Croacia: Encantos por descubrir

Desde Zagreb, la capital de Croacia, la fotógrafa Javiera Díaz de Valdés se dirigió a uno de los destinos más visitados del país: Dubrovnik. Conocida por su impresionante ciudad amurallada, con espectaculares acantilados y vistas a un mar turquesa, ha sido escenario de series y películas que encantan a miles de turistas de todo el mundo.

Texto por María Inés Manzo C. / Fotografía Javiera Díaz de Valdés.

 «Hace tiempo tenía ganas de viajar a Croacia, sobre todo a Dubrovnik, porque era un destino que me habían recomendado varios amigos que veían la famosa serie de HBO: The Games of Trones (o Juego de tronos). En este lugar se grabaron importantes escenas, ya que su casco antiguo quedó detenido en el tiempo.

En ese entonces me encontraba en Venecia, Italia, pero decidí llegar primero a Zagreb, su capital. Puedes llegar en avión o en un crucero por la costa, pero yo decidí irme en bus. El viaje también es muy bonito, porque en el camino se ven muchas playas paradisiacas y puntos de interés turístico. Asimismo, Croacia es famoso por sus impresionantes parques nacionales, algunos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero eso será parte de una próxima aventura.

COSMOPOLITA

Zagreb es la capital (y la ciudad más poblada de Croacia), localizada al noroeste del país, a primera vista pareciera ser una ciudad cualquiera, que no sorprende demasiado, pero lo que más me gustó es que a medida que la fui recorriendo me encontré con muchos puntos interesantes y llamativos. Mi recomendación es darse el tiempo para descubrir sus encantos, porque hay muchos.

En general, la gente pareciera ser seria, pero la verdad es que son muy amables y tienen muy buena disposición con los turistas. Croacia es muy barato, y más Zagreb, porque es una ciudad cosmopolita que recibe a muchos visitantes, estudiantes y empresarios.

Al llegar al terminal de buses, dejé mis maletas y partí a tomar un free walking tour (Free Spirit Walking Tour Zagreb, aproximadamente dos horas, en inglés) desde el casco histórico o Ciudad Vieja hacia el cerro y viceversa.

El guía nos dio la bienvenida y nos fue contando datos interesantes de la historia, cultura y vida cotidiana. Por ejemplo, en el camino se encuentra un monumento de Nikola Tesla, en una calle que lleva su mismo nombre. Si bien se nacionalizó estadounidense, este célebre inventor nació en Croacia.

Entre calles de adoquines también pasamos por el Mercado Dolac, un interesante mercado gastronómico, de alimentos frescos y flores que, además de abastecer a la ciudad, es una atracción turística y una parada para probar algunos de sus platos tradicionales. Recomiendo el cevapcici, típica comida Balcánica, a base de exquisita carne picada, cebolla y salsa. Yo lo probé en una especie de pan pita que se llama lepinja o somun.

Al sur del mercado visitamos su plaza central: la plaza Ban Jelačić (destacado general del imperio austriaco y considerado héroe nacional), que tiene una gran estatua en su honor. Allí mismo se encuentra el mirador Zagreb 360°, la atracción más visitada, porque se pueden apreciar las vistas más lindas de la ciudad. Lo curioso que si bien es una parada imperdible para los turistas, a los locales no les gusta mucho, ya que se encuentra en un edificio moderno que rompe con el entorno clásico. Sugiero ir de noche, además pueden aprovechar de comer o tomar algo rico en su bar con vista panorámica.

Una parada que me pareció curiosa fue el Museo de Relaciones Rotas, dedicado a las relaciones de amor fallidas, donde muchas personas, a lo largo de los años, han ido dejando sus objetos personales. Lo interesante es que abarca temas sociales, políticos y sociales en torno a esos objetos.

Otra cosa que aprendí en Zagreb es que en Croacia se originaron las corbatas. Hoy es una prenda utilizada casi en todo el mundo, pero comenzó a ser usada, en 1635, por sus soldados. Por eso hay una especial tienda en su honor (Kravata), con una corbata gigante, y donde todos pasan a sacarse fotografías.

Entre medio de las calles hay galerías de arte, intervenciones artísticas preciosas (como un hermoso huevo gigante pintado con acuarela), museos y teatros. Para los amantes de la arquitectura deben pasar por la Catedral de Zagreb, dedicada a la Asunción de María y a San Esteban y San Ladislao de Hungría. Este es el edificio más alto de Croacia y considerado como el edificio sacro más monumental, en estilo gótico, al sureste de los Alpes.

Personalmente, también me encantó la iglesia de San Marcos con su famoso tejado de colores, y me sorprendí en la Torre Lotrscak que marca el medio día con un cañonazo que asusta a todos los turistas (mientras los guías se ríen).

También se puede visitar el Cementerio de Mirogoj, un parque cementerio que se considera como uno de los hitos más destacados de la ciudad, que incluye variadas religiones y es lugar de descanso de famosos croatas. Otro punto que me llamó la atención fue la Puerta de Piedra de Zagreb, uno de los lugares más queridos por los habitantes. Aparte de ser una de las construcciones más antiguas, alberga un cuadro de la Virgen María considerado milagroso.

CIUDAD AMURALLADA

El viaje entre Zagreb y Dubrovnik es largo (seis horas), por lo que si tienen la oportunidad de ir en auto es una buena alternativa ir parando en la costa. Si viajas en bus, mi recomendación es hacerlo de noche.

Al llegar a Dubrovnik te transportas de inmediato a otra época. Esta maravillosa y mágica ciudad amurallada de dos kilómetros de largo —con muros defensivos de piedra de hasta veinticinco metros de altura—, está ubicada en el extremo sur de Croacia, y hoy es el principal destino para turistas extranjeros. Y no es para menos, porque además de su belleza arquitectónica y natural (entre acantilados y un mar turquesa) aquí se han grabado distintas series y películas de Estados Unidos e Inglaterra, principalmente, entre los que destacan The Games of Trones e incluso Star Wars: The Last Jedi.

Dubrovnik es pequeño, fácilmente se podrían ver los puntos más importantes en una mañana, pero mi recomendación es quedarse, al menos, dos días completos. Llamada la “Perla del Adriático” fue una importante potencia marítima mediterránea desde el siglo XIII. En 1979, la ciudad vieja fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Al interior de la ciudad amurallada puedes encontrar de todo, está pensado totalmente para el turista, desde hostales, cafés, bares, supermercados, tiendas de recuerdos y restaurantes. Este balneario también es conocido por recibir a muchos famosos (desde príncipes, reyes a actores como Tom Cruise o Michael Douglas) y desde sus muelles se pueden tomar distintos paseos en yate o lanchas para recorrer la costa.

Si viste la serie The Games of Trones podrás reconocer, con facilidad, distintos escenarios, como la mítica Puerta de Pile (La entrada al Desembarco del Rey), el fuerte de San Lorenzo (La Fortaleza Roja) o la escalinata de la iglesia de San Ignacio (“El paseo de la vergüenza”), entre otros. De todas formas, los guías se asegurarán que no te pierdas ningún punto y si vas solo, es cosa de seguir a la gente fotografiándose.

También aquí hay muchas historias y leyendas, al interior de la ciudad hay varios museos marítimos (la navegación y el comercio eran sus principales actividades), boticas antiguas e iglesias pequeñas, pero preciosas. En verano se llena de visitantes, por lo que si prefieren una visita más tranquila hay que ir en baja temporada.

Para un segundo día de visita hay que recorrer desde muy temprano las murallas de Dubrovnik, pues es la mejor forma de apreciar su magnitud y de ver de cerca sus cuatro grandes fortalezas: Revelin (junto a la Puerta de Ploce), San Juan (la más antigua, junto al Puerto Viejo), Minneta (el punto más alto de las murallas) y Bokar (frente al Fuerte de San Lorenzo). Aquí se encuentran los miradores más impresionantes con vistas panorámicas imperdibles. Afuera de las murallas está la Fortaleza de San Lorenzo, famoso fuerte y museo de 37 metros por encima del nivel del mar, que también vale la pena recorrer. Ya al anochecer, Dubrovnik encanta y se despide bajo la luz de los faroles. Es muy entretenido recorrer sus calles, muy seguras, y llenas de vida”.