Francisca Jünemann: Veta social

presidenta ejecutiva ChileMujeres

Luchadora incansable por la igualdad y oportunidades laborales de las mujeres, desde su vereda, la abogada trabaja por mover la aguja hacia la equidad de género en las compañías a través de políticas públicas y empresariales. Desde la fundación, procura construir un país más solidario e inclusivo, basándose en dos pilares fundamentales: la legislación y la evidencia estadística, con el propósito de dotar a las reformas de una base realista y efectiva. “Buscamos y soñamos que se apruebe un buen proyecto de ley de Sala Cuna, ese es nuestro principal desafío”.

Por Macarena Ríos R./ Fotografías Javiera Díaz de Valdés

La casa que cobija la fundación ChileMujeres es la misma que vio crecer a los tres hijos de Francisca. El espacio que antiguamente fuera el comedor —de ventanales amplios y espacios generosos— hoy alberga una mesa en las que preside las reuniones de directorio, compuesto por hombres y mujeres líderes en sus áreas.

Son las diez de la mañana de un jueves y Francisca Jünemann Pérez (50) habla de lo que la mueve, de los desafíos por venir, de la ley de paridad y del valor de la diversidad para seguir caminando en pro de los derechos de las mujeres. Falta mucho, dice. Sin embargo, desde ChileMujeres —presente activamente en los debates públicos—, han logrado aportar evidencia contundente sobre la realidad laboral femenina a través de datos duros que se manejan en diversos informes, como el Sexto Reporte de Indicadores de género en las empresas en Chile 2024, el Segundo informe de equidad empresarial y buen gobierno corporativo y el Informe laboral anual 2024 Zoom de género.

Las cifras hablan por sí solas. “El gran tema empresarial hoy es la igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres”.

Como buena capricornio, su mentalidad está enfocada en el logro, la dedicación y el trabajo bien hecho, valores que la han hecho merecedora de varios premios que reconocen su entrega por la construcción de un país más solidario e inclusivo. Pero no le gusta hablar de ella, sino de la agenda proactiva desplegada por la fundación.

“Este no es el trabajo de una persona, sino de una organización, de un equipo ejecutivo y de un directorio y de un consejo integrado por hombres y mujeres. Me encantan los reconocimientos, sobre todo cuando son a organizaciones sociales que velan por un propósito y no tienen fines de lucro. Creo que es un estímulo muy positivo para seguir perseverando en una ruta que no es nada de fácil.

¿Te sientes un referente?
Creo que nuestro trabajo en ChileMujeres es un referente.

“LA OBLIGATORIEDAD INVISIBILIZA EL MÉRITO”

De sangre vasca, alemana y libanesa, ama los veranos en Collico, las sobremesas en familia y la lectura. Por estos días lee a Elena Ferrante y Lucila, de Patricia Cerda.

Aunque de niña soñaba con ser secretaria, su marcado interés por las humanidades la llevó a estudiar Derecho. Fue al leer el Código Civil y el Código del Trabajo cuando se dio cuenta de que vivía en un país sin igualdad ante la ley para las mujeres.

Esa fue la génesis de la fundación.

Lo que nos movió en ese minuto fue, justamente, las pocas oportunidades laborales que tenían las mujeres en Chile, los costos asociados a la maternidad para la contratación, lo difícil que era para una mujer compatibilizar sus roles de cuidado y el desarrollo profesional. Y decidimos enfocarla al plano laboral, porque las mujeres necesitan un trabajo para tener autonomía económica para poder desarrollar todas sus capacidades y talentos”.

En estos diez años de trayectoria, ¿cuáles han sido los cambios más notorios que has visto?
Hemos logrado mover la aguja entre todas las personas y organizaciones que estamos trabajando por causas parecidas. Me provoca mucha satisfacción el que se haya generado mayor conciencia, que las empresas ya estén trabajando sistemáticamente para ser sostenibles, sin dejar fuera a la mitad de todas las personas talentosas y capaces que existen, que son las mujeres. No hay ninguna organización ni ningún líder que no se preocupe de este tema.

Dice que uno de los mejores consejos que le han dado es “escuchar más” y lo aplica a rajatabla. No solo en los directorios, comisiones y mesas de trabajo de organizaciones públicas y privadas, sino en el día a día. En el supermercado, en el banco, en la feria. “Hay que saber escuchar”.

A raíz del proyecto de ley Más Mujeres en los Directorios, ¿cuál es tu opinión acerca de la paridad?
Hay que tener mucho cuidado con respecto a la obligatoriedad que establecen las leyes, porque la obligatoriedad invisibiliza el mérito. Si tienes una ley que te obliga a tener mujeres en el directorio en un cierto porcentaje y eso es permanente en el tiempo, vas a estar invisibilizando el mérito de esas mujeres. Por eso para ChileMujeres es tan importante que una ley de esta naturaleza sea realmente una cuota sugerida —conocida en el marco internacional como “comply or explain”— para ayudar e impulsar a que las empresas avancen en este sentido.

¿Qué aportan las mujeres en los directorios?
Las mujeres en el directorio aportan mucho sentido. Yo creo que el más importante es la capacidad de adaptación de esas organizaciones a la sociedad en la cual se desenvuelve. Una organización en la que el principal órgano del gobierno corporativo tiene solamente una visión masculina no es una organización que vaya a ser sostenible en el tiempo ni se vaya a adaptar a la sociedad. Las mujeres aportan una visión distinta en el campo de las condiciones para otras mujeres que nunca van a alcanzar esos lugares de poder. Además, y esto lo dice la evidencia, aportan en disminuir la brecha salarial entre hombres y mujeres. Por eso es que a nosotras nos importa que haya más mujeres en los lugares de toma de decisión, no solo por un tema de justicia al mérito y capacidad de esas mujeres, sino por el aporte que la experiencia, la visión y lo que ellas mismas han vivido en su desarrollo profesional que puedan hacer los cambios en los lugares donde se toman las decisiones. Eso beneficia a otras y volvemos al corazón de ChileMujeres, orientado a todas esas mujeres de menores ingresos que nunca van a estar en los lugares de toma de decisión.

La maternidad, desde el punto de vista del cuidado y la crianza, son las principales causas de la brecha salarial e informalidad laboral femenina, ¿cuál es la mejor manera de sensibilizar a las empresas frente a este tema?
Logrando que tomen conciencia que la decisión de ser madre o padre pasa por las condiciones laborales de las organizaciones donde las personas trabajan. No es un tema de políticas públicas exclusivamente, sino de las posibilidades de tener igualdad de remuneraciones, flexibilidad horaria y apoyo de salas cuna en el cuidado.

Una de las reformas que marcan la hoja de ruta de ChileMujeres es el proyecto de Sala Cuna Universal, ¿ves su factibilidad entendiendo que el monto asignado es de, aproximadamente, 280 mil pesos?
Reformar la actual ley vigente de Salas Cuna del artículo 203 del código del Trabajo es fundamental para la igualdad de oportunidades laborales de las mujeres y, también, como apoyo a la natalidad en Chile. Este es un proyecto de ley que tiene los principios adecuados, porque desvincula el costo de sala cuna de la contratación de mujeres e incluye el principio de corresponsabilidad parental, porque es un derecho para madres y padres. Sin embargo, tiene dos problemas que deben ser solucionados a través de indicaciones. Primero, que el monto no alcanza, no hay sala cuna que se pueda pagar con 280 mil pesos; y segundo, que se tiene que abrir también a salas cunas con autorización de funcionamiento por el Ministerio de Educación y no solo con reconocimiento oficial del Estado.

“Lo más desafiante, en mi espacio laboral, ha sido sacar adelante una fundación que tenga impacto y que se autofinancie para que ChileMujeres tenga la misma libertad e independencia que las mujeres por las cuales nosotros trabajamos. No ha sido fácil, porque son recursos que debemos generar en forma permanente para mantener todos los proyectos, pero ha sido sumamente satisfactorio, porque se puede”.

¿Cuál debiera ser el desde en materia de equidad de género?
Desde el punto de las políticas públicas, que las mujeres tengan igualdad de derecho, porque eso determina la igualdad de oportunidades. En cuanto a políticas empresariales, la igualdad salarial, es decir que las mujeres no ganen menos, y la igualdad de oportunidades para ser contratadas y ascender.

¿Cómo es la experiencia en el extranjero?
Es muy diversa. De Colombia me gustaría destacar el nivel de ejecutivas de primera línea que hay. Es un país muy interesante de estudiar, porque las mujeres tienen un nivel de liderazgo y de alta responsabilidad muy potente. En cuanto a derechos maternales y paternales, los países nórdicos llevan la delantera.

¿Qué legado te gustaría dejar?
Me gustaría que las mujeres en Chile tuvieran igualdad de derechos y para eso necesitamos que se reforme la sociedad conyugal en el Código Civil, que se reformen las leyes que encarecen y desincentivan la contratación de mujeres en el Código del Trabajo, comenzando por la sala cuna, e igualar de mejor manera los derechos maternales y paternales.

Si pudieras retroceder en el tiempo, ¿hubieras hecho algo distinto?
Creo que sería soberbio decir que no cambiaría nada. Los seres humanos nos equivocamos y por supuesto que cambiaría cosas, pero también es parte del aprendizaje de crecimiento personal.