Con una apretada agenda, entre audiciones, tocatas en vivo, grabaciones de comerciales, series y películas, clases de canto y workshops, dice que le acomoda más el formato de singles a la hora de cantar porque es más libre. De hecho, hace poco sacó la versión acústica de Miel, su última entrega que ya suena en diferentes plataformas, y está esperando el estreno de la película One Million Followers, que grabó en Tailandia y donde fue una de las protagonistas. Desde Venice Beach, en Los Ángeles, esta showoman desmenuza su vida ligada al arte, la música y la actuación.
Por Macarena Ríos R./Fotografías gentileza entrevistada
Hace poco descubrió el arpa y le encanta. Junto con la guitarra eléctrica, el piano y el ukelele forman parte de los instrumentos que toca y del mobiliario de su casa. Es más, con un amigo decidió darle una vuelta a su última canción Miel y grabó una versión acústica que incorpora también el chelo.
Son las nueve de la mañana de un martes en Los Ángeles, California. Una histriónica y encantadora Coty, de cejas perfiladas y sonrisa perfecta, comenta que desde pequeña amaba los escenarios, las plumas y lentejuelas. “Siempre tuve una fuerte conexión con las artes escénicas y las performances”.
“Cuando salí del colegio tuve que tomar una decisión importante entre el teatro y la música, porque en Chile no existe una academia que aúne ambas disciplinas, como en Estados Unidos”.
La música pesó más e ingresó a la Escuela Moderna de Música. “Aprendí muchos estilos, en especial los latinoamericanos: tangos, boleros, bossa-nova y salsa. Aunque era mucho más anglo, pop y soul, descubrí que los matices y colores que aprendí de cada uno de ellos los podía mezclar e incorporar en mi música, creando mis propios colores”.
¿Cómo definirías tu estilo musical?
Hoy en día lo defino como latin electro pop.
Dentro de sus performances, era común que Constanza resaltara por sobre los demás, porque para ella la puesta en escena era un todo, desde la música, hasta la luz, el maquillaje, el vestuario, los movimientos, la banda. “Para mí era y sigue siendo un show, una representación, un todo, no es solo mi voz. Mi voz es el elemento principal, pero existe todo un complemento detrás y siento que eso fue lo que me hizo destacar del resto”.
Fue ese despliegue —en una de las presentaciones de la Escuela Moderna— lo que le llamó la atención a Gustavo Pinochet (Kudai), quien la invitó a formar parte de su banda de pop rock SUM, alcanzando los primeros lugares en los rankings de las radios en Chile y Latinoamérica. Sin embargo, la digitalización en la industria de la música y el posterior quiebre de los sellos discográficos, provocaron una gran incertidumbre en los artistas, que de un día para otro se vieron sin el apoyo de marketing para promocionar sus discos.
Eso terminó por inclinar la balanza y fue lo que la motivó a irse de Chile. “Además, me estaban encasillando mucho en el rol de cantante y yo era mucho más que eso. Entonces me fui a Nueva York el 2010, porque me quería seguir perfeccionando en artes escénicas”.
Durante dos años estudió Teatro Musical en Nueva York, en el prestigioso conservatorio American Musical & Dramatic Academy (AMDA). “Fue una experiencia increíble. Como ir a un ejército, pero de artistas. Fueron dos años intensos, sin tregua, donde pude desarrollarme bien en lo que es danza, actuación, canto y música. Amo estudiar, aprender, me considero eterna estudiante, siempre estoy tomando clases”.
DESEMBARCO EN LOS ÁNGELES
Su descendencia italiano-árabe le otorgó un look exótico, muy apetecido en la industria televisiva estadounidense. Mientras estaba en Nueva York, comenzó a audicionar para comerciales, películas y televisión, con gran éxito.
“Hoy en día, todo lo que está saliendo en televisión tiene que representar las diferentes etnias que componen a este país tremendamente melpot (una mezcla de distintas razas). Cuando llegué a Nueva York, pertenecía a una categoría que se llamaba “étnicamente ambigua”, lo que me permitía poder representar a más razas y que era buenísimo para mí porque no me encasillaba y podía hacer, indistintamente, papeles de latina, armenia, libanesa, incluso hindú. Les gustaba el hecho de que pudiera representar a diversas culturas”.
Cuando empezó a grabar un proyecto para Univisión durante ocho meses, la pregunta recurrente de la gente era ¿por qué no estás en Los Ángeles? Y aunque Nueva York es una de sus ciudades favoritas del mundo, decidió mudarse al otro lado del país.
¿Cantante, compositora, actriz?
Soy artista. Me expreso artísticamente a través de distintas formas: música, actuación, baile y composición. Me identifico como el maestro chasquilla del performance art.
¿Qué es la música para ti?
Un lenguaje esencial de mi alma.
Desde tu primer EP Make it happen, hasta Miel, tu último single, ¿cómo ha sido tu evolución?
De mucho aprendizaje, sobre todo a nivel de producción y marketing. Cuando estaba en la banda SUM, era mucho más artista y no tenía que lidiar con el bussinness, porque teníamos un sello detrás (EMI Music). En la parte musical siento que hay un desarrollo en cuanto a las letras, la composición y el uso del spanglish, que es lo que me representa hoy día y donde mezclo el electro pop anglo que me gusta, con mis raíces latinas. Estoy demasiado feliz y orgullosa de haber encontrado esta sonoridad.
En este camino artístico, ¿cuál ha sido el mejor consejo que te han dado
Principalmente en una industria tan competitiva como la de Estados Unidos, te diría que es el don´t give up, no te rindas, persevera.
¿Qué rescatas de vivir afuera?
El dejar a tu familia, tu país y todas tus comodidades no es un camino fácil, tiene muchos altos y bajos, pero siento que he crecido como artista y como persona, que me ha fortalecido, porque cuando sales de tu zona de confort, expandes tus horizontes a lugares insospechados. Lo que rescato de vivir afuera es todo el aprendizaje y el crecimiento que he tenido.
¿Lo más difícil?
Dejar a mi familia.