Salzburg y Hallstatt: Recorrido de película

Dos destinos recomendados de Austria, y que tuvo el privilegio de visitar la fotógrafa Javiera Díaz de Valdés, son Salzburg y Hallstatt. El primero enmarcado en la magia del tour de la famosísima película La novicia rebelde y, el segundo, por la particularidad de ser reconocido como “el pueblo más bonito del mundo a orillas de un lago”.

Texto por María Inés Manzo C. / Fotografía Javiera Díaz de Valdés

“Para este recorrido viajé desde Croacia, en bus, hacia Salzburg, Austria. Pero también sugiero llegar en tren, ya que ambas estaciones se encuentran en el centro de la ciudad. Mi principal objetivo de este viaje era hacer un tour por las locaciones donde se filmó una de mis películas favoritas: La novicia rebelde (1965). Aunque Salzburg también es conocida por ser la cuna de Mozart (aquí se encuentran dos museos, estatuas, tiendas e incluso un café en su honor) decidí seguir las aventuras de froilan María (interpretada por Julie Andrews) y la familia von Trapp.

Fue por eso que reservé con mucha anticipación en Panorama Tours (www.panoramatours.com), conocido por hacer un tour completo y entretenido para los turistas (los guías hablan inglés). Recomiendo ir en temporada baja para evitar el exceso de visitantes.

El viaje comenzó muy temprano (en total son unas cuatro horas) y el punto de encuentro fue en la plaza Mirabell, frente a la iglesia de San Andrés, y donde está el mercado, lleno de frutas, verduras, quesos y comida típica, es precioso. Allí nos recibió el emblemático bus rojo con ilustraciones de la película y el mensaje: The original Sound of Music tour. Ya desde ese momento uno se transporta, pues tanto el guía como los pasajeros están inmersos en la magia de este filme. Hay muchos datos curiosos, mitos, canciones (que todos corean de principio a fin como My favorite things, Do, re, mi, I have confidence, Sixteen going on seventeen, Edelweiss, entre otras) y también de historia, pues tanto el musical como la película se basaron en la vida de los cantantes de la familia Trapp, escrita por María von Trapp en 1949.

Lo bonito es que mientras el bus avanza también se pueden ir conociendo otros puntos de Salzburg y de pueblos cercanos, que luego se pueden recorrer con tranquilidad. Como dato, el centro antiguo de la ciudad fue declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, en 1996.

La primera parada es el espectacular palacio Schloss Leopoldskron, donde grabaron la icónica escena cuando los niños caen al lago. Es una de las locaciones más reconocidas y la casa donde vivía la familia von Trapp en la película. Hoy convertida en un hotel boutique de lujo, es infaltable sacarse fotografías desde el otro lado del lago (con una vista privilegiada).

Seguimos hacia Hellbrunn Palace, el típico inmueble amarrillo, donde se grabaron distintas escenas y, además, se encuentra el gazebo donde Liesl, la hija mayor de los von Trapp (interpretada por Charmain Carr), cantaba y bailaba con su enamorado. Aquí hay una placa en su honor, ya que la actriz falleció en 2016, y se ve a muchas parejas sacándose fotos e imitando la secuencia. Incluso varias personas se han casado allí a lo largo de los años.

El tour luego se dirige hacia Mondsee, una pequeña localidad fuera de Salzburg donde se encuentra el lago de las primeras vistas áreas de la película (como no existían los drones en esa época se hizo la toma en helicóptero y aquí hay un mirador espectacular). En el camino se puede ir disfrutando de las montañas, la vegetación y las canciones.

Así llegamos a otra de las locaciones favoritas: Church Mondsee, donde el capitán von Trapp se casa con María. Por fuera destaca por su color amarillo con franjas blancas, y sus campanarios. Pero en su interior sorprende por lo pequeña que es. Son muchos los turistas que recrean la escena hacia el altar y a la salida hay una tienda de preciosos souvenirs (como las famosas cabras del show de marionetas). Justo al frente una parada imperdible: ir a algunos de los cafés por un chocolate caliente y un strudel de manzana.

De regreso, nos detenemos en el centro de Salzburg, en el precioso Mirabell Garden, donde se encuentran puntos inolvidables como: la fuente de Pegaso, el túnel de parras y las estatuas de los enanos, donde bailan y cantan María y los niños. Como dato curioso, el tour también pasa por fuera de la abadía de Nonnberg (lugar donde María era novicia), pero esta locación no se encuentra sobre el cerro, como muchos piensan por las panorámicas de la película, sino que en medio de la ciudad.

Por eso, al terminar el tour, decidí ir a conocer Hohensalzburg, construida en 1077. Es considerada la fortaleza más grande y mejor conservada de Europa y donde se pueden apreciar las mejores vistas de la ciudad (recomiendo ir al atardecer). También visité el puente de Mozart, por donde pasan María y los niños; lo entretenido de esta ciudad es encontrar fácilmente rincones que aparecieron en la película. Al terminar mi recorrido me fui a mi hostal, a pocas cuadras del centro, a ver La novicia rebelde, porque la proyectaban todas las noches para atraer a los turistas.

EL ENCANTO DE HALLSTATT

A una hora de Salzburg se encuentra Hallstatt, una pintoresca localidad entre las montañas, ubicada en la costa oeste del lago que lleva su mismo nombre. Su encanto radica en sus preciosas casas alpinas, algunas del siglo XVI, sus miradores, cascadas y paseos perfectos para tener un día de relajo.

Si quieres ir por más días se pueden visitar sus minas de sal; se dice que Salzwelten Hallstatt es la más vieja del mundo. También hay varias excavaciones arqueológicas y museos que muestran los descubrimientos en las minas de sal y en los cementerios.

El recorrido parte desde el otro lado del lago, en la estación de tren, y para cruzar hay distintas embarcaciones que te llevan hacia el pueblo (en unos veinte minutos). El paisaje es maravilloso, donde contrastan el agua, la vegetación y las casas. Al llegar no se necesitan guías, pues todo es caminable, pero recomiendo llevar unas buenas zapatillas porque hay muchas escaleras y subidas empinadas hacia los miradores más bonitos.

Como es un destino que se ha hecho muy famoso en los últimos años, sobre todo por redes sociales, recomiendo ir en temporada baja. Así se podrá disfrutar y sacar buenas fotografías sin tanta gente.

Alrededor de la plaza central hay muchos restaurantes y hoteles, pero también se pueden encontrar puestos de comidas más sencillos si se quiere consumir algo al paso. Camino a los miradores, y entre medio de las coloridas casas, aparecen las cascadas, las iglesias (católica y protestante) y un pequeño cementerio, que parece sacado de un cuento, lleno de flores y detalles.

La arquitectura, en general, es muy bonita, también hay artesanía local, paseos en botes y cisnes con pedales, con los que los visitantes pueden moverse por distintos muelles. Como curiosidad, este es el pueblo en el que se inspiró Disney para crear Arendelle, el reino helado de la película Frozen. En verano, primavera, otoño o invierno, su belleza sigue intacta, sólo que cambian sus colores”.