Sus clases de ilustración en cerámica y cerámica gres son un hit. Con cariño, paciencia y generosidad va guiando a sus alumnas en este arte, entregándoles todos los conocimientos que fue adquiriendo con los años. Su energía y alegría son determinantes y sus clases terminan siendo una verdadera terapia al corazón. “La cerámica me conecta profundamente con las personas a las que enseño, viendo cómo esta puede tocar sus vidas y transformar quizá, en aquellas horas en el taller, al bienestar total”.
En el taller de la ceramista Andrea Arcas todo fluye, igual que las risas, los momentos, la amistad y las distintas técnicas que enseña para pintar. Alumna de los ceramistas Coke Labra y Paz Vial, entre otros, fue aprendiendo la técnica a través de ensayo y error. Y se enamoró de las infinitas posibilidades que le entregaba. Con el tiempo, empezó a enseñar.
Se llama Jacinta en honor a la hija que no pudo nacer. “Fue una época bien triste, entonces, cuando se gestó el taller, dije ahí está la Jacinta, se tiene que llamar así”.
Alegre y elocuente, dice que la cerámica es lo que le apasiona en la vida. “La creación, la capacidad de transformar un simple barro en una pieza única; llevar consigo una historia. Siempre le digo a mis alumnas que esto es un descubrir, que la técnica se empieza a desarrollar con el tiempo”.
En pandemia habilitó un espacio como taller donde comenzó a hacer clases de ilustración en cerámica a sus vecinas y que, con el tiempo, abrió para todas quienes quisieran experimentar con esta técnica. Mediante esmaltes, pigmentos, óxidos y cristales les enseña a crear desde su fuego interno e intuición. “Tengo alumnas que vienen de Curacaví, de Santiago”. El boca a boca hizo lo suyo y empezó a crecer, tanto así que en abril abrió un nuevo curso, esta vez de cerámica gres, impulsada por sus mismas alumnas.
ENERGÍA CREADORA
“La cerámica es una forma de expresión, ya sea haciendo gres o ilustración. Además de tener el poder de transformarnos y conectarnos con el presente, genera una sensación de calma y enfoque, casi como una meditación activa. Crear algo desde cero, modelar, corregir y dar forma nos enseña a la paciencia, a abrazar el proceso y nos da la expresión que a veces no encontramos con las palabras. Canalizamos emociones, sanamos heridas y nos conectamos con nosotros mismos”.
¿Qué encontrarán en tus talleres?
Un espacio colaborativo, acogedor y creativo, un ambiente inclusivo, de compromiso y compañerismo, donde cada persona puede explorar su propia forma de expresión, sin importar el nivel de experiencia. Mi sello es la conexión personal y emocional en el proceso creativo, además de tener a disposición diferentes técnicas. Para mí el taller es mucho más que un lugar para aprender cerámica: es un espacio donde las personas pueden crecer juntas, apoyarse, celebrar pequeñas y grandes victorias en un entorno lleno de naturaleza.
En tus clases tienes a una alumna no vidente, ¿cómo ha sido la experiencia?
Maravillosa. Ella es una mujer muy alegre y conversadora y sus piezas son preciosas. Incluir una alumna no vidente en el taller es un ejemplo poderoso de cómo la inclusión puede no solo transformar la vida de la persona, sino también la dinámica del grupo. Su presencia es un recordatorio de que la educación inclusiva no es solo una aspiración, sino una realidad que se construye con esfuerzo, empatía y creatividad.
“Adaptar el contenido del taller para que sea accesible para todos ha implicado un replanteamiento de las metodologías, incorporando recursos específicos y descripciones detalladas en el proceso y, lo más importante, fomentando un ambiente de crecimiento mutuo, donde todos se apoyen”.
*Ilustración en cerámica
Martes: 10:00 a 14:00 horas/ 16:00 a 20:00 horas.
Miércoles: 16:00 a 20:00 horas.
*Cerámica Gres
Lunes: 16:00 a 20:00 horas.
Jueves: 10:00 a 14:00 horas/ 16:00 a 20:00 horas.
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