Marcela Bastías: Gestora Cultural

Fundación Nacer Futuro

Desde su vereda, trabaja incansablemente para fortalecer iniciativas y proyectos artístico-culturales de la región. Inquieta y perseverante, su foco está centrado en democratizar el acceso a la cultura y llegar con ella a cada rincón. Y para ello se deja la piel. De su inagotable creatividad surgen un sinnúmero de iniciativas para diversos públicos, como un ciclo de cursos online dirigido a mujeres mayores de cincuenta años para reforzar su integración al mundo digital, y un recorrido por el litoral central con la Bibliomóvil para fomentar la lectura en niños. La piedra de tope, dice, está en el financiamiento. “Urge una política pública que facilite el vínculo entre empresa y sociedad civil”.

Por Macarena Ríos R./ Fotografías: Javiera Díaz de Valdés y gentileza entrevistada.

El hecho de ir a una escuela pública no privó a Marcela de participar en talleres de música, pintura y arte en general. Por el contrario, siempre estuvo inmersa en una comunidad que fomentaba las actividades culturales. “Gracias a eso estoy en lo que estoy. Y hablo de tener un capital cultural que viene desde el entorno, como los colegios y las organizaciones comunitarias, más que desde la familia en general”.

“Mi madre es una mujer muy empoderada, que tiene cuatro hijos ingenieros. Siempre nos inculcó el valor de la vida comunitaria y la importancia de estudiar para salir de un contexto social vulnerable y posicionarnos dentro de la sociedad”.

La temprana vinculación que tuvo con la cultura y las artes desde su infancia la hicieron tomar el peso de su valía. Participó en cuanta instancia cultural había, no solo en su colegio, sino también en organizaciones sociales y deportivas. Hoy, Marcela mira en retrospectiva: “el hecho de expresarse artísticamente, de participar en entornos culturales, nos hace ser personas más creativas e innovadoras, nos ayuda a tener un pensamiento crítico frente a la sociedad. Por eso el trabajo que hacemos en torno a la educación, la importancia de educarnos y compartir con la comunidad”.

“Al salir del colegio tuve una especie de crisis existencial entre las áreas artísticas e ingeniería. Quería estudiar música o teatro, a pesar de que me había preparado para las matemáticas y las ciencias”.

Dejaría su pasión por el arte y la música para estudiar ingeniería en informática. Pero no del todo. “Durante mi paso por la universidad, con unas amigas, comenzamos a gestionar un espacio artístico para una exposición de pintura en un ascensor de Valparaíso, que tenía una sala acondicionada para realizar actividades culturales”.

Ahí empezó el bichito por llevar la cultura a la comunidad y sus territorios. Con el tiempo crearon las bibliotecas comunitarias. Y fue en ese camino que se dio cuenta de que eso que hacía tenía un nombre: gestión cultural.

“Comencé a tomar todos los cursos de gestión cultural con los que me cruzaba, incluido un diplomado en la Universidad de Chile. Incluso hasta el día de hoy, porque hago capacitaciones a artistas y gestores culturales. Me gusta saber cómo puedo aportar con mi Escuela de Gestión Cultural —una de las tres áreas en las que trabaja la fundación—, con el fin de potenciar esta semilla y fortalecer sus proyectos.

HERRAMIENTAS DIGITALES PARA EL DESARROLLO CULTURAL

Su trabajo en la Universidad Católica de Valparaíso en distintos programas sociales para fomentar las herramientas digitales para el desarrollo social y cultural. Paralelamente, junto a su compañero de vida, comenzó a postular a distintos fondos culturales. Ciclos de cine por los cerros de Valparaíso, una biblioteca itinerante en la cárcel de Valparaíso, y talleres literarios para mujeres de la cárcel porteña y en escuelas de integración, fueron algunos de los que se adjudicaron. Era el comienzo de la década del 2000.

“Mi pareja siempre ha sido mi apoyo, mi asesor, mi coach y mi maestro en diversas áreas, tanto profesionales como personales. Nos complementamos muy bien. Somos personas creativas que estamos continuamente creando proyectos orientados a comunidades con escaso acceso a estos bienes culturales”.

“Nacer Futuro nació, en un principio, como una empresa social, el 2012, gracias a un capital semilla de SERCOTEC con los mismos objetivos que tenemos hoy en día: promover el desarrollo cultural y la integración digital. Pero, tal vez por mis propias creencias limitantes, no me sentí cómoda con la figura de una empresa, porque estaba acostumbrada a trabajar en programas sociales con beneficiarios”.

El 2019 cerró el giro de empresa, se preparó en gestión de negocios y ventas digitales y formó una fundación con personalidad jurídica que les permitiera crecer. “Ahora me siento en mi salsa. De a poco hemos formado un equipo comprometido e impartimos becas de cursos y talleres culturales a comunidades socialmente marginadas con el dinero de quienes sí pueden pagar.  Siento que lo que hacemos, el crear un área de sustentabilidad, es algo muy bueno.

¿Qué ha sido lo más desafiante durante todo este tiempo?
El financiamiento ha sido siempre un gran desafío y que enseño en la Escuela de Gestión Cultural, con una metodología probada para la postulación de proyectos. Actualmente estamos viendo distintas alternativas de financiamiento, además de los fondos concursables. Tenemos otros desafíos, como la vinculación con empresas privadas y establecer alianzas estratégicas para poder financiar la fundación y nuestros programas. Paralelamente a la actual Ley de Donaciones, el año pasado se creó una nueva ley: Ley de Donaciones para Bienes Públicos (Ley 21.440) que implica cultura, medioambiente, deporte, todas las actividades e iniciativas que sean para el bien público, ampliando las posibilidades para conseguir estos financiamientos privados.

ESCUELA DE GESTIÓN CULTURAL

“Trabajamos con un enfoque colaborativo, donde nos vinculamos con distintos municipios y sus departamentos de cultura y organizaciones de las comunas. Son ellos quienes realizan las convocatorias a los artistas y gestores culturales. Además, aprovechamos las tecnologías digitales para garantizar la accesibilidad y democratizar el acceso a la formación y gestión cultural y a la descentralización. Hicimos clases online en vivo, con mentorías grupales y asesorías personalizadas”.

“Este año postulamos a un FONDART para trasladar la Escuela de Gestión Cultural virtualmente a la zona austral de Chile, donde no existen, en la actualidad, capacitaciones para artistas y gestores culturales, gracias a la tecnología que nos permite abarcar mayores territorios. Nos vinculamos con municipios y organizaciones de esa zona que tengan redes culturales que nos ayudan y potencian la convocatoria, donde ya hay inscritas más de cien personas. Gestionar recursos es clave para la obtención del financiamiento, como es clave lograr el financiamiento privado para poder sustentar los proyectos”.

Una vez que termina la escuela existe un seguimiento por parte de la fundación con quienes tomaron los cursos a través de una serie de talleres con el objetivo de reforzar los aprendizajes. “Entendemos que el apoyo continuo y el acompañamiento es crucial para fortalecer estas capacidades y habilidades de forma sostenible. Durante febrero iniciaremos un nuevo ciclo de mentorías grupales dirigido a personas que ya han participado de esta escuela, lo que genera un fortalecimiento de la comunidad y una red importante de sinergias entre ellos y networking”. Actualmente hay una lista de espera de doscientas personas para la nueva versión.

Dentro del área del programa Fomento Lector este año ejecutarán un taller de booktubers en las comunas de La Ligua, Los Andes, Putaendo y Quintero, cuyo objetivo es que niños y niñas aprendan a hacer reseñas audiovisuales —que más tarde se suben a la plataforma de Youtube: Booktubers Nacer Futuro— sobre su libro favorito, motivando a otros a leer. “La primera versión fue autofinanciada en la biblioteca Severín de manera presencial. La segunda versión la hicimos gracias a un Fondo del Libro. Un sello que tratamos de imprimirle a nuestros proyectos es la cercanía de las actividades. Los niños hacen amigos y se fomentan las relaciones”.

La Bibliomóvil va a recorrer las comunas de Algarrobo, Cartagena, El Tabo y Santo Domingo —con sistema de préstamo de libros en coordinación con bibliotecas municipales de cada comuna—, para visitar escuelas, organizaciones sociales y agrupaciones de personas mayores.

“Este año, enmarcados en el plan de Fomento Lector, volveremos a implementar las Rutas Educativas y Literarias por la región de Valparaíso, visitando lugares patrimoniales e históricos vinculados con un relato en base a la vida y obra de autores importantes que nacieron, vivieron o pasaron por la región”.

VALPARAÍSO COMO POLO CULTURAL

La actual socia y exvicepresidenta del directorio del Parque Cultural de Valparaíso, comenta que, aunque Valparaíso es la capital cultural de Chile, hay que mejorar muchas cosas para que pueda convertirse y fortalecerse como un polo cultural. “En términos de infraestructura, se necesita una inversión que sea sostenida y estratégica, no solo con la preservación del patrimonio histórico y arquitectónico, sino que también con el mantenimiento y la creación de espacios contemporáneos que están dedicados a la cultura y las artes. Pienso que es importante un mayor apoyo institucional que implica no solo financiamiento para proyectos culturales, sino que también con políticas de colaboración entre el sector público y el privado”.

¿Qué políticas públicas implementarías y por qué?
En Valparaíso existe mucha infraestructura cultural sólida y disponible para la comunidad, sin embargo, pienso que se podrían implementar programas de educación y sensibilización cultural, donde se promueva la vinculación con el arte y la cultura desde la infancia. Muchas veces nos toca ir a actividades que requieren de harta producción, esfuerzo y horas de ensayo y llegan solo diez personas. Eso da pena. Ahí también hay un tema de marketing cultural importante.

Para ella la sostenibilidad también es clave. “Se necesitan políticas públicas que hagan que estas actividades sean sostenibles en el tiempo, porque los fondos concursables son por un periodo acotado y no garantizan proyectos a largo plazo. También pone el foco en la integración de tecnologías en el ámbito del arte y la cultura. “Necesitamos leyes que resguarden los derechos de autor y de propiedad intelectual, sobre todo con lo que hemos visto de la IA. Es prioritario legislar en torno a la tecnología y la creación artística”.

 

PROGRAMAS FUNDACIÓN NACER FUTURO

Escuela de Gestión Cultural: Fomentamos y potenciamos proyectos culturales en distintas comunidades. Capacitamos a líderes comunitarios/as, artistas y gestores/as culturales para que puedan llevar a cabo proyectos en sus territorios.

Casa Grande: En un espacio virtual, brindamos cursos, talleres, actividades de mediación cultural y capacitación para la integración digital de mujeres mayores que tienen interés por las culturas y las artes.

Fomento Lector: Talleres y actividades de mediación lectora, mediadas por tecnologías multimedia, dirigidos a niñas, niños y mujeres mayores, tales como el Taller de Booktubers y la Bibliomóvil que implementaremos en 2024, con el cofinanciamiento del Fondo del Libro y la Lectura.