Desde su niñez en el mar hasta convertirse en seleccionada nacional junior, la joven surfista chilena ha hecho del esfuerzo y la perseverancia su sello. Entre viajes, entrenamientos y clases online, Trini representa a una nueva generación que surfea con propósito.
Por María Inés Manzo C. / Fotografía gentileza entrevistada
Tiene solo diecisiete años, pero habla con la madurez y convicción de alguien que ha hecho del mar su segundo hogar. Trinidad Gómez Egaña, o simplemente Trini, vive en Reñaca y desde los doce años encontró en el surf una pasión que hoy guía su vida. Con podios nacionales e internacionales, ha representado a Chile en campeonatos como el Sudamericano de Mar del Plata, el Mundial ISA Junior de Brasil y el de El Salvador.
Recién llegada del ALAS Global Tour —que la tuvieron compitiendo en Puerto Rico, Guatemala y en El Salvador en noviembre— y del Rapa Nui Pro 2025, Motu-Hava en diciembre donde obtuvo el segundo lugar en su categoría, Trini comparte su historia, marcada por la disciplina, el apoyo familiar y un sueño claro: que el surf chileno siga creciendo y que más mujeres se atrevan a tomar una tabla y enfrentar las olas.
“Siempre fui una niña de playa. Mi papá navega, así que desde chica lo acompañaba a las regatas, incluso corríamos algunas en familia. Pero el surf llegó después, cuando viví cinco años en Arica. Tenía doce años y empecé a ir con mi papá a ver campeonatos locales. Una prima de mi primo competía y yo la admiraba mucho. Un día decidí probar y me metí a una escuela de surf. Al principio fue difícil, incluso pensé en dejarlo, pero mi mamá me impulsó a seguir… y menos mal, porque terminé enamorándome de este deporte”.
¿Recuerdas la primera vez que sentiste que realmente estabas surfeando?
Sí, fue una sensación increíble. Sentí que por fin había logrado algo que soñaba. El surf no es solo un deporte, para mí es un estilo de vida. Desde ese momento supe que esto me iba a acompañar por siempre.
¿Qué papel ha jugado tu familia en todo este recorrido?
Fundamental. Sin ellos no estaría acá. Mis papás y mis abuelos me apoyan en todo, Desde los viajes, la organización, la motivación. También tengo marcas que me ayudan, como Stoked (marca chilena de trajes de surf), Kine Activo (centro de rehabilitación y entrenamiento), Club Naval de Campo Las Salinas, Universidad Andrés Bello y restaurante Lumiere, pero el apoyo familiar es lo más grande.
¿Cómo es tu rutina de entrenamiento?
Depende de las mareas y del viento. En Viña surfeo en la mañana, tengo clases, después gimnasio o kinesiología, y muchas veces vuelvo a surfear en la tarde. También entreno en Maitencillo cuatro veces por semana. Estoy siempre en movimiento.
¿Y cómo logras compatibilizar eso con el colegio?
Hago colegio online hace cuatro años. Mis profesores me apoyan mucho, me dan flexibilidad para entregar trabajos y rendir pruebas. Soy súper aplicada, este semestre terminé con promedio 6,9. Mis papás siempre me dijeron que podía dedicarme al surf, pero sin dejar los estudios, y lo he cumplido.
ALTOS Y BAJOS
“He tenido un camino lleno de aprendizajes. Estuve en el programa Promesas Chile (rama Surf del Instituto Nacional del Deporte, IND) y he sido parte de la Selección Nacional Junior. Este año fui a Puerto Rico por mi club gracias a un proyecto que nos ganamos en el Gobierno Regional, y después viajé a Guatemala y a El Salvador, donde fue la final del circuito ALAS. También representé a Chile en el Rapa Nui Pro 2025, Motu-Hava (en Open Damas y Sub18), mi último campeonato del 2025, donde obtuve el segundo lugar en mi categoría. Estoy feliz, he entrenado mucho para esto”.
¿Qué competencias te han marcado más hasta ahora?
Mi primer Nacional, donde salí tercera en sub-14 y cuarta en sub-16. Después vinieron los sudamericanos y los mundiales ISA, en Brasil y El Salvador. Competir representando a Chile es una experiencia única, se siente el apoyo del equipo y la energía de todos los países.
¿Qué haces cuando las cosas no resultan como esperabas?
Antes me frustraba mucho. Ahora trabajo con un psicólogo deportivo y he aprendido a manejarlo mejor. En este deporte, como en la vida, hay altos y bajos. Lo importante es seguir adelante, disfrutar y aprender de cada ola.
¿A quiénes admiras dentro del surf?
A Caroline Marks, del circuito mundial. Me encanta su estilo y su mentalidad. Es una inspiración.
¿Qué significa para ti haber asegurado tu participación en la final del ALAS Global Tour?
Felicidad, porque esa clasificación fue fruto del esfuerzo de todo un año. Obtuve el segundo lugar Sub18 Damas y quinto lugar Open Damas, Latingirl Alas Pro Tour Latinoamericano 2024 en Arica; y gracias a eso logré el pase directo a la gran final que se realizó en El Salvador a fines de noviembre. Fue una oportunidad enorme, donde llegaron parte de los mejores surfistas internacionales, y una experiencia para seguir creciendo.
SOÑAR EN GRANDE
“Mi sueño sería llegar al Championship Tour, el CT, de la World Surf League. Sé que es difícil desde Chile porque el apoyo aún es limitado, pero no lo descarto. También quiero estudiar kinesiología y seguir surfeando siempre, porque el mar es parte de mí”.
Este año no formaste parte de la Selección Nacional de Surf. ¿Qué ocurrió y cuáles son tus metas en ese sentido?
Sí, este año ya no estuve en la selección porque no pude viajar tanto como antes, principalmente por temas de financiamiento. En Chile el apoyo al deporte todavía es muy limitado. Eso hace que llegar lejos sea un desafío doble. No solo hay que entrenar duro, sino también buscar recursos para poder competir afuera. Aun así, estoy súper motivada. Mi sueño es volver a ser parte de la selección el próximo año, representar a Chile nuevamente y demostrar que con esfuerzo y pasión se puede seguir avanzando, incluso, cuando el camino no es fácil.
¿Qué te gustaría que cambiara?
Me encantaría que más marcas y empresas creyeran en este deporte. Que no solo miren al fútbol o a lo tradicional. Hay mucho talento en el surf chileno, pero sin apoyo económico es difícil viajar y competir afuera.
¿Cómo ves la participación femenina en el surf?
Todavía somos pocas. En Viña, la mayoría de las veces soy la única mujer en el agua. Me gustaría que más chicas se atrevieran, que vean que sí se puede. Cuando tú ves a otras mujeres surfeando, te motivas. Por eso quiero enseñar y contagiar esa energía.
¿Vas a retomar hacer clases de surf?
Sí, quiero hacerlo este verano en la escuela del Viña Surfing Club, en La Boca. Enseñar me encanta. En Arica daba clases a niños y adultos y era una experiencia preciosa, porque compartes lo que amas.
¿Cómo te imaginas en unos años?
Estudiando, viajando, surfeando donde haya buenas olas… y, ojalá, viviendo en Bali o Australia. Son lugares que me inspiran mucho. Pero paso a paso, por ahora quiero disfrutar cada ola.
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