Viene a Chile a realizar conciertos en Temuco, Concepción, Santiago y Copiapó, en la gira “Curtis on Tour”. No solo es uno de los mejores violistas del mundo, sino además preside uno de los conservatorios más importantes y prestigiosos del planeta. Aquí la historia de un chileno comprometido con la música y la educación.
Por María Jesús Sáinz N. / Fotografías gentileza Curtis Institute
Roberto Díaz viene a Chile en medio de una exigente gira por varias ciudades del mundo. Solo en este mes, previo a su llegada a Temuco —primera parada en nuestro país—, deberá dar conciertos en Filadelfia, Ciudad de México, Arequipa y Lima. Nada extraño para quien es considerado uno de los mejores intérpretes de viola del mundo. Sin embargo, esta gira no es como cualquier otra.
Viene en compañía del pianista chino-estadounidense George Xiaoyuan Fu y la clarinetista española, estudiante del Curtis Institute, Tania Villasuso. Presentarán obras de
Mozart, Schumann, Hagen y Bruch en el llamado “Curtis on Tour”, iniciativa instaurada por él, en 2008, que está basada en la filosofía de “aprender haciendo”. Presentará, además, el Concierto para Viola, de Roberto Sierra, junto a la Filarmónica de Santiago, como parte de la temporada oficial del Teatro Municipal.
La idea de estas presentaciones es dar a los estudiantes experiencias de giras profesionales reales, junto a exalumnos y profesores célebres. Es, por sobre todo, una instancia de educación el tema que ha movido a este chileno por décadas. No por nada ha sido presidente, desde el año 2006, del Curtis Institute of Music de Filadelfia, Estados Unidos.
Hay en él auténtica pasión por formar a los jóvenes en la interpretación musical. Por esto no demora en decirnos que “le gustaría tener en estos conciertos la mayor cantidad posible de jóvenes y, ojalá, estudiantes de música, para que puedan estar más expuestos a la música clásica y al rendimiento musical”.
LOS PRIMEROS PASOS
Roberto Díaz nació en Santiago, en el seno de una familia de músicos profesionales. Su madre era pianista y su padre, Manuel Díaz, llegó a ser el primer violista de la Orquesta de Cámara de la Universidad Católica. Es decir, el sonido de la viola y su potente poder expresivo, siempre estuvieron presentes en su casa y en su niñez. No era de extrañar, entonces, que desde muy temprano sintiera atracción por la música.
¿Qué le gustó de la viola?
Creo que si le haces esta pregunta a otros violistas, la mayoría responderá que es su sonido lo que los atrajo en primer lugar. Y ese es ciertamente mi caso, pero también tuve acceso a dos grandes figuras de la viola. Uno fue mi profesor, mi padre, y el otro fue su maestro, William Primrose.
En ese sentido, ¿qué tan importante es que los padres estén presentes en la formación musical de niños y jóvenes?
Una exposición temprana a la música es extremadamente importante, y eso es lo que vemos con todos los estudiantes en Curtis. Han estado expuestos a la música desde muy temprana edad.
Salió de Chile a los doce años, ¿fue un hecho que marcó la diferencia para convertirse en uno de los mejores intérpretes de viola del mundo?
Las cosas en Chile ahora son muy diferentes. Hoy los jóvenes tienen acceso a orquestas juveniles, lo cual es una oportunidad realmente increíble que no existía cuando yo era joven.
Cuenta que en su caso, tan pronto como se mudó junto a su familia a Estados Unidos, cambió de violín a viola y se convirtió en miembro del Programa de Orquestas para Jóvenes en Atlanta, Georgia. “Ese fue un factor muy importante para que me involucrara más y me interesara en mi educación musical”, explica.
UNA ESCUELA PARA LOS MEJORES
Tanto la presidenta Bachelet como el presidente Piñera han realizado visitas especiales a Curtis cuando han ido a Estados Unidos. Para Roberto Díaz esto representa un honor y una oportunidad de “aumentar la visibilidad de esta escuela en América Latina y Chile, para que más estudiantes jóvenes de esta parte del mundo puedan soñar con, algún día, ser parte de la familia Curtis”.
El instituto entrega una formación que es un auténtico privilegio. Los cerca de ciento setenta y cinco estudiantes reciben atención altamente personalizada y presentan más de doscientas actuaciones públicas cada año. En el último tiempo, estudiantes, profesores y exalumnos de Curtis han recibido muchos de los premios y honores más prestigiosos del mundo de la música clásica.
¿Cuál es el sello del Curtis Institute?
Curtis tiene una serie de cualidades que lo hacen ser uno de los mejores conservatorios del mundo. Tiene una tasa de aceptación promedio de alrededor del cuatro por ciento, lo que lo convierte en una de las escuelas más selectivas de Estados Unidos. Esto asegura que los estudiantes ensayarán y actuarán junto a compañeros musicales que los van a desafiar e inspirar.
¿Todos acceden con becas?
Todos los estudiantes asisten a Curtis con becas de matrícula completa basadas en el mérito. Como resultado, el talento y la promesa artística son las únicas consideraciones para la admisión. La célebre facultad de Curtis incluye una alta proporción de músicos con una actuación activa, cuya experiencia proporciona a los estudiantes un vínculo directo con la vida como músico profesional de hoy.
¿En qué áreas debemos enfocarnos en Chile para mejorar la educación musical?
Lo que hará que la educación musical sea mejor en cualquier lugar, finalmente será la presencia de maestros altamente calificados. Por eso siempre me alegra ver a los graduados de Curtis regresar a sus países para actuar y enseñar. Son excelentes modelos a seguir para estudiantes, compañeros músicos y audiencias.
¿Hay alguna institución en Chile dedicada a la formación de jóvenes que llame su atención y que crea que va por buen camino?
He tenido algún contacto con la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile, y lo que están haciendo es increíble. Me complació mucho que seis de sus estudiantes hayan asistido al programa Summerfest de Curtis el verano pasado. Eso fue realmente maravilloso y solo puedo esperar que continúe.
“Me gustaría tener en estos conciertos la mayor cantidad posible de jóvenes y, ojalá, estudiantes de música, para que puedan estar más expuestos a la música clásica y al rendimiento musical”.
“Las cosas en Chile ahora son muy diferentes (a cuando yo me fui). Hoy los jóvenes tienen acceso a orquestas juveniles, lo cual es una oportunidad realmente increíble que no existía cuando yo era joven”.