¿Sabías que el olor a lavanda relaja? ¿Que los techos altos aumentan la creatividad y las plantas de interior reducen la ansiedad? En esta entrevista, la arquitecta e interiorista trasandina, especialista en neuroarquitectura, nos invita a descubrir el mundo que hay detrás del diseño y sus espacios y cómo estos afectan nuestras emociones. “Creo firmemente que el espacio que habitamos influye en nosotros, en cómo nos sentimos y, por lo tanto, en nuestra calidad de vida”.
Por Macarena Ríos R./ Fotografía gentileza Antico Studio
“Las oportunidades tienen pelos en la frente y no en la nuca, para agarrarlas cuando vienen y no cuando ya se han ido”. Esa frase se la escuchó Ana a su padre y siempre la recuerda. “Es la que me anima a aventurarme en nuevos caminos y a ir siempre hacia adelante”, asegura desde su oficina de arquitectura e interiorismo, Antico Studio, que abrió hace cinco años y con la que ya ha desarrollado doscientos proyectos residenciales y de oficinas, basados en la neuroarquitectura.
Amante del estilo Hygge, del arte y la estética, Ana siempre había tenido el presentimiento de que los espacios influían en el bienestar y en la felicidad de las personas. De que los colores, la iluminación, las formas de los muebles y su materialidad afectaban, de alguna manera, los estados de ánimo y modificaban las emociones. Y no se equivocó. “Siempre pensé que tenía que haber algo más profundo, con sentido”.
Su curiosidad y sed de conocimiento la llevaron a investigar en Internet, a buscar información en libros e inscribirse en diversos cursos, que complementaron sus estudios de Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires, Arquitectura Interior en la Universidad de Chile y, posteriormente, un diplomado en Neuroarquitectura en la Universidad del Desarrollo.
¿Cómo cambió tu perspectiva del diseño y la arquitectura?
Diría que no la cambió, más bien la reafirmó. La neuroaquitectura vino a darle sustento científico a aquello en lo que yo ya creía y que había vivido de chica. Con mi familia nos mudamos de un departamento pequeño a una casa grande, que si bien es cierto uno pudiera pensar que era un cambio para mejor, a mi mamá la deprimió. Nos decía que la casa era muy oscura, que se sentía muy vacía, y la afectó muchísimo. Eso siempre me quedó dando vueltas.
¿Cuál es el ADN de la neuroarquitectura?
La neuroarquitectura se basa en la neurociencia para demostrar cómo el espacio que habitamos influye en nuestros estados de ánimo. Hay estudios del Happiness Research Institute, que ranquean a los nórdicos como uno de los países más felices del mundo y otros que dicen que el 73% de las personas que son felices en sus casas, lo son en la vida también. Es lo que llamo decoración emocional.
“El entorno que nos rodea es capaz de hacernos segregar, en mayor o menor grado, ciertas hormonas y neurotransmisores que están asociados a nuestro bienestar, como son la dopamina, la serotonina, la oxitocina y las endorfinas. De ahí a que todo el trabajo científico esté centrado en identificar qué impacto tienen los diferentes elementos, formas, colores y materiales en nuestro cerebro”.
Bajo el lenguaje de la neuroarquitectura, los cielos más altos despiertan nuestra creatividad. ¿Puedes dar algunos ejemplos de cómo los colores e iluminación afectan nuestra conducta?
Está demostrado que el color rojo abre el apetito, por eso es muy usado en los restaurantes, y que los azules y grises propician la calma, por eso se utilizan con frecuencia en salas de espera o en centros de spa. La luz fría gatilla el sistema de alerta, por lo que es utilizada normalmente en lugares de trabajo y la luz cálida, en cambio, da una sensación de serenidad que invita a relajarse y permanecer, por eso es muy utilizada en hoteles.
Para Ana, la luz natural es una fuente de energía vital. “Hay estudios que demuestran que los pacientes en los hospitales que tienen luz natural en su habitación se curan más rápido y no necesitan analgésicos. En Japón se utilizan mucho los llamados “baños de bosques”, que bajan el cortisol, que es la hormona del estrés. En la historia de la humanidad, los seres humanos siempre convivieron con la naturaleza, pero en la actualidad, pasamos cerca del 90% de nuestro tiempo dentro de recintos (oficina, mall o casa). De ahí la importancia de que estos sean de calidad”.
Los espacios verdes, la biofilia, también generan bienestar.
Está estudiado por la NASA que las plantas de interior son purificadoras del aire, como la sanseviera o lengua de suegra; ayudan a la concentración, reducen nuestros niveles de ansiedad en un 37%, limpian el aire del ozono, que es la contaminación que producen los computadores e impresoras, y disminuyen el estrés.
Tomando en cuenta la sicología del color, ¿cuáles son los que se usan hoy en día para lograr espacios más cálidos?
En general, colores cálidos, valga la redundancia, pero de preferencia, desaturados, es decir, suaves. Se usa mucho el gris también, ya que es sereno y atemporal, pero lo ideal es que sea un gris con un matiz cálido, o un greige (mezcla de gris con beige).
¿Y en cuanto a la materialidad?
La madera es un buen elemento. Hay experimentos que se hicieron en hogares de ancianos, donde en el comedor de diario se ponían mesas de madera o mesas de metal o de vidrio. En estas últimas, los adultos mayores comían rápido y se iban a sus piezas sin interactuar; en cambio, quienes se sentaban en las mesas de madera se quedaban más tiempo y hacían sobremesa, conversaban y sociabilizaban. Las formas más curvas y redondeadas, por ejemplo, generan felicidad y más ganas de permanecer en el espacio.
¿Con qué estilo te identificas más?
Con los estilos nórdicos y bohemio, siento que me generan mayor relajación y bienestar. Este último está muy asociado a la naturaleza, usa fibras naturales, cosas orgánicas, formas redondeadas, textiles. También me gusta el California casual que está asociado a la costa. Me gustan las frases positivas, ver fotos de momentos lindas. La tendencia no lo es todo. Definitivamente.
“El aroma es muy importante en una casa, porque el olfato es diez mil veces más potente que todos los sentidos porque va directamente al sistema límbico, que es el centro de las emociones. Por ejemplo, los cítricos son antidepresivos, la lavanda te ayuda a tener un sueño más reparador. Y sacarse los zapatos cuando entras a la casa puede parecer una pavada, pero también adopta una postura de relajación, quita tensión. Tu hogar debiera ser tu espacio favorito”.
Antico Studio está dedicado a diseñar hogares basándose en la neuroarquitectura para hacer espacios que generen sensaciones positivas y felicidad. Estudios revelan que el color, la iluminación, la disposición de las cosas y las texturas de nuestro entorno afectan nuestra concentración, estado de ánimo, aprendizaje y productividad.
@anticostudio