Mientras en este año maldito Van Halen se quedó sin Eddie y Rush perdió a Neil Peart, sellando para siempre cualquier posibilidad de renacimiento, AC/DC se declara en rebeldía y renueva su existencia con un nuevo álbum, Power up, el primero en seis años. En el intertanto, los reyes australianos del rock duro estuvieron a un milímetro de la extinción total. Muertes, enfermedades y serios líos con la justicia casi acaban con ellos. Hace cinco años, en medio de la gira Rock or bust, el cantante Brian Johnson quedó prácticamente sordo. No podía escuchar las guitarras y se guiaba en una mezcla de memoria y atención hacia los gestos de los músicos. Millones de fans dieron por sentado que décadas de decibeles pasaban la cuenta, sin embargo Johnson perdió la audición por un descuido absurdo. Fanático de los automóviles de alta velocidad —conduce el show de televisión Cars that rock—, nunca protegió sus oídos y fue el rugir de motores intervenidos la causa del daño.
Si lo de Johnson fue grave, la pérdida del guitarrista, compositor principal y fundador Malcolm Young, en 2017, parecía una causa de cierre definitivo. Retirado tres años antes por una avanzada demencia, falleció a pocas semanas de la partida de George Young, el mentor de AC/DC desde los inicios y productor de los primeros cuatro álbumes, a su vez una estrella por derecho propio con Easybeats y Flash and the pan.
A estas bajas se sumó el bajista Cliff Williams, descolgado del grupo tras finalizar el último tour donde Axl Rose tomó el puesto de Johnson, y los graves problemas con la justicia enfrentados por el baterista Phil Rudd, desde 2014, acusado de amenazas de muerte y posesión de drogas, que le impidieron participar de la gira.
La muerte de Malcolm reunió a la banda en el funeral y Angus Young comenzó a recomponer a AC/DC. Rescató material archivado escrito por su hermano para un nuevo disco, Brian Johnson inició un misterioso tratamiento que le permite cantar nuevamente, Phil Rudd cumplió arresto domiciliario por casi un año y se sometió a terapia psiquiátrica, y Cliff Williams aceptó de inmediato regresar con los viejos compañeros, en tanto el puesto de Malcolm lo ocupa otro familiar, el sobrino Stevie Young. La vieja máquina se reactiva. Aún queda rock en esas calderas.