Desde su primera exposición colectiva Sí a tres patas, ha pasado bastante agua bajo el puente. Ha exhibido la sutileza de su arte en diversas ferias y espacios culturales y, actualmente, está enfocada en un nuevo proyecto. “Ser artista no solo es el individuo que señala, sino el que genera puentes con mensajes significativos para que las personas conecten entre así”, afirma desde su casa-taller.
Por Macarena Ríos R. / Fotografía gentileza Constanza Coo
“Vengo de una familia grande, somos siete hermanos. Me acuerdo de los lápices de mis hermanas, de dibujar con rouge en el espejo. De muy chica hacía observaciones, del tipo “mamá, mira el color de las nubes, qué belleza esas flores amarillas”. Creo que cursaba quinto básico cuando me metieron a clases de pintura, las que me acompañaron a lo largo de los años y que más adelante fueron complementadas con clases de acuarela con el gran Hardy Wistuba. Ese incentivo por parte de mis papás fue notable y a la hora de elegir qué estudiar le di la oportunidad al arte”. Así comienza Constanza, dueña de un discurso profundo y humano, a desmadejar su historia.
En paralelo a la carrera de Artes Visuales en el campus Oriente de la Universidad Católica, comenzó a practicar yoga, una disciplina meditativa y contemplativa, como dice ella, que había descubierto el último año del colegio. Y se quiso dedicar a las dos. “Uno para caminar usa las dos piernas. ¿Por qué no tener dos ramas desde las cuales trabajar y generar visiones de mundo y ayuda para la gente?”.
¿Cómo ves el circuito del arte?
Bastante cerrado y, a veces, un poco hostil. Creo que las galerías están perdiendo peso y en su lugar han ido apareciendo otras instancias como las ferias, los centros y agrupaciones culturales que le dan al arte otro acercamiento. El arte debiera ser arte para todos, porque es el espíritu de la sociedad.
¿Qué significa ser artista?
Creo que el artista, ese individuo que dedica el tiempo a observar, a reflexionar y a apuntar y destacar ciertas cosas, como si uno quisiera hacer énfasis en ellas, señalando cosas importantes que nosotros como sociedad no queremos olvidar, ese artista y el arte que hace está asociado al espíritu de esa comunidad.
¿Y qué es el arte para ti?
Es esa conexión con algo más grande, ese brillo del ser humano, esa instancia de portal para encontrarse con otras cosas y detenerse, sobre todo en momentos en que la vida es súper intensa, en que pasan un montón de cosas, mientras la gente está pegada a una pantalla, en un teléfono. Es lindo ser ese personaje que puede ayudar a otros a desconectar y reconectar. El artista es un enlazador de mundos.
¿Cuál es tu técnica?
En este momento son calados a mano de hojas de papel. Algunas veces son papeles solos; otras, con acuarela o pintados. Básicamente es cortar y deshacer una superficie para generar una trama, una propuesta visual que sea un portal y que te hable de algo más.
¿Por qué el papel?
Porque es un elemento que viene de la tierra, de los árboles. Me parece que hay una humildad y una sencillez en eso que vale la pena destacar. Es como la idea de volver a la simpleza, de volver a mirar, de que menos puede ser más también. Por eso me gusta calar papel. Uno va limpiando esa hoja, sacando los pedazos, desconstruyéndola, llegando al punto en que es frágil, vulnerable, pero que tiene tanta fuerza como para hablar de un mensaje que nos suma a todos por igual.
¿Cómo describirías tu obra?
Las constelaciones, las secuencias de espirales o de agua, o las hojas que estoy calando ahora, son siempre de reminiscencia natural. Hay mucha geometría metida entre medio, porque la geometría es un lenguaje de la naturaleza. No desde lo rígido, sino desde todo lo plástico y orgánico que tiene la naturaleza, que es precioso. Me encantaría que cuando alguien viera algunas de mis obras pudiera conectar con esa idea de pertenencia a algo más, que puede ser el universo o la Tierra.
¿Cómo es tu proceso creativo?
Parte siempre de cómo salir de la vorágine en la que vivimos, del estrés, de la pantalla. Volver a lo natural, a lo simple, tiene tanto poder que nos conecta con el entorno, nos devuelve a esa raíz, a ese origen, nos hace más livianos, nos vuelve un poco a nuestra niñez, a reconectarnos con nuestra capacidad de asombro, ¿por qué no volver a eso yretomar la belleza de lo simple?
¿Qué buscas generar con tus obras?
Enlazar mundos distintos, conectar instancias, momentos.
¿Te sientes expuesta?
Claro que sí. Cada exposición es como estar con el corazón puesto en una bandeja.