Desde su nuevo local, en Viña del Mar, Ambrosio está revolucionando la forma de comer rico en casa con platos listos para llevar. El emporio ofrece productos gourmet que se han transformado en un imperdible a la hora de pensar en un almuerzo o comida. Y lo mejor, sin ollas ni desorden.
La historia parte con cuatro amigos que se juntaban a hacer su propia “Divina Comida”. Uno de ellos siempre llegaba con productos de sabores increíbles y difíciles de encontrar en la región. Sin darse cuenta, pasaron seis meses probando, descartando y afinando lo que, tiempo después, sería la carta de su propio negocio.
El nombre viene del griego: ambrosios, que significa “inmortal”, y está estrechamente ligado con la ambrosía, la comida de los dioses que confería inmortalidad.
“Ambrosio es la suerte de no cocinar”, dicen sus creadores. Aquí no venden congelados genéricos, sino platos pensados y preparados con técnicas de alta cocina, listos para servir.
¿La clave? Todos los productos tienen el sistema sous vide, una técnica francesa del siglo XVIII que consiste en cocinar al vacío y a temperaturas controladas. Eso permite largas cocciones (carnes de 15 horas, marinados de 30 minutos exactos), pero que en la cocina se transforman en platos listos en 8–10 minutos, perfectos de punto, jugosos y con una textura impecable, “como si estuvieran en un restorán”.
¿Qué productos ofrece Ambrosio?
Tenemos muchas alternativas para disfrutar una excelente experiencia gastronómica. Para picotear: quesos y charcutería importada, tártaros de atún o salmón, crudo valdiviano, gravlax, tiraditos de atún, locos, pulpo al olivo, machas y ostiones a la parmesana, trenzas sueltas y quiches. Platos de fondo: chupes de jaiba o loco, risottos, lasañas, carnes ahumadas (brisket, pastrami, pulled pork) y una carta de rellenitos árabes que ha conquistado hasta a nuestros clientes “paisanos”. También tenemos callos, lengua, mechadas y otros clásicos que cuesta encontrar bien hechos. Para postres: el clásico tres leches, mousse, suspiro limeño, tiramisú, castañas y papayas en conserva, además de un excelente café de altura acompañado de bollería belga. Todo esto, con opciones keto, veganas y sin gluten.
RINCÓN CULINARIO
El sello de Ambrosio está en la experiencia completa: elegir, regenerar (calentar bien) y disfrutar. Buscan que, al entrar al local, sientan que por fin pueden comprar “la mesa completa” sin pelear con los gustos de nadie: cada uno elige su plato favorito y en casa se arma un banquete donde todos quedan felices.
Es esa invitación a volver tarde del trabajo, abrir el refrigerador y, en vez de resignarse a un sándwich, saber que ahí te espera un chupe perfecto, un risotto cremoso o un postre que parece sacado de una carta gourmet. “Lo que más comenta la gente cuando vuelven a nuestro local es lo fácil y rico que resulta todo, sin ensuciar ni cocinar, la variedad que tenemos y el “me llevaría todo”.
¿Qué viene a futuro?
El plan es seguir creciendo: tener un mayor flujo de público, corners Ambrosio en puntos estratégicos y un modelo que, incluso, piensa en franquicias. “Para nuestros clientes de siempre tenemos delivery programado sin costo y puntos de retiro para que nadie se quede sin nuestras exquisiteces”.
AMBROSIO
5 Norte 316
@ambrosiochile.cl





















