las grandes marcas de accesorios, por eso nos preocupamos de tener una excelente hechura y diseños a la vanguardia”.
¿De dónde obtienen sus retazos?
Tenemos una alianza con tres empresas distintas de vestuario, las que nos regalan sus retazos y pasamos periódicamente a buscarlos. Este año, afortunadamente, ha sido bueno en ventas y estamos abiertas a recibir material de otras empresas, porque en la medida que aumenta la producción necesitamos más telas.
¿Qué opinan acerca del reportaje de vertederos de ropa ilegal?
Ese reportaje puso en evidencia algo que sabíamos que pasaba, pero que no veíamos. A través de esas impactantes imágenes, que hicieron reflexionar a muchos, se abrió la discusión de la urgencia de tomar medidas y el tremendo daño ambiental que significa. Nosotras hace muchos años venimos hablando de moda sustentable, del upcycling, de la economía circular. Creemos que la ropa es “el nuevo plástico” y el gran problema de sustentabilidad que se viene para el futuro. Lamentablemente muchas grandes y famosas marcas prefieren destruir o quemar su ropa antes de donarla o venderla a precios más bajos y va a seguir ocurriendo si no son sancionadas. Ya se prohibieron las bombillas y las bolsas de plástico y hoy es tarea de todos, de los consumidores, del gobierno y de las mismas empresas frenar el uso desmedido de ropa y hacerse responsable de lo que fabrican.
¿Qué les dirían a nuevos emprendedores que estén interesados en iniciativas como las de ustedes?
Las nuevas generaciones no pueden estar al margen de la realidad que les tocó y el compromiso medioambiental es fundamental. Pero no sólo basta con reducir la huella de carbono, sino que hay que buscar cómo ser una empresa consciente, social y sustentable. Eso es lo que nos permitirá, sin duda, ser una mejor sociedad y país.
¿Cuáles son sus próximos desafíos?
Ahora estamos trabajando full para Navidad, porque es una muy buena época para la venta. En el verano queremos retomar nuestros talleres presenciales, comenzar con nuevos diseños de productos y ampliarnos a regiones porque nos piden mucho. Además, iniciaremos capacitaciones para incorporar nuevas artesanas a Minka y esperamos seguir recuperando cada vez más tela para que no vaya a vertederos. Esta es una cadena muy bonita y creemos que a través del diseño sustentable realmente podemos impactar en nuestra comunidad.