Una espectacular casa en Zapallar, conectada con el terreno, la naturaleza, la vista al mar y el cerro, es Casa 5 Vigas. Un proyecto de Gubbins Polidura Arquitectos que fue finalista del Premio Panamericano de la XXII Bienal Quito 2020.
Por María Inés Manzo C. / Fotografía Sergio Pirrone
Conectar los recintos con el suelo natural, en un terreno con una fuerte pendiente; donde la vista era fundamental, pero a la vez la privacidad, fueron parte de los desafíos de la Casa 5 Vigas de Zapallar. Un proyecto de Gubbins Polidura, liderado por los arquitectos Antonio y Marco Polidura.
“Este proyecto comenzó el 2016 —y terminó el 2018— como segunda vivienda de una pareja de Santiago. A ellos les encantaba la zona de Zapallar y querían un lugar amplio para poder descansar, desconectarse de la vida de la ciudad e invitar a sus amigos. La casa está ubicada en un loteo nuevo de la parte alta de la comuna, en una quebrada natural y donde la vista al mar es espectacular. Ellos conocían nuestros trabajos y les gustaba mucho la relación que generamos entre el espacio físico y los terrenos”, cuentan Antonio y Marco Polidura.
“Los dueños participaron activamente de las decisiones y aportaron con su buen gusto en diseño y decoración, donde hay una gran elección de colores y mobiliario acorde. Para ellos, como para nosotros, era muy importante que la quebrada se integrara a la casa. Entonces contrataron a Cristóbal Elgueta como paisajista, con quien hemos trabajado anteriormente, y es súper sensible respecto a los entornos naturales. Casa 5 Vigas pareciera que siempre hubiese sido parte del terreno, pues fue el paisajismo el que se integró a ella”.
Es así que todos los recintos de la casa están conectados con el terreno, pero a la vez mantienen la privacidad, privilegiando las vistas al mar y a los cerros que se encuentran atrás. “Cuando se llega de inmediato se baja por un paisaje autóctono, muy respetuoso y amigable con el medio ambiente, ya que requiere de poco riego. En estos tiempos es fundamental la optimización del agua, no sólo por el mantenimiento, sino por el cuidado de este recurso”.
GRAN TERRAZA
La propuesta consistió en crear una gran área pública (living, comedor y cocina), con una amplia terraza exterior (treinta metros de largo por siete de ancho, totalmente expuesta con una vista de 180°), que da la sensación que estuviera flotando sobre el mar. Este nivel superior, por donde también se ingresa a la vivienda, sólo tiene conexión al nivel inferior a través de una escalera. El zócalo está planteado como continuación de la topografía, con sólo una cara abierta, vidriada hacia el mar, conectada al oriente (cerro) por vacíos (patios).
“Uno de los requerimientos era separar el área pública de la privada (dormitorios), ya que son una pareja que gusta mucho de hacer reuniones y celebraciones. En total son 260 metros construidos en dos niveles, pero cuando entras a la casa pareciera que fuera sólo uno y no te das cuenta de que tiene el doble de tamaño. Son dos mundos completamente distintos e independientes”.
El baño principal es otro de los protagonistas, con una preciosa tina con vista abierta hacia el mar a través de un gran ventanal. Por otro lado, la terraza oriente, totalmente protegida, fue concebida como una continuación del cerro, más introvertida, donde se encuentra un fogón y un punto importante de reunión. Aquí uno de los grandes atractivos es que las terrazas acristaladas permiten que este otro patio también tenga una conexión visual completa con el mar.
5 VIGAS
En el programa se mezclaron espacios construidos y naturales (patios), interiores, intermedios y exteriores. Todo bajo una cubierta discontinua conformada por cinco vigas de hormigón negro. “En relación al material, la decisión del hormigón con moldaje de tablas, permite que el efecto del clima (patinas, musgos, etc.) produzca una expresión cambiante que reconoce el paso del tiempo en la construcción. Además, esos mismos materiales ayudan a que sea una segunda vivienda de muy baja mantención”.
“5 Vigas es una casa moderna, de líneas bien limpias y claras, donde finalmente su estética es el resultado de su solución estructural. Además de ser visualmente atractiva, tiene estrategias pasivas en relación al clima (ventilaciones cruzadas, sombra, orientación, luz natural y protección del sol). Las vigas y ventanales, por los dos lados, permiten que se ventile toda la casa. Además, las vigas, al ser tan altas, funcionan como una celosía y generan sombra sobre la cubierta y protegen del sol”.
Las vigas se apoyan en dos muros de cuarenta y veinticinco metros de largo, uno en cada lado del terreno, creando un espacio contenido, protegido del viento (punto fundamental para esta zona de Zapallar) y tapado a los vecinos, con orientación oriente-poniente (cerro-mar).
“La idea de las cinco vigas nació de otros proyectos que veníamos desarrollando, pues nos encanta la idea de lograr espacios con la menor cantidad de estructuras posibles y que nos permitan flexibilidad. Con tan sólo correr los ventanales existe una conexión con el sector de atrás y de adelante de la casa. Con vistas despejadas, espacios comunicados y protegidos, es una vivienda llena de rincones e interacción entre ellas”.
BIENAL DE QUITO
“La Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito (BAQ) es uno de los encuentros más importantes del rubro y en Latinoamérica. Es impresionante la cantidad de gente que asiste cada año y no solamente de países de habla hispana, sino que de todo el mundo. Nosotros habíamos sido invitados unos años atrás para dar una charla y para la última edición nos presentamos en el concurso. Quedamos dentro de los finalistas, donde se seleccionan obras públicas y privadas de muchísimos países. Fue un gran orgullo para nosotros este reconocimiento, no sólo por nuestra conexión con la bienal, sino porque habla de la arquitectura de nuestra zona”.
“Este fue un proyecto muy especial, donde hasta el día de hoy hemos visto los resultados de las estrategias y del buen uso que le han dado sus usuarios. Creemos que los mejores resultados en arquitectura se dan cuando uno tiene buenos clientes”.