Saliendo de una pandemia que ha minado profundamente las certezas del hombre del siglo XXI, la pregunta ¿cómo viviremos juntos?, que marcó la temática de esta bienal, es crucial, actual, fundamental. ¿Cómo organizaremos espacialmente la sociedad del futuro? ¿Qué papel desempeñará la naturaleza y la relación con ella? ¿Sigue siendo válido el modelo de la ciudad que hemos aplicado durante milenios? ¿Sostenible? ¿Qué papel juega la tecnología, las redes de datos, la conexión en el diseño de los espacios futuros? El curador de la muestra, Hashim Sarkis, invitó a las mentes más brillantes del mundo a responderla.
Desde Italia por Carolina Sotomayor B./ Fotografías Guiseppe Carlo Messinese Stagnoli
How will we live together? Bien podría ser el título del Festival de la Filosofía 2021, pregunta fundamental en torno a la cual los filósofos de todo el mundo querrían discutir, razonar, disertar. Pero la pregunta ¿cómo vamos a vivir todos juntos? se les hizo a los arquitectos, que siempre han estado llamados a traducir el sentido de habitar, del vivir común, de organizar espacialmente la sociedad. Un gran esfuerzo de imaginación, casi una adivinación.
Saliendo de una pandemia que ha minado profundamente las certezas del hombre del siglo XXI, la pregunta es crucial, actual, fundamental. ¿Cómo organizaremos espacialmente la sociedad del futuro? ¿Qué papel desempeñará la naturaleza y la relación con ella? ¿Sigue siendo válido el modelo de la ciudad que hemos aplicado durante milenios? ¿Sostenible? ¿Qué papel juega la tecnología, las redes de datos, la conexión en el diseño de los espacios futuros?
Hashim Sarkis, curador de la Bienal de Arquitectura de Venecia 2020, arquitecto libanés, y director de la School of Architecture and Planning en el Massachussetts Institute of Technology (MIT) desde 2015, ha invitado a las mentes más brillantes del planeta a debatir con esta pregunta.
Las palabras de Sarkis son claras, se pide a los arquitectos que imaginen cómo vamos a vivir el futuro en esta tierra: «juntos como seres humanos que, a pesar de la creciente individualidad, desean conectarse entre sí y con otras especies en el espacio digital y en el real; juntos como nuevas familias en busca de espacios habitables más diversificados y dignos; juntos como comunidades emergentes que exigen equidad, inclusión e identidad espacial; juntos trascendiendo los límites políticos para imaginar nuevas geografías asociativas; y juntos como un planeta que quiere hacer frente a las crisis que requieren una acción global para que podamos seguir viviendo”.
Desde 1980, año de la primera edición de la Bienal de Arquitectura, los pabellones de los «Jardines» y la sede del Arsenal sirven de marco y contenedor a esta exposición internacional. Venecia, ciudad única en el mundo por su belleza arquitectónica, es el escenario prestigioso donde cada dos años, de mayo a noviembre, millones de apasionados de la arquitectura, intelectuales, filósofos, arquitectos se dan cita para discutir los temas propuestos por los curadores.
Al lado de la articulada exposición internacional How will we live together? hay sesenta y una participaciones nacionales alrededor de los pabellones, en los jardines, en el Arsenal y en el centro histórico de Venecia. Alrededor de la pregunta abierta “¿Cómo vamos a vivir juntos?” se desarrollan las diversas contribuciones sobre algunas de las cuestiones centrales planteadas por la exposición: una nueva idea de comunidad global que se activa y organiza gracias a los instrumentos digitales, pero también capaz de congregarse en pequeños grupos locales preocupados por el destino de su territorio de pertenencia, así como la necesidad de redescubrir un legado cultural propio de cada país participante, para afrontar la multiculturalidad y la interdisciplinariedad del nuevo milenio.
A esto se añade la invitación a los curadores de los pabellones nacionales a trabajar juntos para imaginar, a través de la arquitectura, nuevas formas de asociación entre las naciones, que vuelven a situar en el centro el tema de la frontera, como clave de lectura e interpretación de cada contribución desarrollada por todos los participantes.
COMPARTIR LOS ESPACIOS
Como la propuesta de Estados Unidos, en la sede de los «Jardines», que se concentra en el valor y el significado de la técnica ballon-frame, con la que se construye el noventa por ciento de las viviendas. El título de la instalación es American Farming, y presenta el tema del tradicional telar de madera que constituye la base de la mayoría de los edificios de Estados Unidos. Lo hace con una colección de obras distribuidas en las salas interiores y una instalación de cuatro pisos que crea una nueva fachada para el pabellón histórico. La estructura balloon-frame al aire libre atraviesa los límites del tiempo y del espacio: introduce el mundo del bastidor de madera de la manera más directa posible, permitiendo a los visitantes vivir sus espacios, sus formas y las técnicas constructivas, ofreciendo un lugar para la reflexión y la conversación.
El Pabellón de Dinamarca, por su parte, trabaja en base al concepto de Comunidad, como un conjunto de organismos humanos, animales y vegetales. Con-nect-ed-ness es un lugar de descanso, donde la naturaleza invita a los visitantes a formar parte de un circuito integrado, complejo y virtuoso. El agua es el elemento sobre el cual nace y prospera el proyecto expositivo. El agua de lluvia recogida se utiliza para regar las plantas aromáticas que recubren las paredes del edificio. Las plantas se secan y se utilizan para preparar infusiones de hierbas ofrecidas a los huéspedes que pueden disfrutar el alojamiento en una plataforma flotante con almohadas y con vistas a un espejo de agua, que cierra el camino. Una nueva relación con el mundo es así (re)creada en un único sistema vivo.
Para probar un verdadero experimento de vivienda compartida, se instaló un modelo a escala 1:1 de un futuro complejo de cohousing en el Pabellón de los Países Nórdicos, llamado What we share. A model for cohousing. Construido con un innovador sistema de madera maciza, la obra de los arquitectos noruegos Helen & Hard, nos muestra el concepto de compartir espacios privados imaginando una manera en que los residentes puedan expresarse de la mejor manera en la comunidad.
El discurso se amplía y diversifica en exposición organizada en las Corderie del Arsenal. En efecto, todos los proyectos seleccionados se han organizado en cinco secciones, que Sarkis llama «escaleras». Cada solicitud complementa la solicitud inicial How Will We Live Together: Among Diverse Beings, As New Households, As Emerging Communities, Across Borders As One Planet.
El objetivo de este esfuerzo imaginativo es concebir, juntos, un nuevo «contrato espacial”. ¿Qué es este contrato espacial? Una manera de concebir, del micro al macro, los espacios que habitamos como opciones políticas. Si hay cuatro sillas y cinco personas que quieren sentarse, podemos sortearlas para decidir los cuatro afortunados que se sentarán, o bien poner juntas las sillas para crear nuevos espacios en los que se pueden acomodar todos, espacios inclusivos, espacios políticos.
Esta es la clave que hay que tener en cuenta al visitar esta bienal. Respuestas para compartir espacios cada vez más estrechos, que sean inclusivos y no exclusivos. Arte y tecnología se entrelazan en las propuestas de estas secciones siguiendo el rastro dictado por el curador. Prefiguración confiada a la visión artística y soluciones tecnológicas que salvarán la naturaleza, son algunas de las experiencias que cada uno se llevará a casa después de haber visitado una bienal extraordinariamente rica en temas multidisciplinares complejos, y que nos lleva a reflexionar sobre cómo podemos vivir este mundo lleno de futuro.