“No podía venderme. No podía ser promotora”, declaró Rihanna a la revista Vogue en 2019, justificando su rechazo a participar en el Super Bowl en solidaridad con Colin Kaepernick, el jugador que, en 2016, apoyó una rodilla mientras se interpretaba el himno estadounidense, en señal de protesta por la brutalidad policial sobre los afroamericanos.
“Hay cosas con esa organización en las que no estoy de acuerdo y no iba a estar a su servicio de ninguna manera”, aseguró la estrella pop sobre la NFL, la sigla en inglés de la Liga Nacional de Fútbol Americano. Como sea, la poderosa organización deportiva contará, finalmente, con la intérprete de Umbrella para su espectáculo que marca el final del campeonato. Rihanna fue anunciada como la figura central en el show de medio tiempo del evento en el State Farm Stadium en Arizona, el próximo 12 de febrero.
El cambio de parecer radica en que Roc Nation, el sello de Jay-Z al cual pertenece Rihanna, se asoció con la NFL hace tres años. Por otro lado, el Super Bowl entra en una nueva era. Se acabó el patrocinio de Pepsi y asume Apple, ampliando las posibilidades de promoción mediante la reputada marca tecnológica.
El equipo de la cantante se soba las manos debido a las posibilidades para ofertar a Savage x Fenty, la línea de lencería de la artista, pensada para todos los géneros y tallas. A comienzos de este año, su valor se estimó en tres mil millones de dólares para una posible cotización en la bolsa. Es también la oportunidad de mostrar las bondades de su línea de maquillaje Fenty Beauty a un número espectacular de televidentes. La final de 2022 acaparó 112 millones de espectadores.
Si antes el motivo central del afamado show donde se han presentado las más grandes estrellas musicales de todos los tiempos, como Michael Jackson, Prince, U2, Paul McCartney y The Rolling Stones, era la música, en los últimos años se ha convertido en un espacio para promover zapatillas —lo hizo Adam Levine de Maroon 5, el rapero Travis Scott y el regatonero J Balvin—, y montajes de tintes reivindicativos, como fue el caso de Jennifer López. Con Rihanna todo indica que se convertirá no solo en su regreso a la música —no ha sacado disco en seis años—, sino en un mini concierto en clave llame ya.