Arquitecto y diseñador de modas, el arte siempre ha estado en su vida. Su padre, además de arquitecto es músico, y su madre es pintora y diseñadora gráfica de interiores. Juntos tienen una empresa familiar con la que han construido, diseñado y remodelado espacios muy conocidos en Antofagasta. En paralelo, Vedran es creador de la marca de diseño Goldencat, que se difundió en todo Chile por vestir al reconocido rostro de televisión Jean Philippe Cretton.
Por Catalina Aparicio / Fotografías Rodrigo Herrera / Maquillaje Arami Paulina
Vedran Santelices es un apasionado por definición. Todo lo que hace procura vivirlo intensamente. Disfruta de sus amistades, y de todas las personas nuevas que va conociendo en el camino. Vive en una casa que diseñó él mismo junto a su familia, un lugar que le encanta porque le permite realizar eventos o showrooms y, además, es su espacio de creación, su taller.
En abril de este año se fue por tres meses a Nueva York, en busca de la inspiración para la creación de su nueva colección, la que presentó en el Fashion Week Nueva York. Donde compartió escenario con la destacada diseñadora, Agatha Ruiz de la Praga.
“Estoy viviendo el mejor momento de mi vida como diseñador, estas son grandes oportunidades para mí, y quiero resaltar que fui el único chileno en la Semana de la Moda en Nueva York y eso me hace sentir muy feliz porque siento que estoy representando al país”, cuenta orgulloso.
¿Cómo un arquitecto se convierte en un diseñador de moda?
Cuando entré a arquitectura, mi principal objetivo fue priorizar la creación en todos mis procesos. Siempre quise que salir de lo establecido fuera el sello de mi trabajo y es por eso que hacia allá apunto, a diseñar y ejecutar conceptos nuevos, ya sea moda o arquitectura. Quizás por eso creo que ambas disciplinas van de la mano.
¿Cuándo y cómo nace tu interés por la moda?
Desde pequeño he sentido que a través de la moda podemos comunicarnos y expresar todo aquello que muchas veces debemos callar por un tema social. A través de la moda, cada uno proyecta su esencia y al final del día se convierte en una especie de complemento a nuestra personalidad. Al ser un lenguaje en sí mismo, el vestuario y los accesorios no solo pueden ayudar a una persona a que encuentre su estilo, sino que puede convertirse en una especie de terapia, pues proyectar una imagen de bienestar contribuye a mejorar la auto imagen y con ello, a sentir mayor seguridad y estar más contento con uno mismo.
¿Por qué elegiste arquitectura y no diseño, por ejemplo?
Nací en una casa donde ambos padres trabajan en arquitectura, entonces no lo pensé mucho la verdad, fue casi instintivo. Para mí, esta profesión se centra en los procesos creativos. Además, siento que la posibilidad de crear nos acerca mucho a nuestra propia espiritualidad y eso siempre ha generado en mí una gran fascinación. Estudié en la Universidad Católica del Norte y con mis padres tenemos una empresa de arquitectura donde somos el equipo perfecto. Mi papá tiene una mente muy matemática, yo manejo lo relacionado a la arquitectura propiamente tal y mi mamá aporta el arte.
LO TRADICIONAL
¿Cuál es el rol de la familia en tu vida?
El apoyo de mi familia es incondicional, mis padres son mis principales mentores en el camino del diseño y siempre están junto a mí. Tenemos una relación muy cómplice. Mi papá Marko, mi mamá Katica y mis hermanos Ivena y Marko Andro son un constante apoyo en mi día a día.
¿Quiénes te inspiran en el mundo del diseño y la moda?
Lo que me marca en la moda es ver y analizar la vida de mis tres musas, además de la conexión que tengo con ellas y con su trabajo. Ellas son: Saha Hadid, arquitecta, Donatella Versace, diseñadora, y Anna dello Russo, editora de modas.
Son tres mujeres de rubros distintos, pero son unas creadoras innatas.
¿Quiénes son las personas que más te acompañan en estos procesos de la moda?
Mi madre. Ella es mi mentora, mi musa, mi brazo derecho. De ella aprendí todo sobre diseño y sigo aprendiendo, y espero algún día ser tan hábil como ella a la hora de enfrentar los desafíos de diseño… ¡ella es perfecta!
LA MODA Y LA TELE
Durante el verano, su nombre se hizo conocido a nivel nacional por el traje que usó el conductor de televisión Jean Philippe Cretton en la Gala de Viña del Mar, a quién conoce desde hace un par de años y que reconoció haber confiado plenamente en la creación del nortino diseñador.
¿Qué te dijo él cuando vio el traje lleno de brillo que le hiciste?
Nada, quedó sin palabras, literalmente. Sonrió al verse en el espejo y me felicitó. El traje pesaba cinco kilos, tenía seis mil cristales Swarosky y cincuenta metros de cadenas. Fue un trabajo de cinco personas que bordaron durante veinte días. El precio bordea los cinco millones entre los materiales y la mano de obra.
¿Cómo fue la reacción de la crítica?
La respuesta fue muy positiva. Al principio tuve un poco de miedo, pero en general los comentarios fueron buenos. Obviamente también hubo opiniones adversas, pero nada que me hiciera sentir mal. Lo terrible hubiera sido no generar ninguna reacción. Que hablen bien, estupendo… que hablen mal, también se acepta, pero pasar inadvertido, ¡jamás! Creo que hasta los “memes” fueron buenos.
¿Qué sientes ahora que tu nombre es más conocido aún a nivel nacional?
Creo que fue una gran vitrina. Me propongo que mis clientes se sientan únicos: si te vas a vestir Goldencat, siéntete Goldencat. Las telas están pintadas a mano, los estampados los diseño yo… en sí, el producto final se basa en el concepto de pieza única. Trabajo con los bordados y muchas telas pasan por distintos procesos.
¿Qué estilo te define?
Brillar, ser único, sorprender. Todo lo que hago es pensando en eso. Creo que la moda debe ser una forma de escape, algo que uno disfrute mucho. Para mí, la moda es una constante fiesta y celebración, y quiero que mi marca y mi ropa lo reflejen.
¿Cuáles son tus próximos desafíos?
Quiero siempre sorprender, innovar y destacar. Llevo una vida un poco alocada, viajando todo el tiempo, disfrutando cada momento. Camino confiado de lo que vendrá y siempre pensando en nuevos desafíos y proyectos. Estoy en un momento en que me siento más confiado que nunca sobre haber elegido el camino correcto.