Todo se derrumbó

Por Marcelo Contreras

LA GRAN APUESTA. NETFLIX. 

El Titanic no tuvo oportunidad. Cuando los vigías avistaron el iceberg era demasiado tarde y el naufragio inevitable. En cambio, el hundimiento de la economía mundial, en 2008, por la crisis subprime debido a la especulación en el mercado inmobiliario estadounidense pudo evitarse porque, a diferencia del legendario transatlántico navegando desprevenido, había agentes de la economía monitoreando por años al tanto de lo que ocurría. Las señales eran evidentes en medio del exitismo y las ganancias desatadas. El sistema financiero de la primera potencia mundial estaba montado sobre lodo y engaños. Podías comprar todas las propiedades que quisieras porque nadie chequeaba si podías pagar.

La gran apuesta expone en clave comedia negra, con un reparto espectacular contando a Christian Bale, Steve Carell, Ryan Gosling y Brad Pitt, cómo se urdió la última gran debacle de las finanzas del Primer Mundo de la que, se dice, aún no hay plena recuperación y —todavía peor— no se sacaron lecciones.

Ganadora de un Oscar, en 2016, como mejor guión adaptado bajo la dirección del exlibretista de Saturday night live Adam McKay, La gran apuesta juega y gana con ese ritmo y trama de sagas como Ocean’s eleven, explicando con gracia, en un ambiente de glamur y bribones, un tema árido y enrevesado. Las actuaciones de Bale, Carell y Gosling —en ese orden— son soberbias.

Como en toda crisis, La gran apuesta demuestra cómo se mueven quienes en medio de una debacle son capaces de ganar dinero a raudales mientras la masa se desangra. La mayoría de las veces son los mismos peces gordos involucrados en el caos; otras, jugadores menores que dan el batatazo. La única interferencia del film surge en algunas apariciones de estrellas tipo Selena Gómez y Margot Robbie que, bajo sus verdaderas identidades, explican algunos de los conceptos más técnicos y engorrosos involucrados en la debacle, un exceso en una cinta sobre excesos que hicieron perder ahorros, jubilaciones y viviendas a millones.