Clemente Seguel: La travesía de un campeón

velerista

El esfuerzo y la perseverancia, desde temprana edad, llevaron a Clemente Seguel a ganarse su lugar como el mejor navegante de Chile. Tras su paso por los Juegos Olímpicos París 2024, y la obtención del diploma olímpico, sus desafíos no paran. Ahora mismo se está preparando para una importante gira europea que incluye el Trofeo Princesa Sofía en Palma de Mallorca y la Semana Olímpica Francesa en Hyeres. Y, por supuesto, los Juegos Panamericanos 2027, en Lima, y los Juegos Olímpicos 2028, en Los Ángeles, Estados Unidos.

 Por María Inés Manzo C / Fotografías gentileza entrevistado y agradecimientos a Avène

 Clemente Seguel Lacámara (25) desde muy pequeño demostró un talento innato por los deportes náuticos y una gran conexión con el mar. A los siete años comenzó su historia deportiva en Algarrobo, reconocida como la capital náutica de Chile, y lugar al que llegó a vivir con su familia hace veintitrés años. “Si bien nací en Temuco, nos fuimos a la costa cuando yo era muy chico, me crié allá y por eso siempre me he sentido algarrobino. Para mí, mi familia lo es todo, ha sido imprescindible en mi carrera, siempre lo he dicho. Potenciaron mis habilidades, me llevaban a los entrenamientos, me ayudaban a transportar mi embarcación, me compraron mis implementos. Fue un esfuerzo súper grande, no solamente económico, sino que de tiempo. Creyeron en mí y por eso siempre voy a estar agradecido”, cuenta Clemente.

En su historia deportiva lleva más de diez medallas internacionales, incluyendo el primer lugar en el Campeonato Sudamericano de Vela en Brasil (2019), el segundo lugar en el Mundial Sub-21 en Croacia (2019) y la medalla de plata en los Juegos Panamericanos Santiago 2023. Además de dos Juegos Olímpicos: Tokio 2020, en donde con sólo diecinueve años obtuvo el segundo mejor resultado histórico para Chile en su disciplina, y París 2024, donde logró el octavo lugar en la Medal Race, logrando el primer diploma olímpico para la vela chilena.

DEJANDO HUELLA

Creo que el deporte es clave desde que uno es chico y eso perdura contigo para siempre, aunque no seas un deportista de alto rendimiento… la vida saludable y la actividad física, sin duda logra sacar tu mejor potencial. A mí me ayudó a dedicarme a algo que me hace tremendamente bien y feliz. Por eso lo importante es que los niños y jóvenes escojan una disciplina que les guste, que no se sientan obligados, porque eso ayuda a que luego puedan desarrollarse profesionalmente, si les apasiona, y se vayan abriendo muchas oportunidades”.

Somos un país marítimo, pero no aprovechamos mucho esta ventaja en el deporte, ¿de qué manera crees que podemos acercar a las nuevas generaciones al mar?
Es cierto que el agua del Pacífico es bien fría y nuestras corrientes son bravas, lo cual aleja a varios. Pero hay muchas oportunidades para conocer nuestro mar de manera amable. En ese sentido, creo que son muy importantes los clubes náuticos para poder abrir las puertas a la gente a que navegue y se acerque a todo tipo de deportes que tengan conexión con el mar.

Como experiencia personal —y por lo que he podido apreciar en otros países—, los clubes náuticos son fundamentales para potenciar el deporte. Entonces, la tarea está en que, en general, estos aumenten el rango de captación de niños, que tiene que ver también con valores accesibles y opciones gratuitas. Cuando yo empecé en mi club en Algarrobo éramos cinco y hoy somos más de cuarenta personas; a través de los años se ha notado cómo crece el interés. Además, aquí se crea algo muy importante que es el equipo, porque si bien uno va solo arriba de la embarcación, se necesita ese apoyo. Es muy difícil llegar a cualquier lado si no cuentas con personas que apunten en la misma dirección.

Tu entrenador en tu carrera también ha sido clave…
Sí, el Tincho, el argentino Martín Alsogaray. Partimos el 2019 trabajando juntos y mi curva de crecimiento ha sido increíble con él. Tenemos los mismos objetivos, la misma convicción y ganas, básicamente nos gusta lo que hacemos. Estamos muy concentrados, trabajando con esfuerzo, con metas y objetivos claros.

¿Hoy tu carrera deportiva es tu prioridad número uno?
La verdad es que sí. Ahora estoy dedicado al cien por ciento. Estoy estudiando, en paralelo, Ingeniería Comercial, avanzando en lo que puedo. Cuando tengo tiempo libre me enfoco en un par de ramos por semestre. Esa es otra meta importante de mi vida, que no dejaré en el camino, pero, por el momento, no es la prioridad. Estoy convencido de que ambos sueños son posibles.

SALTO DEPORTIVO

“Hay varios hitos en mi recorrido. El diploma olímpico de París 2024 fue el último, y súper importante, pero no fue el más relevante en mi carrera. Te diría que fue el mundial previo a los Panamericanos, porque me di cuenta de que no estaba disfrutando navegar y eso fue muy raro. Entonces, aunque suene contradictorio, me marcó, porque me di cuenta de que el enfoque estaba puesto netamente en el resultado. Me empecé a frustrar en vez de concentrarme. Ahí toqué fondo y decidí que tenía que replantear mi carrera”.

¿Cómo fue ese proceso?
Hicimos un trabajo muy a conciencia con mi psicóloga y te diría que eso fue vital. Tenía una gran batalla interna de entender por qué estaba odiando algo que me apasiona tanto. Por suerte, pude identificar los problemas y avanzar y eso se vio reflejado en los Panamericanos donde, si bien tuve un comienzo duro, pude mejorar y logré la medalla de plata. Gracias a ello clasifiqué a los JJ.OO. de París.

Un salto deportivo…
Sí. Ahí hubo un salto importante y, sin duda, madurez. El cambio de enfoque me permitió que el rendimiento después fuese mejor. Son experiencias profundas que, seguramente, viven muchos deportistas.

Ese cambio de mentalidad hoy hace que no pienses solo en el podio, ¿te replanteas el sueño de ganar el oro en los JJ.OO. 2028?
Mucho, cuando chico yo soñaba con ganar una medalla en los JJ.OO. Si bien creo que sería muy significativo para mí llegar a un resultado así, hoy mi propósito está en prepararme lo mejor posible, de representar a mi país, más allá de la medalla.

Si se piensa fríamente, son tres medallas para cincuenta participantes, por lo que la probabilidad es súper baja. Nos enfrentamos entre deportistas que venimos con meses y años de preparación. Entonces, en vez de pensar en ello, prefiero concentrarme en las cosas en las que sí tengo control y en las que puedo prepararme para dar lo mejor de mí.

 ¿Y cómo cambia la preparación para tus terceros JJ.OO.?
En la primera experiencia fue todo nuevo, por eso creo que cometí varios errores graves. En la segunda vez, con mi entrenador, intentamos corregir las deficiencias. Y ahora, pasada esa etapa, estamos realizando un trabajo un poco más fino, relacionado con las técnicas de la regata. Sin dejar de lado toda la preparación física, la alimentación, etc.

Lo que sí va a cambiar, es la cantidad de días y campeonatos en los que nos vamos a estar preparando, es decir, vamos a pasar más tiempo afuera de Chile. Para mejorar lo técnico hay que estar navegando, arriba del barco, corriendo regatas. Eso va de la mano de aumentar la intensidad del entrenamiento. En París estuvimos cerca, y allí me di cuenta de la importancia de ir mejorando la técnica.

¿Cuáles son los próximos destinos?
A comienzos de marzo, participé en Campeonato Sudamericano en Paracas, Perú, donde obtuve el cuarto lugar en la clasificación general. Fueron seis días de competencia y un mes completo de entrenamiento. Además, es muy probable que la sede de vela para los Panamericanos de Lima 2027 sea aquí mismo, así que fue una oportunidad tremenda. En noviembre de 2025 tenemos los Juegos Bolivarianos y luego, a fin de año, el plan es ir al río Paraná para entrenar porque el 2026 son los Juegos Sudamericanos. Hay un plan muy armado hasta el 2028.

Y ahora comienza la gira europea…
Sí, a fines de marzo comienza el Trofeo Princesa Sofía en Palma de Mallorca, competencia anual de vela; sigue en abril la Semana Olímpica Francesa en Hyeres y, también, en mayo tendré el Mundial en Qingdao, China.

DEPORTE INCLUSIVO

En febrero de este año, Clemente Seguel fue invitado por Avène a ser el nuevo embajador de la marca y, además, a visitar el Puerto Deportivo de Valparaíso (ubicado en Muelle Barón), para realizar una entretenida clínica de vela al Team Chile del Club Deportivo Náutico Inclusivo de Chile (CDNICH). En la ocasión compartió con las representantes del equipo, Zaida Pérez y Paula Fuentes, para ayudarlas en su preparación al mundial Hansa World Championship 2025, en Australia.

Desde tu experiencia personal también has podido ver de cerca el trabajo del team paralímpico y las enseñanzas de tu hermano Diego…
Sí, ciento por ciento, aunque mi hermano es deportista paralímpico de ski en nieve, lo he visto toda su vida muy apasionado por lo que hace y el gran esfuerzo que ha hecho para lograr sus metas. Creo que es un ejemplo a seguir, yo lo admiro muchísimo. Desde mi vereda de deportista vivo constantemente la exigencia y la presión, sé lo que ello significa, y creo que para él y para otros deportistas paralímpicos, como Zaida o Paula, el desafío es aún mayor. Por lo mismo, la invitación de Avène la tomé con mucho gusto, pues están involucrados no sólo en cuidar la piel y la salud de personas (con líneas dermatológicas y que, además, no contaminan el mar), sino que valoran el deporte.

El apoyo al deporte siempre ha sido un tema en Chile ¿Cómo ves el panorama actual?
Para los deportistas, y no sólo de alto rendimiento, el apoyo económico es fundamental. En el 2019, cuando me encaminé a los JJ.OO. recibí el auspicio del Banco Santander y ese fue el salto que necesitaba para poder profesionalizarme. Estoy muy agradecido de ellos y que sigan creyendo en mí. Pero quiero dejar en claro que, hoy en día, con el aumento del apoyo del Estado, más el de las empresas privadas que se están involucrando, cada vez está mejor el panorama. Eso no quiere decir que no falte apoyo, sin duda hay muchos deportistas que aún no lo tienen. Por eso hago un llamado a seguir creyendo en los talentos jóvenes y en quienes están luchando por mostrar los grandes valores que tenemos en Chile.

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