Constanza Fernández: Emprendedora de las olas

Subcampeona latinoamericana y nacional de longboard, Coni Fernández no sólo es deportista y seleccionada de Team Chile. Su amor por el mar y el cuidado del medio ambiente la llevaron a fundar The Waves Company, empresa que recicla el plástico de las playas y lo convierte en prácticos productos, como peines para tablas de surf, maceteros, posavasos, entre otros. Proyecto que este año obtuvo el premio Latinoamérica Verde, como uno de los quinientos mejores de la región.

Por María Inés Manzo C. / Fotografía Javiera Díaz de Valdés y gentileza de Coni Fernández (@_conifernandez)

Surfer y emprendedora, el día de Constanza Fernández comienza entrenando desde muy temprano en su “patio trasero”. Pero este no es cualquier patio, pues su casa está conectada directamente con la playa La Boca de Concón.

Desde chica, Coni jugaba en la playa con sus abuelos (quienes le enseñaron a nadar en el mar), padres, primos y tíos. “Mi familia ha vivido en Concón toda la vida, y me eduqué prácticamente entre la arena y las olas. Así nació mi amor por el mar y se volvió una relación muy cercana. Es más, uno de mis primos fue campeón nacional de bodyboard en 1998, cuando la disciplina aún no era muy conocida”.

El 2004, Juan Pablo “Mono” Barrientos puso la primera escuela de surf de la zona y, justamente, en la playa La Boca. Al comienzo entrenaba con algunos extranjeros haciendo clases de surf hasta que se comenzó a formalizar. “Yo tenía doce años y me instalaba todos los días en la reja de mi casa a mirar cómo entrenaban y de a poco me fui cautivando con el deporte. Un día el propio Juan Pablo se acercó y me invitó a subirme a una tabla. Para mí fue increíble, se me abrió un mundo maravilloso donde conocí a muchos deportistas y en el mismo lugar donde yo vivía”.

TEAM CHILE

“Como siempre estuve rodeada de muchos hombres, fui formando un carácter más duro, de hacerme respetar. Era complicado hacer surf en ese entonces, pero hoy el circuito femenino ha crecido muchísimo. Aprendí rápidamente, y a los diecisiete años tuve un viaje muy importante a Perú, donde conocí mucho de la cultura del surf y fue cuando decidí dedicarle muchas horas a este deporte, sin pensar que estaba entrenando”.

De ahí comenzaron los campeonatos, muchos viajes más, y el 2016 tuvo su despegue profesional con su primer evento internacional, representando a Team Chile en el XII Panamericano Claro Open en Lima. Luego, junto a la Selección Chilena de Surf, participó en los Juegos Bolivarianos de Iquique, donde obtuvo una medalla de oro y comenzó a moverse en el circuito como seleccionada nacional.

¿Cómo evalúas tu recorrido deportivo?
Desde que me subí a mi tabla no he parado. El año pasado en el circuito latinoamericano quedé como subcampeona y en los últimos Juegos Panamericanos de Lima 2019, marcamos un importante hito, pues por primera vez el surf fue incluido. De alguna manera, mi generación ha hecho historia en el deporte y es muy interesante porque estamos abriendo un camino para las futuras generaciones.

Y representando a las mujeres…
Sí, eso es importante, ahora veo a muchas niñas entrenando desde los diez años incluso. Antes eso era impensado. Hoy hay más mujeres metidas en este deporte y una tendencia entre los veinticinco a los cuarenta años, de profesionales de otras áreas, que toman su tabla y se van los fines de semana a practicar en familia.

THE WAVES COMPANY

“Por mi relación con el mar y el lugar que fui educada por mi familia, siempre estuvimos muy conscientes de la contaminación de las playas, y sobre todo del daño del plástico. Cuando estás surfeando es muy fácil encontrarse con bolsas y botellas. Además, cuando caminas por la orilla es impresionante la cantidad de microplástico de tapas de botellas, envases o plumavit”.

“Por eso comenzamos a limpiar la playa con la familia y amigos surfistas y vecinos. Luego empecé de manera independiente a realizar actividades con niños y a educarlos sobre la importancia de la limpieza de las playas y así a buscar iniciativas que pudieran mejorar el panorama”.

“En ese tiempo se instaló un punto limpio en Concón, donde llevábamos toda la basura que encontrábamos en la playa: botellas PET de jugos y bebidas, Tetra Packs, latas de aluminio, vidrio, etc. Era muy bueno porque recolectábamos y reciclábamos de inmediato. Pero nos encontramos con el problema que hay muchos otros tipos de plástico que no se puede reciclar, como los envases de champú, de cloro o las tapas de botellas”.

Tras mucha búsqueda, un amigo alemán le mostró el proyecto de Precious Plastic (Plástico Precioso), una iniciativa creada el 2013 por el holandés Dave Hakkens, que promueve el reciclaje en el mundo. Todo a través de un sistema colaborativo de educación e implementación de maquinaria al alcance de las comunidades.

“Ese proyecto era lo que necesitábamos en Concón, por lo que de inmediato me contacté con este holandés, quien me mandó los planos para implementarlo. El sistema consiste en máquinas, entre comillas artesanales, que te enseñan a reciclar el plástico de manera adecuada y a transformarlo en productos para que vuelva a tener una vida útil. Yo estudié ecoturismo, por lo que sé mucho sobre la gestión de proyectos, empecé a vincular a la comunidad y postular a fondos.  De esta manera generamos los recursos para llevarlo a cabo”.

Y así nació The Waves Company…
Oficialmente, el 2015 partió nuestra “compañía de las olas”, en honor a este grupo que tenía la misma convicción. Compramos máquinas y las matrices que son los moldes donde se derrite el plástico. Hoy somos como científicos del plástico, experimentando con distintos productos y diseños. Recolectamos, lavamos, clasificamos por colores de plástico, trituramos e ingresamos a las máquinas.

Junto a Coni trabaja su pololo, Carlos Verdejo, socio de la empresa y encargado de la elaboración de los productos. “Él ha sido mi gran apoyo, tanto en la empresa como en lo deportivo, me motiva a romper miedos y barreras”.

BASURA COMO RECURSO

“El problema general del reciclaje de plástico es que se necesitan maquinarias muy caras, a veces inalcanzables. Por eso la apuesta de Precious Plastic hace posible resolver problemáticas sociales y locales de manera exitosa. Incluso podría llevarse a colegios y condominios y funcionaría perfecto. Hoy The Waves Company es embajador de Precious Plastic en Chile, una comunidad internacional que también está en países como Francia y China”.

Con distintos productos a la venta a través de su ecommerce (www.thewavesco.com) y redes sociales (Facebook e Instagram: @thewavescompany), lo que más ha llamado la atención es su ecopeine, una peineta para tablas de surf, que lo que hace es reactivar el efecto de la cera antes de surfear para que no te resbales o sacar el exceso de cera. Además, venden para público general o regalos corporativos maceteros con cactus, posavasos, aros, entre otros.

Pero no sólo venden en Chile, exportan y comercializan a California, Estados Unidos, unos de los mercados más importantes del surf a nivel mundial. “Hay que dejar de ver el plástico como basura y tomarlo como un recurso, lamentablemente su degradación puede llegar a los quinientos años y, por lo mismo, podemos darle una vida útil y menos desechable. Por ejemplo en mobiliario público o revestimientos para construcción. El plástico reciclado es muy resistente y permite experimentar con muchos colores para hacer diseños atractivos”.

¿Han hecho talleres?
Sí, esa fue una de las génesis del proyecto. No sólo queríamos sacar productos, sino que ofrecer servicios ambientales de limpieza de playas y talleres de reciclaje de plástico. Fuimos a escuelas en Quintero y trabajamos con el municipio de Zapallar. También con empresas de Santiago y Pichilemu que nos han llamado para limpiar. Tenemos alianzas con fundaciones de todo Chile que nos mandan sus plásticos para que los transformemos.

La propuesta de The Waves Company ha llamado mucho la atención, tanto en Chile como en el extranjero por sus diseños innovadores y trabajo con la comunidad. El 2019 Constanza fue elegida dentro de los diez Youth Action Net, que reconoce a jóvenes que se hacen cargo de alguna problemática social o ambiental; y además como Joven Piensa de la Fundación Piensa de Valparaíso.

Como empresa fueron premiados dentro de los mejores emprendimiento de la Quinta Región por el Desafío Emprendedor de Banco de Chile; y el reconocimiento internacional Creators & Innovators de la empresa internacional Vissla que destaca a quienes produzcan artículos para el surf a partir de la basura. Y este año obtuvieron el premio Latinoamérica Verde, como uno de los quinientos mejores proyectos en América Latina en la categoría océanos.

¿Cuánta basura han recolectado?
Sólo el 2019 llegamos a recolectar de desechos de playa cerca de dos toneladas y media. Y en plásticos alrededor de setecientos kilos. La reducción triturada se traduce de una maxi bolsa de basura llena de plástico a un bidón de agua de seis litros. Es impresionante. Tenemos una gran responsabilidad social e individual, porque el ochenta por ciento de los residuos plásticos que hay en el mar salen de la tierra.