Sólo es el cincuenta por ciento de la transformación. ¿Sabes cuál es el otro cincuenta por ciento?
Cuando hablamos de procesos de transformación personal, la idea de que “tenemos que mirarnos a nosotros mismos” para ver esos cambios que tanto buscamos, ya no es una locura o una “volada” como lo era hace algunos años atrás. La ciencia, programas de Netflix masivos y los expertos lo avalan cada vez más, pues muestran los resultados efectivos de quienes hacen ese “viaje interno”.
Pero hay un lado B. Como alguien que se ha dedicado a los procesos de expansión y transformación de las personas por años he observado que existe una frustración de la que poco se habla. ¿Te ha pasado que después de atrever a mirarte e iniciar un largo proceso terapéutico te encuentras con la sensación de que muy poco o nada ha cambiado?
Sabes exactamente qué te pasa, qué patrones tienes, de dónde viene tu trauma y por qué se originó en primer lugar… y, sin embargo… todo sigue exactamente igual. Está la comprensión, pero no está el cambio que buscas. Esto produce frustración y una sensación de que por más que te mires, “no puedes contigo misma/o”. ¿Qué está pasando? ¿Dónde estamos fallando?
La respuesta es simple: no basta con entender, se hace necesario el otro cincuenta por ciento, que son las metodologías efectivas que crean ese cambio que buscas. Estas muchas veces no se aplican, porque no se conocen.
Junto a las miles de personas que se han atrevido a mirarse y se frustran por no ver resultados, yo me frustro con ellas, porque la solución es más sencilla de lo que creemos. Y no podemos seguir por el mismo camino que no nos da los resultados que buscamos. Una de las falsas premisas de la sanación o la transformación personal es que necesariamente debemos entender el porqué, cuando esto no siempre es así.
Cuando nos damos cuenta de algo que queremos transformar en nosotros, es necesario tener las herramientas para poder expandir eso que nos contrae, ya que indagar en el pasado una y otra vez buscando las causas muchísimas veces no es suficiente. El otro cincuenta por ciento son las herramientas efectivas que producen el movimiento de un estado A (donde estás hoy) a un estado B (donde quieres estar).
Existen herramientas para cada tipo de proceso. Una herramienta interna es una metodología de transformación personal que te permite no solamente entenderte, sino salir de un estado estancado para llegar a otro.
Viví en Bali muchos años, donde aprendí de expertos en el área el poder que tiene nuestra naturaleza y presencia incondicional (sin juicio) con nosotros mismos, por sobre el análisis incansable. La reflexión que quiero compartir hoy es la de cuestionarnos si tenemos las herramientas internas efectivas en nuestras vidas que producen los cambios que buscamos. Y es también discutir la creencia generalizada de que el único camino del cambio es indagar en nuestro pasado.
Como fundadora de Escuela Mereces y creadora de las metodologías de Creación Consciente, que han apoyado a miles de personas, es mi pasión mostrar formas de lograr lo que buscamos que se salen de lo tradicional, de la idea de esfuerzo, sacrificio y largos procesos cuando, en realidad, todo puede ser más amoroso y rápido cuando sabemos cómo.
La observación y el “darnos cuenta” suele ser el cincuenta por ciento del proceso, el otro cincuenta por ciento está en hacer el trabajo efectivo para completar el proceso. ¿Sabemos cómo?