Si las radios antes te decían qué escuchar, ahora programan atentas a lo que dictan las plataformas de streaming según sus rankings y números. Es un fenómeno relativamente nuevo que da cuenta de la movilidad promocional de la industria musical. Pero también hay estrategias, hoy plenamente vigentes, que retoman viejas prácticas antes que The Beatles pusiera de moda el venerable LP, cuando eran los singles y no los álbumes los que reportaban ganancias a los sellos. O los videoclips, en algún momento desplazados por los realitys de MTV, resucitados en una nueva era dorada gracias a Youtube y Vimeo.
Otro formato que va y vuelve en ciclos distanciados es la película de un concierto de una banda clásica. El cliché es The Song remains the same (1976) de Led Zeppelin, registro de tres shows en el Madison Square Garden en 1973. A pesar de la fama legendaria del film, el cuarteto quedó disconforme con aquellos shows y hubo problemas en la edición. Lo resolvieron impúdicamente grabando un concierto sin público insertado con las tomas en directo.
La cima de esta casilla es Stop making sense (1984) de Talking Heads dirigida por Jonathan Demme, donde queda claro que la banda liderada por David Byrne jugaba en otra liga en cuanto a refinar la música pop.
El subgénero volvió este año con la exhibición en las grandilocuentes salas Imax de un concierto de Soundgarden de 2013 al cierre de una gira, seguido de The Cure – Anniversary 1978 – 2018 – Live in Hyde Park London, que se proyectará el 29 de agosto en salas de Cinemark, Hoyts y Cinépolis en La Serena, Viña del Mar, Rancagua, Concepción y Santiago. En Norteamérica se exhibirá sólo el 21 de agosto Cinema Strangiato, film con material de la última gira del desaparecido trío canadiense Rush.