Se hicieron famosos, a mediados del 2019, con la instalación de los primeros albergues modulares, construidos con contenedores reciclados y para personas en situación de calle. Apoyaron en la emergencia de los incendios de Valparaíso y hoy sorprenden nuevamente con Medical, cabinas hospitalarias y diseñadas bajo alta eficiencia y tecnología que promete ayudar contra la propagación del coronavirus. Esta es la historia de la startup Hobe, que acaba de abrir un nuevo refugio en Limache.
Por María Inés Manzo C. / Fotografía gentileza Hobe, www.hobe.cl
En junio del 2019, el Twitter del alcalde Joaquín Lavín “reventó” de comentarios con la noticia de los primeros albergues modulares instalados en la comuna de Las Condes, Santiago. En el tuit contaba de esta innovación única en el país y que ayudaría a pasar las bajas temperaturas del invierno, de manera cómoda y eficiente, a muchas personas en situación de calle.
La construcción contó con veinticuatro cubículos individuales (que miden 2,30 x 1,5 metros), calefaccionados a veintidós grados Celsius y en los que los usuarios podrán pasar la noche en compañía de sus mascotas o parejas. Además, se implementaron baños con ducha y comedor, en el que se dará desayuno y cena a los ocupantes. Una forma inteligente de descongestionar los pocos alberges existentes.
Fue así como comenzó a aparecer en variados medios de comunicación, nacionales e internacionales. Pero esta no fue una idea del municipio de Las Condes, sino un desarrollo de dos jóvenes chilenos: Francisco Rojas y Julián Marín, socios de Hobe, quienes, a fines del 2018, recibieron el premio Hub Sustentabilidad de la Revista El Pulso y el año pasado estuvieron dentro de los finalistas del Premio de Innovación Avonni en la categoría de innovación social.
El proyecto de Hobe —juego de palabras en inglés home (casa) y cube (cubo) e inspirado en la palabra hope (esperanza)— partió hace cuatro años. “Hace ya diez años que me dedico al área de innovación y emprendimiento; y hace siete que trabajo en el mundo social, donde participé con la Fundación Consejo de Curso, creadores de programas educacionales en la población más vulnerable del país. En este contexto me puse a estudiar cuáles eran los principales problemas de las fundaciones y ONG a nivel nacional e internacional. Y dentro de los factores en común el que más se repetía era que depender de las donaciones y la filantropía, provocaba mucha rotación de personal o simplemente carecer de estructura. Tal es el caso del Hogar de Cristo, que a pesar de ser una institución bastante grande en Chile, últimamente ha tenido que cerrar varios de sus centros porque no tienen cómo sustentarse”, cuenta Francisco.
“Francisco me invitó a ser parte de esta sociedad por mi experiencia en consultorías y estrategias con empresas en el área comercial y financiera. Por eso la decisión fue crear una empresa que hoy denominamos como ‘ultra liviana’ (porque tercerizamos muchos de nuestros servicios), con una estructura definida y que a la vez fuera un aporte social. Oficialmente, Hobe se lanzó el 2018 y trabajamos con muchos profesionales desde diseñadores a constructores civiles para definir bien el concepto. Luego comenzó la reunión con varias municipalidades de Santiago, hasta que Juan Francisco Reyes, director de Desarrollo Comunitario en la Municipalidad de las Condes, aceptó la idea”, agrega Julián.
¿Cuál fue la inspiración?
F: Siempre fue crear un albergue móvil, dar refugio a la mayor cantidad de personas en el espacio más reducido, pero cómodo posible. Una casa es más cara de mantener y nos parecía mucho más interesante un diseño “tipo Lego”, con camarotes, que pudiéramos instalar dentro de contenedores.
Una de sus ventajas es que son una solución de bajo costo…
J: Así es, una municipalidad puede instalar nuestro servicio desde un millón más IVA mensual, por cinco meses. Además, tenemos la opción de arriendo de cabinas gracias a una alianza con Tecno Fast, una de las empresas de soluciones modulares más grandes de Latinoamérica.
¿Cómo han logrado financiar el proyecto?J: Ese fue el principal desafío; hoy nos están apoyando dos instituciones con inversión concreta. Una es Ameris Capital a través de su fondo de inversión social que nos dio un préstamo en enero. También estamos en el programa de Startup Chile, con lo cual tenemos fondos de Capital Semilla. Con eso nos hemos manejado hasta ahora y esperamos levantar un fondo de no menos de quinientos mil dólares este año.
F: Nuestra génesis es ser una empresa cuyo resultado de la operación sea socialmente positivo y aspiramos a certificarnos como Empresa B en el futuro cercano. Esto permite que puedan entrar inversionistas privados. Buscamos ser un modelo sustentable a lo largo del tiempo.
PERSONAL MÉDICO
“La arquitectura de Hobe impide el contacto directo entre las personas y al ver cómo el coronavirus comenzó a propagarse rápidamente por todo el mundo, pensamos que podía servir para frenar los contagios. Medical es un producto similar a lo que se usa para las personas en situación de calle, pero con un estándar mucho más alto de la mano de la tecnología”, cuenta Julián.
“Un atributo súper importante de esta solución es la movilidad. Este virus se va moviendo con mucha rapidez en diferentes focos. Medical se puede instalar en tan sólo veinticuatro horas, y la construcción desde cero sólo tarda diez días, permitiendo un uso de recursos mucho más eficiente y no estar utilizando camas UCI carísimas en pacientes asintomáticos”, agrega.
¿Cuáles son los atributos de Medical?
J: Hoy tenemos tres productos: uno con once cubículos en un contenedor de cuarenta pies; otro con seis cubículos y al otro lado con baños y una sala de diagnóstico; y uno más pequeño que tiene cinco cubículos del tamaño de un contenedor de veinte pies. Todos vienen con climatización frío-calor, cama y colchón. Además, como necesitamos que las personas puedan estar mucho más tiempo dentro, se puede instalar un televisor y distintos artefactos para hacer la estadía más cómoda
También se puede medir la temperatura de los pacientes a distancia…
F: Sí, nosotros hicimos asociaciones con varias empresas, entre ellas con AccuHealth, para implementar el servicio de atención a distancia para los pacientes. Por lo tanto, la persona que está aislada no necesita que un doctor o una enfermera entren a tomar su temperatura o pulsaciones. Al interior hay un tablet, donde puedes “auto atenderte” y paralelamente una central te irá haciendo mediciones recurrentes, sin que te des cuenta. En el caso de necesitar una atención especial o urgente se activa una alarma a los médicos del lugar para que acudan. Como adicional, también se puede instalar luz ultravioleta y sistemas de limpieza de aire como Delphin DP S8, que purifica y desinfecta el aire de manera permanente, el mismo que utilizaron en Wuhan, China, para combatir el coronavirus.
Uno de sus últimos lanzamientos son los albergues de descanso para el personal médico…
Sí, creemos que como sociedad no es mucho lo que hacemos por ellos, pues todos los recursos están destinados a los pacientes, es obvio, pero sin personal médico de nada sirven los ventiladores y las camas. El personal de salud necesita estar sano y despierto para concentrase en su trabajo, y para ello es vital descansar, en un espacio seguro, sin miedo a contagiarse, ni de contagiar a sus familias. Nuestros Hobes son una excelente alternativa, porque son ciento por cientos asilados, se pueden mover con facilidad y su construcción sólo demora diez días. Actualmente, estamos invitando a las empresas a cofinanciar este proyecto para poder donarlo.
¿Los han contactado desde el gobierno?
F: Hemos estado en constantes conversaciones con la ministra Karla Rubilar, a quien le gusta nuestro proyecto, pero desde el gobierno aún no lo ven como urgente. Aprendimos en este proceso el gran lobby de la salud que existe en Chile y cómo se prefiere importar que reconocer la innovación y el trabajo nacional. Traen carpas de campaña, que no son óptimas para el invierno, o arriendan lugares carísimos como Espacio Riesco, cuando por el mismo precio podríamos instalarles más del doble de camas y sin cobrar el arriendo.
J: Lamentablemente hay un tema cultural en que aplaudimos mucho la innovación extranjera, pero no nos damos cuenta de que aquí hay empresas que han enfrentado grandes desafíos para ofrecer productos de calidad y alto estándar.
MOVIDOS X CHILE
Como parte de sus novedades, Hobe está empezando una campaña con Movidos x Chile en asociación con la Fundación La Semilla de la Región de Valparaíso, promoviendo la importancia de los refugios para las personas en situación de calle. “Ellos son los más vulnerables del país, y lo están más aún por las grandes crisis que estamos viviendo. El aumento de situación de calle se ha escondido un poco, porque si bien aún no hay una cifra concreta se habla de que puede llegar a triplicarse. Es sólo cosa de mirar alrededor la gran cantidad de haitianos y venezolanos que están durmiendo fuera de consulados y embajadas porque aquí no hay posibilidades de trabajo. Literalmente, las calles se van a llenar de gente porque no tienen dónde dormir”.
¿Cuál es el fin de la campaña?
Podremos dar certificados de donaciones a empresas o personas y por seis millones y medio de pesos podrán donar un refugio para diez personas por cinco meses. Nosotros nos encargamos de instalarlos en las fundaciones o municipalidades. Por orden ministerial hoy los refugios no pueden recibir a más de veinte personas y va a ser peor cuando apliquen el Plan Código Azul, se intensifique el invierno y con ello la crisis sanitaria, por eso este tipo de iniciativas son tan importantes.
¿En qué están ahora?
Acabamos de abrir un nuevo refugio Hobe en Limache, el pasado 15 de mayo, con veinte cabinas que se instalaron afuera de la piscina municipal y donde se podrán usar sus baños y comedor. Además, con la Armada de Chile estamos implementando un innovador sistema en altamar. En las lanchas de patrullaje de la zona sur irán dos de nuestras cabinas para recibir a los pescadores enfermos y en tierra tendrán otras dos hasta que puedan ser llevados a los sistemas de salud. Las posibilidades de uso de Hobe son muchísimas.