Nuestro mundo, en términos históricos, siempre se rigió por ciertas reglas, sobre todo en los sentidos relacionados a la sociedad. La música que escuchamos nos vuelve parte de un grupo, nuestros hobbies y nuestra manera de hablar nos relacionan con otros, y así sucesivamente dentro de los variados ámbitos sociales que existen. En este sentido, nuestra manera de vestir no es una excepción, sino otra de las reglas: reglas que deben quebrarse.
¿Acaso la ropa indica un género? Esto es discutible. ¿La moda actual depende de nuestro género? Esto también puede ameritar una charla interesante. Estas dos preguntas, sin embargo, nos llevan a un tema mayor: al cómo nos identificamos acorde a nuestra vestimenta. Como hombre, ¿no puedo vestirme con una parka negra mujer? Como mujer, ¿no puedo vestir una polera sin mangas aparentemente de hombre?
¿Qué podemos decir de los colores? ¿Es el color rosado para un grupo de personas y el azul para otro? La mirada de la sociedad se encuentra estancada en un triste charco de certezas que devienen de costumbres arcaicas y sin fundamentos, según algunos expertos indican. No es por nada que haya surgido, en los últimos años, una revolución dentro del mundo de la moda, donde lo “trendy” ya no depende de los géneros, sino de los gustos de cada persona.
El condicionamiento de la moda según nuestro género
Existen casos tales como los de P!nk, vestida “de hombre”, o de Sam Smith, enarbolando vestidos coloridos y femeninos al presentarse en las galas de varios premios musicales. Varias modelos han convertido a la parka sin manga mujer en un atuendo que marcó tendencia en los últimos meses y que ha contagiado a muchas mujeres tanto jóvenes como adultas. Podríamos afirmar que esto se debe a un fenómeno social que cada vez ess más habitual.
Al recibir a sus hijos e hijas el día de su nacimiento, muchos padres dan por hecho que ellos se inclinarán por ciertos gustos, colores, música y hobbies –tales como el deporte o ciertas disciplinas artísticas– de acuerdo al sexo biológico que se les asignó cuando nacieron, es decir, el de varón o mujer. Este punto de vista en las últimas décadas ha cambiado radicalmente, produciendo ciertos efectos revolucionarios en el espíritu de una gran cantidad de personas.
Repetimos la pregunta porque creemos que es importante tenerla en mente: ¿nuestra ropa representa nuestro género? En muchos aspectos, varias personas lo afirman sin dudar, creyendo ciegamente que pertenecemos dentro de ciertos modelos de telas, colores y decoraciones, como si fueran cadenas que nos ubican en celdas delimitadas para cada individuo. Para ellos, la parka mujer o de hombre son tan diferentes que sería imposible mezclarlas.
Esta mirada, poco a poco, está dejando de ser la regla hegemónica que gobierna a la sociedad desde hace cientos de años. Millones de personas se han levantado en contra de esta visión autoritaria sobre el “qué es qué”, para cambiarla por una que nos invita a “ser quienes queremos ser”. La relación sexo-género posee cada vez menos influencia en nuestra identidad, algo que provoca una reacción que sueña intensamente con la libertad.
Encontrar la paz de “ser quien quieres ser”
El mundo de la moda le dio alas a miles de hombres y mujeres para convertirse en lo que sea que ellos quieren ser. La lucha contra el bigotismo sexual ha logrado que varios medios de comunicación masivos alcancen una posición en la que pueden llegar a millones de personas que no se sienten representadas por la hegemonía del sexo y los roles de género. En este ambiente, los hombres pueden sentirse seguros utilizando tacos y las mujeres camperas de jean.
La ropa, dentro de la comunidad LGBTQI+, no posee una carga de género en absoluto y todas las prendas y accesorios pertenecen a cualquiera que desee llevarlas puesta. En pocas palabras, una parka negra larga mujer puede ser utilizada por un hombre y las prendas que usualmente son consideradas masculinas pueden ser modeladas por una mujer. En este sentido, fueron creadas por esta comunidad las ropas “bigénero”.
La idea principal detrás del eslogan “sé quien quieres ser” es la de establecer la existencia de varios géneros más de los dos que son aceptados actualmente (hombre y mujer). Nos referimos, mayormente, a los géneros no binarios: aquellos que no se identifican como hombres o mujeres, sino que se sienten dentro de un espacio aparte o entre ellos.
Aunque la moda tiene muchísimo que ver con la manera en la que las comunidades LGBTQI+ se expresan, lo esencial es que cada individuo a través de la moda y las personas que lo rodean puedan encontrar su verdadera identidad: un aspecto de la vida que pocos tienen en cuenta o consideran importante. Desde un punto de vista psicológico, tener clara nuestra identidad es un signo claro de sanidad mental y de que conocemos nuestros objetivos.
Hoy por hoy, los y las modistas no piensan en crear prendas que se ajusten a los géneros asignados durante el nacimiento de los modelos, sino que reconocen, conocen y abocan su arte para hacerlos sentir cómodos, queridos y atractivos para el público. Esta forma de presentar la moda permite a cualquier persona a jugar con las prendas que tiene a disposición, a utilizar la ropa como quiera y a presentarse ante la gente como guste.
La unión más importante entre el o la modelo y las prendas para modelar es la elección que tomen sentimental y creativamente y la manera en que esa persona quiera utilizar las herramientas que tiene a mano. Entre tantos accesorios podríamos referirnos a stilettos, brasieres, o una simple parka larga negra mujer. Las posibilidades, en este sentido, son casi infinitas para todas las personas dentro del colectivo LGBTQI+.
Encontrar el espacio que nos lleva a “ser quienes queremos ser”, implica olvidar ciertas reglas tales como que las polleras son de mujeres, que los pantalones son de hombre, que las mujeres no pueden llevar camisas o corbatas, que los hombres no saben caminar sobre tacos, etcétera. En pocas palabras, se trata de deconstruir creencias que lastiman y doblegan a miles de personas en todo el mundo cuando algo tan sencillo como la ropa no tiene género.
El auge de la ropa unisex en 2023
En los últimos 30 años comenzaron a surgir prendas de vestir que no se ajustaban específicamente a niños o a niñas, y se las llamaron a estas prendas “unisex” (o para ambos sexos). Hoy en día, estas vestimentas se encuentran en la gran mayoría de las tiendas de los países occidentales y sus ventas suben cada vez más y más. Así también, los nuevos canales de ventas como plataformas de e-commerce han logrado alcanzar a los menores de edad que continúan siendo los más beneficiados entre estas prendas, aunque los adultos no se encuentran tan lejos de alcanzar dicho nivel, dado el conocimiento y globalización en el que hoy nos encontramos inmersos.
En relación a lo mencionado, María Antonia Palma, gerente Moda & Belleza de falabella.com, comenta que: “Por estos días, el foco del comercio digital es lograr llegar a captar a una audiencia de todo rango etario. Es por esto que en falabella.com se puede encontrar una amplia gama de productos en la categoría de Moda y Belleza perfectos para combinar vestimentas para diferentes ocasiones, desde lo último en tendencias con marcas exclusivas, hasta productos exóticos con gran variedad de accesorios. Nuestro compromiso está en ofrecer miles de productos favoritos de nuestros clientes, en un solo lugar”.
El uso de las vestimentas consideradas “unisex” forma parte del derecho de todo ser humano a vestirse como quiera, sin importar su sexo o incluso edad. En este sentido, un hombre que lleva puesto parkas de mujer sin mangas o una pollera no debería ser molestado al igual que una mujer vestida como un jugador de fútbol.
Este punto de vista, sin embargo, nos llega con ciertas condiciones que nos imponemos a nosotros mismos. Es probable que, dependiendo de las ropas que queramos usar, nos preguntemos cosas como: ¿cómo nos vemos usando parkas mujer? ¿Cómo queremos que nos vean los demás que nos rodean? ¿Cómo nos sentimos y cómo nos movemos utilizando ciertas ropas? Todas estas preguntas son válidas para cualquier persona que quiera conocerse más.
La ropa unisex, también conocida como la “ropa sin género” o “ropa de la igualdad”, cobijada por personalidades talentosas como Francesc Morales, determina que no existen los límites entre lo que existe y lo que soñamos. En este sentido, las parkas sin manga mujer pasan a ser un artículo no solo exclusivo para las damas sino también para los hombre que no puedan resistirse a utilizarlas. ¡Y en ese caso deberían hacerlo!
La influencia de la ropa unisex en la sociedad
Aunque es indiscutible que las ropas puedan ser intercambiables entre hombres y mujeres, esto no quiere decir que sus cuerpos sean los mismos, sino todo lo contrario. En este sentido, no es tan lógico que existan ropas que se ajusten a los parámetros de dos sexos diferentes. Hacemos esta afirmación teniendo muy en cuenta que pueden haber excepciones y aseverando que tanto hombres como mujeres pueden vestirse como gusten.
La realidad es que dentro de la ropa unisex, los cortes para modelos masculinos son los que se llevan el primer lugar en cuanto a popularidad. Este efecto no es extraño en absoluto, ya que cientos de mujeres eligen en muchos casos prendas masculinas para vestir en el día a día. Las razones se les escapan a los teóricos: ¿será por gusto, por comodidad, por un intento de pertenecer?
Para ejemplificar pensemos en un concepto común en todo el mundo: los pantalones, ya sean de tipo leggins o jeans. Se trata de cortes de ropa que indican que su usuario tendrá un mayor espacio o tiro en la zona de la bragueta, es decir, se verán más anchos, y puede que a las mujeres esta costura les quede mucho más holgada y que marquen menos sus virtudes.
Por otra parte, y siguiendo el ejemplo de los pantalones, aquellos que tienen un corte más ancho y con más espacio en la bragueta promueven el uso de las mismas prendas, incluso para las mujeres que prefieren pertenecer a esa moda casi exclusivamente “latina”. Esto mismo sucede con las sudaderas o las camisetas anchas y se le conoce como la moda “oversized” dentro de las comunidades más carentes, donde se oye mucho rap y música latina de todas partes de América Central.
La ropa masculina en las mujeres
Muchos teóricos consideran que la moda unisex debería ser llamada como “ropa de hombres para mujeres”. Aunque la ropa que podríamos clasificar como “ancha” se llevó toda la atención de las mujeres fanáticas de modelos y cantantes de rap tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, no llegó a ser un triunfo femenino en su totalidad. El efecto fue contrario, gran parte de las mujeres británicas demostraron que no querían que los hombres sucumban al efecto de la ropa unisex.
En este sentido, las investigaciones llevadas a cabo por estudios como los de Karen Pine (una psicóloga británica) demostraron que las mujeres que utilizaban ropas anchas eran por lejos más infelices que otras mujeres de su misma edad. Pine notó que estas mujeres se encontraban más deprimidas, apagadas y menos contentas cuando llevaban puestas las prendas anchas que originalmente pertenecían a los hombres.
Los trajes son otro tipo de prendas que son difíciles para que una mujer se ajuste a ellas. Esto no se debe a nada específico, sino exclusivamente a las características físicas con las que nacimos. De hecho, existen trajes que fueron modelados por mujeres para mujeres y que, por ende, son mucho más convenientes para que ellas se luzcan que llevando puesto un traje o esmoquin masculino.
Las modistas son las que crean trajes formales para mujeres que denotan figuras triangulares y por lo tanto atractivas para los hombres. Lo mismo ocurre desde el campo contrario. Los hombres más llamativos son aquellos cuyo cuerpo toma una forma triangular dentro de su traje, resaltando sus hombros y su espalda. Una altura respetable también es parte de cómo los hombres atraen a las damas durante un evento.
Desde este punto de vista, tanto hombres como mujeres muchas veces deseamos que nuestra figura destaque por sobre la del resto. Aunque nos encontremos dentro de un club y llevemos puesta una parka de mujer o dentro de un salón de baile formal, nuestras prendas tan sólo indican quiénes somos y qué queremos.
Sin embargo, hemos aprendido demasiado sobre la identidad y los deseos de las personas y, en este sentido, no hay nada que no podamos ser o lograr. ¡Estos son los años ideales para vestirnos como queramos y para conocer personas afines a nosotros!