Con tintes de rock, pop y soul, María Magdalena Ortiz, el verdadero nombre detrás de María Colores, va por su cuarto disco. Por mientras, sigue componiendo para otros artistas y está enfocada en el lanzamiento de “Sesiones perdidas”, un conjunto de shows en vivo que precederán a la celebración de los diez años del éxito Llamadas perdidas que la consagró como cantante. “Siento que mi música va más allá de la moda”.
Por Macarena Ríos R./ Fotografías gentileza Agencia OZ Comunicaciones
María Colores es más que una linda voz. Mucho más. Con tres discos bajo el brazo y diversas colaboraciones con músicos de la talla de Américo, Pablo Herrera y Natalino, esta compositora, que fue invitada a participar del disco tributo a Cerati Te veré volver, que ha teloneado a Pedro Aznar y a Coldplay, el 2016, en un Estadio Nacional abarrotado de fans —“un gran hito en mi camino musical, espero seguir viviendo momentos emocionantes como ese”—, dice que las experiencias de vida la han llevado a ser quien es hoy.
¿Y quién es hoy María Colores?
Es una artista tremendamente creativa, con muchísima experiencia de vida sobre sus hombros, donde cada aprendizaje lo ha plasmado en la música, que no espera que le toquen la puerta para que las cosas pasen, que cree en la magia de la vida, en las energías y el universo. En la libertad y la gratitud.
Mientras sus últimos dos sencillos Toc Toc y Magia suenan en la radio y por streaming, está enfocada en componer las canciones de su próximo disco, que hablan del amor propio. “Estoy en un proceso de introspección, más emocional, te diría yo”.
¿Qué buscas con este cuarto disco?
Una estética nueva, un sonido distinto. Tengo ganas de mostrar otra faceta, de entrar en el lado B, de trabajar con sintetizadores y experimentar con eso. Estoy en busca de las melodías para este nuevo disco. Volver a esa inocencia de Llamadas perdidas es imposible, porque hay una evolución detrás, pero siempre voy a transitar por el pop, el rock y el soul.
FACETA CAMALEÓNICA
Sin clases formales de canto, su talento la ha llevado a transitar por diversos caminos que se han transformado en un viaje personal. Su gira con Los Tres, su periplo en un crucero a Alaska tocando piano y la gira por Estados Unidos con una banda de blues, son una parte más de su bagaje musical y hablan de su faceta camaleónica.
“Mi voz es súper adaptable a los estilos. He incursionado en cumbia con Américo, en vallenato, en reguetón, en rock, en pop, folck… Es bien popera”.
Y agrega: “Más allá del estilo, tiene que ver con mi actitud frente a la vida, frente a la música. Sea lo que sea que haga va a ser desde otro lugar, mucho mejor”.
¿Es un decreto?
Absolutamente. La música ha sido una plataforma increíble que me ha permitido abrir nuevos escenarios, nuevos intereses y generar las conexiones necesarias para expresarme en otras facetas.
María toca piano, guitarra, cuatro venezolano, acordeón y batería. Tiene tres hermanos, una hija (Zoe, 10 años) y una creatividad inagotable que la tiene trabajando en varios frentes a la vez: ilustración, composición y la creación de Lakolores, una marca con la que busca incursionar en diseñar ropa con sus ilustraciones. “Quiero pelusear un rato”, dice, sentada en un café de tonos rosa en Concón, “me quiero dedicar a mi talento y enfocarme en mi trabajo e hija”.
En pandemia se conectó con algo más que el arte. “Siento que desperté, que estoy más en el presente, que disfruto más los momentos simples, no tengo tanta expectativa y ansiedad. Que la vida me dé lo que me tenga que dar”.
¿Qué es la música para ti?
Conexión. La música es un regalo que te da la vida para sentirte vivo, que te conecta con las emociones, con los recuerdos.
¿Cuál es el lado B de un cantante?
Las inseguridades, el ego, el poder vivir de la música, que en un país como el nuestro no es fácil.
¿Qué te genera escucharte en la radio?
Nunca me he sentido un florero, yo soy mucho más piola, pero cuando alaban mi música o me escucho en la radio o en un carrete, me llena de orgullo.
¿Cómo ves la industria musical?
Hay diversos nichos, la música urbana ha tomado palco. Pero mi música va más allá de la moda.
¿A qué lugares te ha llevado?
Perú, Argentina, Brasil y Estados Unidos.
¿Cuál es la canción que más te representa?
Más que representarme, creo que Un lugar marcó un antes y un después. Me conectó con una mayor audiencia, me generó más colaboraciones. Es la canción que más le llegó a la gente. Armónicamente muy profunda.
En este camino artístico, ¿cuál ha sido el mejor consejo que te han dado?
Soltar, aprovechar cada momento y saber poner límites.
¿Dónde te gustaría estar en un año más?
Cantando mucho en vivo, con la posibilidad de viajar afuera, produciendo el cuarto disco y con alguna canción que se masifique. ¿Sabes qué me encantaría? Ser conductora de radio o TV.