Son primordiales en el camino hacia el éxito e insustituibles en los tiempos de crisis, pues atienden a la personalidad natural de cada uno. Las habilidades blandas, como destrezas interpersonales, son insumos fundamentales de nuestra vinculación social y siempre dejan grandes lecciones para el mundo de los negocios.
Hoy les quiero hablar del estudio “Tool for Success”, de la Universidad de Harvard, el que puede ser una hoja de ruta para nuestro espíritu emprendedor.
El informe de la investigadora Leah Shafer profundiza en cinco de estas cualidades: planificación, enfoque, autocontrol, conciencia y flexibilidad mental. Se las menciona como “capacidades centrales”, pues apuntan a la suficiencia de la autorregulación; nuestra gestión de las relaciones con el resto. Un ámbito que, dice la publicación, puede verse afectado por situaciones amenazantes y por las cuales se deben priorizar estas virtudes para el beneficio colectivo, tal como hace esta casa de estudios con este artículo dedicado a sus integrantes.
La planificación divide la rutina para multiplicar los beneficios. Organiza las tareas, brinda tiempo y se suele añorar a la hora de enfrentar los imprevistos. Es un ítem vital para los negocios sostenibles y muchas veces ilumina los procesos de reclutación de personal y de captura de talento, al manifestar las expectativas y los lineamientos esenciales de la organización.
El enfoque mantiene la concentración necesaria para cruzar dichas metas. Ayuda en lo operativo y permite altos estándares de rendimiento, porque encauza el trabajo desde lo que ya se ha establecido. Más profesionales focalizados implican más empresas orientadas en atender desafíos propios y colectivos, algunos incluso de carácter global como los medioambientales.
Por su parte, el autocontrol se inclina por la prudente administración de los hechos y las emociones. Se basa en el manejo de lo que nos parece efectivo y también de las situaciones críticas y sus consecuencias, lo que en tiempos de recesión económica e incertidumbre propaga soluciones basadas en la humildad y la resiliencia. Dos características que grafican fielmente lo que es ser emprendedor.
El texto refiere en sus páginas que la conciencia es todo eso que ocurre cuando se está bien informado, lo que hace entender, por ejemplo, el rol que cada uno tiene en los equipos de trabajo. Ser sinceros sobre lo que se puede hacer y lo que no, así como el aporte que significan ciertos sectores y rubros para la sociedad, puede marcar la diferencia en el momento de buscar resultados positivos.
Por último, la flexibilidad mental permite conducir el día a día en medio de una sociedad cada vez más rápida y con sobresaltos. La capacidad de adaptación ante el cambio es una característica que facilita el desarrollo de estrategias con pensamiento crítico y de liderazgos, basados en la ética y la responsabilidad corporativa. Las empresas, en varias ocasiones, son las que terminan activando las modificaciones definitivas de nuestros actos y en eso las habilidades blandas desbordan protagonismo.