Apenas un par de semanas alcanzó a estar abierta al público Despertar en CV Galería, la primera muestra de María Ovalle acá en Chile, artista que trabaja con el registro que deja el fuego, una materialidad que define como viva, libre e indómita, como la esencia misma de su creadora. “Esta exposición surge luego de tres años de experimentación, nace de mi propio asombro, de lo que ha sido trabajar con el fuego, en un viaje interior profundo que tiene que ver con desafiar los límites y recuperar mi propia soberanía”.
Por Macarena Ríos R./ Fotografías gentileza María José Ovalle
“Uno nace un poco artista, lo siente, lo percibe. Te das cuenta que estás parada en la vida con una sensibilidad distinta, con una visualidad más desarrollada. Y desde ahí lees la vida desde otro punto de vista, con un sello propio”, asegura María de los Ángeles Ovalle (@mariaovallearte), bisnieta de Vicente Huidobro y artista autodidacta. Su estadía en la Escuela de Arte Sacro en Florencia y más tarde en Dublín, junto al icónico escultor irlandés Dony MacManus, le confirieron una mirada potente sobre la vida y la belleza del arte.
¿Cómo llegas al fuego?
Cuando volví a Chile, en este proceso de ir definiendo caminos, empecé a recuperar mi vida más personal. En ese reencuentro me topé con un texto de Vicente Huidobro que hablaba de la capacidad de creación del verdadero artista, sin tener que imitar. De crear con libertad, y eso me desafió profundamente porque yo venía de la academia.
La lectura del manifiesto Non Serviam de Huidobro y una esclarecedora visita al taller del artista Pedro Tyler, desembocarían en su posterior experimentación con el fuego y en la creación de un vínculo potente con él. “Cuando descubrí el fuego y el registro de la llama que deja en apenas segundos, conecté con la capacidad creadora como artista”.
¿Por qué el fuego?
La neurociencia nos dice que el noventa y cinco por ciento de las decisiones que tomamos son inconscientes y que nuestras elecciones están vinculadas a experiencias y recuerdos importantes del pasado. Cuando me puse a trabajar con fuego, hubo muchas cosas inconscientes que me llevaron a optar por él. Al principio fue una atracción, porque es un elemento vivo, rápido, voraz, que provoca mucha resistencia a ser domesticado y eso me atrajo totalmente. Se fue creando así una relación desde la seducción, complicidad y gozo, otras desde la resistencia y negación en donde nos fuimos reconociendo y aceptando en nuestras posibilidades y limitaciones para generar un lenguaje común en donde se pudiera expresar visual y poéticamente el desafío de la libertad y el límite.
¿Y cuál era esa propuesta?
Lo propio del fuego es el registro que deja con el humo. La única forma de hacer visible lo que el fuego puede hacer es, o con lo que quema, o con el registro que deja el humo. Y ahí empezó todo un camino interesantísimo. Lo más apasionante fue descubrir una materialidad nueva que me hacía trabajar con una velocidad increíble y cuyo resultado era siempre sorprendente.
VÍNCULOS
Sin buscarlo ni proponérselo, el trabajo de María deja huellas y genera algo en el otro. Un vínculo estrecho y vivo que no deja a nadie indiferente, como el mail que recibió hace poco de una italiana: “Tus trabajos son de una mística impresionante”, le escribió. O cuando Samy Benmayor le dijo “me encanta el registro que lograste hacer”, durante una visita a su taller. “Eso fue algo muy enriquecedor”, admite la artista.
Ese vínculo que tienes con el fuego parece ser la clave
Toda obra de arte va a surgir dependiendo del tipo de vínculo que yo vaya estableciendo con la materialidad. La obra en sí tiene vida propia y genera un modo de relacionarse con el espectador que escapa al mismo autor y eso es muy lindo porque siempre asombra. Felipe (Fortezza) como curador, me hizo las preguntas esenciales para poder poner en orden mi exposición. Fue una especie de recuento histórico de estos tres años de experimentación.
¿Cuál es el sello de Despertar?
Es el resumen de lo que ha sido toda mi vida, de dejarme asombrar por ella todos los días. El hecho de desafiar tus límites te obliga a reconocer cuáles son tus fronteras. Y eso es lo fundamental en exposición. Saber cuáles son los límites y fronteras que tú mismo te impones es, por lejos, el camino más rico e interesante que uno tiene que recorrer. Como mujeres nos hemos abandonado en muchas esferas y tenemos muchos límites que nos hemos ido autoimponiendo. Con este trabajo artístico me gustaría dejar esta invitación abierta para todos. Un desafío que habla de descubrir tus fronteras, reconocerlas, desafiarlas y recuperar tu soberanía.
Como una suerte de revelación
El esquema de vida que tenemos como sociedad nos adormece mucho. Hay que preguntarle a la vida, dejarse sorprender por ella todos los días, no dar por sentado las cosas. Y vuelvo a Vicente Huidobro, fundador del creacionismo, a no querer sumarse a lo que todo el mundo hacía. Nuestra vida es demasiado rica como para estar viviendo todos iguales y bajo el mismo proyecto. ¿Por qué, si con la capacidad creadora que tenemos todos podemos asombrar al mundo?
¿Qué buscas generar con esta exposición?
Busco que el interlocutor mire, se detenga y se deje atravesar por la obra. Observar y ver qué le pasa a la gente, qué hace, qué le propone la obra al espectador.