Felipe Aguilera Barraza: Un paseo entre volcanes

geólogo vulcanólogo UCN

La ciencia está cobrando un importante protagonismo como pilar del desarrollo integral en nuestro país. El conocimiento ya es validado como un recurso importante para el crecimiento, pero sobre todo, para mantener en el foco central la calidad de vida de las personas. En este contexto, investigadores y científicos son un nuevo modelo a seguir.

Por Catalina Aparicio / Fotografías Rodrigo Herrera / Fotografías de apoyo Proyecto Ckuri

¿Se imagina conocer el contenido del centro de la tierra? Pues bien, Felipe Aguilera, doctor en Ciencias mención Geología lo sabe. De hecho, este académico de la UCN e investigador del Núcleo Ckelar y del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN), recuerda que, entre 2005 y 2008, hizo las primeras campañas para obtener muestras de gases de distintos volcanes del norte del país. “En ese tiempo trabajaba solo en mis investigaciones y realicé un catastro desde el límite con Perú hasta la región de Atacama. En el norte de Chile contamos con trece volcanes que tienen fumarolas activas y las excursiones realizadas permitieron obtener muestras de ocho de ellos”, relató.

Con esa experiencia, hoy lidera un FIC (Fondo de la Investigación para la Competitividad), que tiene una duración de cuatro años y que Felipe asegura que es el principio de algo grande. “Mi profesión me apasiona. Además, mi esposa Susana me entiende perfecto, porque también es geóloga. Hoy tenemos a nuestro hijo Agustín de dos años. Es un terremoto y ambos son mi felicidad del día a día y disfruto mucho estar con ambos”.

¿Por qué decidiste seguir esta especialidad?
Entré a la carrera de geología con ese objetivo: ser experto en volcanes, lo encuentro fascinante porque es un mundo complejo para explorar y explotar. Las comunidades y la ciudadanía, en general, debemos tener mayor información sobre estas maravillosas estructuras naturales, especialmente las comunidades que viven en las mismas zonas y lugares cercanos.  No podemos olvidar que algunos volcanes se mantienen activos y aunque hay algunos que en apariencia no registran actividad, podrían recuperarla en cualquier momento.

Por décadas hemos escuchado sobre el gran terremoto que ocurriría en esta parte del mundo, ¿tiene alguna relación con la falla geográfica que tenemos en el norte? ¿Cuál es la relación entre la falla y los volcanes?
El proceso que generan los terremotos es el mismo que generan los volcanes. Hay terremotos que gatillan erupciones volcánicas, pero depende de dónde estés, por ejemplo, en el sur de Chile ha quedado demostrado que la magnitud de un terremoto puede llevar a grandes acontecimientos naturales como la erupción de un volcán. Ahora, en el norte, puede pasar lo mismo, pero se necesitaría de terremotos de magnitudes muy superiores para generar la activación o erupción grande de un volcán. El año noventa y cinco, el gran terremoto que hubo en Antofagasta fue más cercano a la costa y por ello su consecuencia en términos de volcanes fue casi nula.

CIENCIA Y BELLEZA

¿En qué consisten tus investigaciones y por qué es importante conocer sobre volcanes?
El FIC está enfocado en mitigar los riesgos volcánicos en la Región de Antofagasta, la que tiene al menos veintitrés volcanes que se llaman “potencialmente activos”, es decir, que pueden hacer erupción en algún momento. Trabajamos con un equipo multidisciplinario entre profesionales de la geología, ingenieros en informática, como también sicólogos, periodistas, orientados en la difusión.

¿Es un tema que debiera preocuparnos, así como los temblores?
Nuestro trabajo es prevenir a la comunidad sobre lo que significa vivir alrededor de volcanes y las consecuencias que puede tener la activación repentina de ellos. Es importante que nos demos cuenta de que son parte de nuestro paisaje y que no quedan tan lejos como muchas personas piensan. Saber cuáles son las medidas que hay que adoptar frente a un evento natural, entre mucha otra información relevante. Como equipo estamos trabajando varias aristas, como, por ejemplo, la infraestructura del núcleo de Volcanología de la UCN. Se trata de un espacio físico que queremos potenciar y desarrollar. Un lugar que puedan visitar las personas para conocer en qué estamos trabajando. Organizar visitas guiadas y coordinar las caminatas por los distintos lugares de la universidad, para que aquellos visitantes entiendan qué hacemos, cómo lo hacemos y las herramientas con las que contamos para trabajar y desarrollar nuestras investigaciones.

¿Existe interés público en este tema de la volcanología o sigue siendo terreno de científicos?
Creo que las nuevas generaciones se están involucrando más en el estudio de la volcanología. Hay más interés que antes y ello se debe principalmente al trabajo de divulgación científica ejecutado por profesionales, en distintas organizaciones como GIGIDEN y el Núcleo de Investigación en Riesgo Volcánico de la Universidad Católica del Norte, Ckelar Volcanes, además del trabajo que realizamos los diferentes académicos por formar nuevos profesionales de la geología.

¿Qué es lo que destacas de este proyecto, del trabajo y de la investigación que están realizando?
Creo que estamos por buen camino. Este proyecto nos permitirá crecer más como profesionales de la geología y la volcanología. Nuestros estudiantes se van formando no sólo desde la teoría, sino desde la vivencia en terreno y eso es súper enriquecedor. El norte de Chile es un laboratorio natural que permite generar mucho conocimiento.

¿Y qué se viene?
Estamos trabajando también en armar nuestra página web y aspiramos, en el corto plazo, a ejecutar el programa “Volcanólogo por el día”, que estará dirigido a personas curiosas que quieran empaparse de este mundo de la geología y la volcanología.

“Debemos entender que la actividad económica y productiva del norte ha crecido mucho en la Región de Antofagasta, y eso influencia en todo ámbito; por ejemplo, hay empresas mineras que extraen agua en las zonas de los volcanes, hay comunidades cerca, hay pasos fronterizos importantes como Sico y Jama. Al mismo tiempo, la línea eléctrica que pasa entre el sur del Salar de Atacama y Argentina, y el tren Antofagasta–Bolivia, también pasan por áreas volcanológicas y la actividad turística centrada en San Pedro está fuertemente ligada a conocer a estos gigantes de la naturaleza”.

¿Cualquier interesado les puede pedir información?
Como no existe una cultura de saber sobre volcanes, hace que esto sea desafiante. Nos hemos encontrado con comunidades, instituciones y personas en general, que reclaman por no tener toda la información a su alcance. Por eso que ya llevamos un año trabajando en traspasar todos los datos que hemos recolectado por años, para generar los cambios necesarios. Me siento muy contento con lo que estamos logrando porque instituciones como ONEMI, comunidades como Ollagüe y San Pedro de Atacama, como también algunos colegios, nos han recibido muy bien. Seguiremos avanzando para alcanzar la mayor cantidad de cumbres posibles y así aportar conocimientos a las nuevas generaciones.