El interiorismo de esta dupla apela a lo dionisíaco, a lo emotivo, a lo sensorial. A un diseño que conmueva, que remezca hasta las raíces y permanezca en la retina por mucho tiempo. El manejo atrevido del color, la estilosa mezcla de tendencias de ayer y hoy y la maestría para contar historias a través de los espacios los sindicó como una de las mejores oficinas de diseño e interiorismo del mundo. Un logro que no los obnubila, sino que los desafía aún más.
Por Macarena Ríos R. / Fotografías gentileza @grisanticussen
Incombustibles. Esa podría ser la palabra que define al arquitecto Hugo Grisanti y a la diseñadora Kana Cussen. O quizá no. Lo cierto es que les gusta reinventarse con cada encargo de diseño que llega a su oficina boutique de interiorismo y diseño. Partir de cero. Para sorprender nuevamente con propuestas conceptuales e innovadoras que busquen emocionar y contar una buena historia. Como pasó con el restorán Polvo, donde plantearon una cocina deconstruida; o el hotel Bidasoa en el que fusionaron estilos europeos y latinoamericanos. O el restorán El Toro, la Arrocería Cienfuegos, las remodelaciones de The Aubrey y Castillo Rojo. La lista es larga y fecunda y da cuenta de lugares únicos y estilosos, con un diseño de interiores “eficiente, creativo y, sobre todo, funcional”.
¿Qué buscan generar con cada uno de sus diseños?
Buscamos generar una experiencia de diseño, buscamos sorprender y crear espacios atemporales, que idealmente te sumerjan en un viaje por el mundo y por el tiempo.
A través de espacios sugerentes, que evocan otras épocas, mezclan estilos del pasado y el presente, con resultados que buscan avivar nuestra capacidad de asombro. “Nos inspira la belleza en general, las ferias de arte, las bienales y el cine. El cine nos inspira mucho”.
Se conocieron en la Escuela de Diseño del UNIACC, cuando él era profesor y ella una alumna aventajada. El interés común por crear atmósferas únicas, junto a una gran amistad y sentido del humor, los llevó a asociarse. Con varios reconocimientos —nacionales e internacionales— bajo el brazo, han impreso su sello fuera de lo común en hoteles, tiendas, oficinas, restoranes, espacios culturales y residenciales.
¿Cómo ha sido la evolución en estos catorce años juntos?
Ha sido maravillosa, hemos evolucionado a lo que ambos esperamos, hemos sido fieles a nuestros principios y, a decir verdad, nuestra relación laboral y de amistad es muy buena, muy profunda y sin conflictos. Ninguno de los dos conoce el ego.
¿Cuáles son los imprescindibles a la hora de decorar un espacio?
Lo principal es tener una idea clara de qué se quiere lograr, conocer bien al cliente, indagar sobre sus necesidades, su manera de relacionarse con el entorno y, en base a eso, se empieza un proceso de desarrollar un espacio diseñado para una persona o familia. Lo fundamental es saber qué se quiere lograr y cuáles son las necesidades y función.
Si bien dicen que cada proyecto es un desafío en sí, uno de los que más requirió análisis y una especial búsqueda, “fue el proyecto encargado por una empresa inmobiliaria sueca, que nos pidió diseñar un departamento reinterpretando la estética escandinava. Es difícil proponer una mirada a una estética tan clara, profunda e importante en el tiempo como la escandinava, por lo que fue un gran desafío, pero con un buen resultado”.
¿Qué papel juega el arte en la decoración?
Juega un rol fundamental, sin embargo no todos los proyectos terminan con una «obra física», pero sí con la presencia del concepto de arte, como su composición, colorido y referencias. Y cuando se puede, integramos obras que den un valor agregado a cada proyecto. Somos muy meticulosos en qué obras, artistas y estilos proponer para cada proyecto, no nos cerramos a ninguna manifestación de arte.
¿Cuál es la importancia del color a la hora de vestir espacios?
Fundamental. El blanco es una de las millones de opciones de color que existen. Nos interesa mucho modificar los espacios y la experiencia en estos a través del uso atrevido del color. Es una herramienta fundamental que hace que cada espacio pueda variar y enriquecerse enormemente.
¿Qué hace que un diseño permanezca en la memoria?
El no repetir patrones. Cuando logras que un diseño sea exitoso y quede en la retina, lo más sano para nosotros es olvidar la fórmula y siempre partir de cero. No nos repetimos y, eso, es lo que hace que cada lugar sea único y quede en la memoria.
¿Qué es lo que más les gusta diseñar?
Hoteles, ¡por lejos! Porque te permite jugar mucho. El diseño de experiencias es muy completo; crear espacios comunes, restoranes, bares, diseñar habitaciones en base al confort. En hotelería se mezcla mucho de lo que nos apasiona hacer.
¿Cuál vendría a ser el hilo conductor de sus propuestas?
Lo conceptual y la atemporalidad; nos gusta que en nuestros proyectos no se sepa si son nuevos o llevan diez años, y que permanezcan en el tiempo, no de acuerdo a la moda.
¿Qué papel le dan a plantas y flores?
Las plantas son fundamentales, trabajamos siempre de la mano de paisajistas, por pequeño que sea el proyecto; generalmente con Proyecto Selva de Diego Casanueva, que nos da excelentes soluciones para un tema que nos parece primordial. Agregar plantas, vida, en un proyecto, es esencial.
Entre sus referentes se encuentran los interioristas Roman and Williams —“son unos grandes”—, la oficina Avroko y Patricia Urquiola.
¿Cuál es el sello de Grisanti & Cussen?, ¿qué aporta cada uno?
Creo que el sello principal es el ser atemporales, también el que somos una oficina boutique y nuestros clientes se relacionan directamente con nosotros. Somos un buen complemento. La parte creativa es bien dividida, interactuamos, nos cuestionamos, somos analíticos. Kana es más ordenada que yo, eso sí.
¿Qué implica este tremendo reconocimiento?
Ha sido importante. Ser considerado dentro de los cien interioristas más relevantes del siglo, a nivel mundial, nos llena de orgullo. Emociona compartir páginas con quienes son nuestros referentes. Es gratificante saber que estás en la mira internacional.
¿Qué viene en materia decorativa?
Creemos que lo que más viene es una evolución a la nueva forma de habitar. Los estilos decorativos o tendencias principales, generalmente, tienen relación con fenómenos políticos, medioambientales, guerras y, en este caso, la pandemia nos ha obligado a replantear la forma de habitar y trabajar en base a eso, es lo que viene.