Ya sé que esta sección está destinada a temas relacionados con el cielo, observatorios y afines. Pero, increíblemente, Tololo, que es un observatorio norteamericano, está desde hace varias décadas, relacionado con esa palabra que hemos visto en la divertida serie de televisión de El coyote y el correcaminos. Esa palabra mágica, en esta historia, es «ACME».
Así como la Estrella de Belén, que guió a los Reyes Magos, en dirección al modesto pesebre de Jesús, hay muchas palabras que vemos en la historia de la humanidad que nos llaman poderosamente la atención. Es el caso de la palabra ACME, que es la marca registrada de fábrica, en donde el Coyote compra todos los elementos para poder atrapar al Correcaminos.
Según los historiadores, esa sigla fue sacada desde una guía telefónica y corresponde a «A Company that Makes Everything» (Una compañía que lo hace todo).
Es tan popular esta marca, que fue usada en muchas películas, como por ejemplo Ace Ventura, La Pantera Rosa, Los Simpson, y Quién Engañó a Roger Rabbit.
Lo curioso es que, de todas las compras fallaban. La dinamita, el yugo, los rayos, los cohetes, los imanes, el cemento de secado rápido, etc. Los más fanáticos, crearon un poster con todos los artículos usados por el Coyote en sus películas, que sumaban 126.
Pero sigamos… Una noche de invierno en Tololo, a metros de las cúpulas y, haciendo un descanso en la sala de estar, en donde hay una cocina grande y profesional, mi vista se fue a un borde de la cocina y leí…no me lo van a creer…»ACME».
¡Sí! Nuestra cocina tololina era de la marca ACME…la misma marca en donde el Coyote compraba sus productos.
Lo que debo decir, es que nunca falló en mis 44 años que estuve en Tololo usándola. Siempre fue fiel con el agua y los 4 quemadores eléctricos, conectados a la red de 110 volts. Es el voltaje usado por los equipos traídos de U.S.A. Inmediatamente le preguntamos a los astrónomos norteamericanos que observaban esa noche, por la tan famosa marca ACME.
Según ellos, sí existe esa marca y es usada por aquellas empresas que no pueden mantener una marca oficial en el tiempo. Es como nuestro: «paga moya» cuando no se cancela algo en forma normal y queda la deuda en el aire o bien: «Que Dios se lo pague».
Lo bueno de nuestra cocina «ACME» es que sigue siendo usada para una noble misión, como es la de calentar la maravillosa agua que se transformará en un rico café o té, en la cumbre de Cerro Tololo ¡En los Andes chilenos!