Hoy es parte del Comité de Vacunas contra el Coronavirus, donde junto a importantes investigadores, buscan soluciones para frenar la pandemia. Es la primera mujer en liderar la Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) de la Macrozona Norte y ha debido enfrentar el desafío de convocar a la comunidad científica a trabajar sin descanso para concretar que Antofagasta produzca vacunas para el país y el mundo.
Por Catalina Aparicio / Fotografías Rodrigo Herrera
Desde que se anunció que en Antofagasta podrían desarrollarse vacunas contra el coronavirus, los ojos de todo Chile se posaron en la región. Y aunque fue presentado a fines de 2019, el Atacama Desert Vaccine Laboratory, hoy en día cobra protagonismo debido a las conversaciones público-privadas que buscan crear un estudio de mercado para la manufactura, comercialización y distribución de vacunas a nivel nacional e internacional.
El laboratorio nació en la Universidad de Antofagasta con la colaboración del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (MII) y la Pontificia Universidad Católica de Chile. “Este proyecto, ya cuenta con algunos avances que indican que existen atribuciones favorables en la región de Antofagasta para emplazar una planta de estas características, lo que la puede poner a la vanguardia de la producción de vacunas tanto para uso nacional como internacional”, señala Margarita Lay, licenciada en Ciencias Biológicas de la Universidad Católica de Chile, Magíster en Biología, doctora en Virología Molecular y Microbiología y en la actualidad, Secretaria Regional Ministerial de Ciencias.
Ariqueña, de padre de Iquique y madre de Sierra Gorda, Margarita Lay tiene un gran arraigo en el Norte Grande. Con una vasta trayectoria en el mundo de la Academia, hoy asume el liderazgo regional de una nueva cartera en nuestro país: Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. “Estoy feliz de contribuir a que en nuestra zona se consolide y difunda lo relacionado con la ciencia, pilar fundamental no solo para el desarrollo de un país, sino también para mejorar la calidad de vida de las personas, respetando el medio ambiente y con un crecimiento armónico”, señala.
Además de la contingencia, ¿Cuál es el trabajo como SEREMI han estado realizando desde su designación?
Trabajamos en el catastro en las cuatro regiones (Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama) respecto a las investigadoras y los investigadores, centros de investigación – tanto en la academia como en las empresas – y centros de investigación regionales e independientes, incluyendo ONGs.
Todo ayudará a obtener un diagnóstico inicial para luego encontrar estrategias de vinculación y articulación del conocimiento generado en la academia y centros de investigación con las empresas y el sector público, para que se lleven a cabo proyectos que trasciendan e impacten favorablemente a la sociedad. Mi sello será impulsar la investigación, tecnología e innovación en la macrozona norte, respetando el medioambiente, los pueblos originarios y la salud de la población.
Se trata de un ministerio nuevo, y la macrozona norte tiene un fuerte potencial en materias de ciencia, tecnologías e innovación, ¿cómo está trabajando con los distintos protagonistas?
Creo que existe un consenso en que tenemos que aprovechar nuestros recursos naturales y darles valor agregado con innovación. Esto es posible de realizar a partir de un polo de desarrollo científico-tecnológico que pueda estar bien articulado con todos los actores relevantes del ecosistema, como con las empresas, las universidades, centros de investigación, la comunidad científica y el sector público.
Además, la zona tiene muchas particularidades por su latitud, geografía, naturaleza e historia. Se trata del desierto más árido del planeta, convirtiéndolo en un lugar atractivo para desarrollar energías limpias renovables, basadas, por ejemplo, en la radiación solar e hidrógeno. Ya hay avances, pero hay mucho por recorrer aún.
¿Cuáles son los principales desafíos?
Todavía existen muchas brechas que superar, en cuanto al impulso en la investigación científica para que se traduzca en mejores desarrollos. Una de nuestras misiones es buscar las mejores estrategias para alcanzar un nivel de excelencia.
Dentro de nuestras prioridades está abordar la baja masa crítica de investigadores que existen actualmente en nuestras regiones nortinas. Sumado a ello, queremos incrementar los equipamientos para realizar investigaciones, como por ejemplo cómo utilizar de manera óptima los recursos hídricos de esta macrozona con el desierto más seco del mundo. Queremos potenciar la relación público-privado. Sin esa sinergia y colaboración no es posible ningún desarrollo.
MUJERES MARAVILLA
Contribuir al desarrollo sustentable y al bienestar social es el principal objetivo del Ministerio liderado por Andrés Couve y la Subsecretaria Carolina Torrealba. Como dato, son cinco mujeres las Seremis de Ciencia en el país, rompiendo el paradigma que asocia los temas científicos al mundo masculino. “Estoy feliz de trabajar junto a estas verdaderas mujeres maravilla y además de contar con el apoyo de mi equipo local: Cristian Flores-Gorigoitía, Iván Ramírez y Lorena Cortés. Somos un gran equipo”, señala Margarita, quien además agradece a su entorno por el apoyo entregado durante su carrera. “Este cargo implica un trabajo muy intenso y por eso ha sido fundamental el soporte de mi madre, mi hermana y hermano menores, mi sobrina y mi novio. También a mi padre que está en los cielos y sobre todo a Dios por darme la fortaleza, templanza y sabiduría para enfrentar esta gran responsabilidad”.
¿Qué piensa de las investigaciones que realiza Chile, en particular las instituciones educacionales como las universidades, frente al Covid-19?
Considero que son de muy buen nivel. Existe el “Fondo I+D COVID-19” que abarca iniciativas que van desde el estudio de la composición microbiana en muestras de pacientes con COVID-19 hasta iniciativas en el ámbito psico-social, desarrollo de ventiladores mecánicos, creación de desinfectante en base a compuestos bioactivos de extractos de bacterias aisladas del desierto de Atacama, desarrollo de un ensayo serológico para la detección de anticuerpos en pacientes infectados, entre otros.
¿La pandemia ha ayudado a que pongamos más atención en la gestión de la ciencia?
Efectivamente, en el marco de esta pandemia, gracias a las gestiones realizadas, han comenzado a funcionar cinco laboratorios asociados a universidades para el diagnóstico COVID-19 en cada una de las regiones de la macrozona norte. Además, hoy existen universidades que gracias a su propia iniciativa realizan testeos y estudios. Esto es un claro ejemplo de cómo las capacidades de científicos y científicas locales han podido ayudar a la salud de la población en una emergencia sanitaria de nivel mundial.
¿Qué opina de los recursos y el real apoyo que se entregan a las instituciones, organizaciones y profesionales de las ciencias?
En cualquier parte del mundo, las universidades, centros de investigación y sus científicos y científicas son fundamentales para generar conocimiento. Miles de productos innovadores y con valor agregado se han generado a partir del I+D+i que se ha hecho en estas instituciones producto del trabajo de los profesionales de la ciencia.
Estamos muy conscientes que las investigadoras e investigadores necesitan apoyo para continuar sus estudios. Tenemos la oportunidad y trabajaremos fuertemente para lograr nuestros objetivos.