Me encantaba ir al Club Radical a jugar a la rana entremezclado con los «correligionarios» que jugaban brisca, cacho o dominó entre copa y copa de vino con frutillas. Un recordado alcalde también iba a diario y a los conocidos bares, en pleno centro. Como iba a cada rato, les cambiaba el nombre a los principales bares cercanos al Portal Pompeya.
Al concurrido bar El Sin Rival le puso «La Gerencia», en frente al Bar Cinzano, “La Contraloría», al otro,» la Biblioteca» etc.
Así, cuando llamaban a la I. Municipalidad, la secretaria contestaba: «El Señor alcalde se encuentra en la gerencia, por favor déjeme su número».