Al expandir nuestras creencias limitantes, lo que pensamos que es posible y lo que creemos que merecemos, somos capaces de generar más certeza en nuestra vida y eventualmente, incluso, direccionar nuestra fe a cualquier resultado que busquemos.
La Creación Consciente nos explica de qué manera estamos creando nuestra realidad en todo momento. En gran medida no somos conscientes de cómo, pero sí, nuestras creencias subconscientes, con las cuales funcionamos a diario, están teniendo un rol fundamental.
Ahora bien, ¿qué relación tiene la Creación Consciente con la fe? En esta columna quiero que exploremos un tema que muchas veces genera tensión y separación, desde un punto de vista que nos una.
En una palabra podemos resumir la esencia de la Creación Consciente, una disciplina profunda que nos da herramientas concretas para impactar nuestra vida en todo sentido. Esa palabra es: fe.
Sin embargo hay que hacer una importante diferenciación entre “fe” y “Fe” ya que son conceptos muy diferentes. La fe (con minúscula) es la que se refiere a creer y seguir un conjunto de sistemas de creencias que define un credo o religión. La Fe (con mayúscula) es aquella que tiene que ver con la energía de la Certeza. En otras palabras, al saber que trasciende toda duda.
Confundimos fe con Fe constantemente. Cuando preguntamos “¿qué fe sigues?” o “¿cuál es tu fe?”, nos estamos refiriendo a credos, a creencias y, por lo tanto, a “fe”. Por el contrario, el popular dicho cristiano: “El que tiene Fe puede mover montañas” (Mateo 17:20) se estaría refiriendo a “Fe”.
Sin importar la “fe” que tengas, lo que impacta en gran medida tu capacidad de manifestar cualquier cosa en tu vida es “Fe”: incluso milagros. Sin importar la “fe” que tengas (cristianismo, hinduismo, judaísmo, ateo, etc.), si tienes “Fe” puedes influenciar tu realidad.
La confusión está en pensar que cuando pides a quien representa tu “fe” (un dios en particular, un santo específico, un personaje iluminado) es “este” el que está realizando el milagro por ti, cuando la verdad es que se trata de tu «Fe” (Certeza) la que interfiere en tu realidad. Eres tú quien transforma tu vida.
De esta forma, un ateo tiene tanto poder como un “hombre de fe”. Porque el hombre de “fe”, si tiene “Fe”, puede manifestar su realidad con tanta precisión como un ateo con “Fe”.
Si queremos ser Creadores Conscientes efectivos, tenemos que entender cuáles son los componentes en nosotros que impactan nuestra vida. Ahí está el desafío.
¿Cómo generamos Fe en nosotros? Ya entendimos que no se trata de qué creencias adoptamos, eso es cuestión de fe. La Fe, como mencionamos, es certeza y la certeza es “ausencia de duda”. Por lo tanto, para generar certeza debemos mirar los componentes que generan dudas, lo que inevitablemente nos vincula con las creencias subconscientes con las que vivimos.
Cada vez que expresamos “yo sabía que eso iba a suceder” o “nunca tuve duda de eso”, estamos expresando la energía de la certeza. La certeza interna que sentimos en la vida es un indicador de que existe un alineamiento interno y externo para que algo que queremos que suceda (o que intuimos que va a suceder) efectivamente se exprese en nuestra realidad.