Estamos a mitad del mes de junio y la naturaleza, como debe ser, va de la mano con el tiempo. El sol se ha ido en retirada calentando cada vez menos, los días nublados lo reemplazan y desde anoche ha comenzado a llover. Gracias a ello, el agua volverá a su nivel en tranques, lagunas y en el regadío de las plantaciones.
Pero hoy temprano, mientras leía los pocos mensajes que recibo en el computador, plaf… se cortó la luz y se acabó el calentador eléctrico en mi pieza, la TV con su noticiario matinal, el refrigerador y el computador duró muy poco más.
Mijita, ¿tenemos velas? Le pregunté a mi señora y justo con su respuesta afirmativa, llegó la luz. ¡Viva Chilquinta!, grité.