Viajero incansable, el destacado fotógrafo nacional, Guy Wenborne, ha dedicado su vida a retratar nuestra impresionante y accidentada geografía por cielo, mar y tierra. Por estos días está en una expedición en las islas Robinson Crusoe, pero es el sur de nuestro país el que actualmente le quita el sueño, una naturaleza viva que para él está en constante evolución. Junto a su amigo y colega Fernando Carrasco, está preparando una serie de expediciones desde Punta Arenas al sur. “Mientras más difícil, remoto y extremo en clima y en luz sea un territorio más atractivo es para mí y eso me encanta. Me encanta exponerme a la naturaleza brutal y virgen”.
Texto y fotografías Guy Wenborne
“La fotografía, además de ser mi trabajo, es mi forma de subsistencia con la sociedad y el mundo. Es mi pasión y mi forma de vivir. El fotógrafo de naturaleza no deja de estar alerta a la conexión con ella.
Cuando estaba en segundo medio, en 1982, recibí una Cannon AE1 Program con la que comencé a hacer fotos en el colegio. La cámara pasó a ser mi compañera de viajes y aventuras, sin saber que más adelante iba a tomar en serio esta profesión y se convertiría en mi estilo de vida.
Mi trabajo fotográfico me ha llevado a recorrer, principalmente, todo el territorio nacional, por cielo, mar y tierra. Fue una decisión el dedicar mi trabajo y mi carrera a Chile, a ese Chile profundo, porque sentía que había mucho por descubrir, comunicar y retratar.
Hoy estoy planificando viajes a esos lugares maravillosos que he podido conocer por mi trabajo, específicamente me interesa mucho desarrollar todo el territorio al sur del Estrecho de Magallanes y llevar a gente apasionada por la naturaleza y la fotografía a esos rincones más profundos de la Cordillera de Darwin, Canal Beagle, Seno Almirantazgo, los glaciares, las selvas frías, las bahías, todos esos lugares que me emocionan. Poder compartirlo con otras personas me hace casi más feliz que la fotografía, me llena el alma y el corazón ver sus sonrisas.
“AMÉRICA NACE EN CHILE”
Siempre se habla del fin de mundo cuando se habla de la Patagonia austral. Aunque es un término muy atractivo, tiene ese dejo eurocéntrico que no me gusta tanto. Prefiero definirlo como el inicio, donde nace América, que emerge desde las profundidades del Mar de Drake en el Parque Nacional Cabo de Hornos y desde ese archipiélago se expande hacia el norte como un abanico.
En todo este territorio que pretendo compartir con mis amigos viajeros se trata de ser testigo de una naturaleza viva que está en constante cambio. Siempre me acuerdo de la frase que usó Miguel Laborde: “Chile está crudo” y eso quiere decir que todavía estamos en proceso de formación. Los glaciares, las montañas, las bahías, los bosques, los lagos están en pleno proceso de transformación. No hay nada más bello que una fotografía que cuente una historia geológica, que muestre los procesos dinámicos de la naturaleza en constante creación.
Diversos proyectos editoriales me llevaron a hacer libros de parques nacionales, de bosques y volcanes de Chile, son proyectos que me hicieron viajar a los territorios del archipiélago patagónico que dibujaba de chico en clases de Historia y Geografía.
Algunas de las fotografías más desafiantes han sido en el archipiélago de Cabo de Hornos, porque llegar allá en un avión apto para fotografía aérea es difícil y la expedición dura casi tres semanas. Me contacté con Camilo Rada y Cristián Donoso, grandes exploradores y montañistas de la Patagonia austral chilena, y aproveché de ofrecerles vistas específicas de ciertas montañas para que tuvieran información fresca para sus expediciones.
LOS IMPERDIBLES
Navegando del Estrecho de Magallanes al sur hay varios escenarios increíbles como el monte Sarmiento en pleno Canal Magdalena, caleta Brecknok, en el seno Ocasión, en el Parque nacional Alberto de Agostini, isla Waterman al sur de bahía Cook donde están los volcanes fueguinos, que son los más australes del planeta a excepción de la Antártica. Aunque el Canal Beagle es muy interesante, prefiero la ribera norte del seno Almirantazgo y de la cordillera de Darwin. Todos ellos conforman los parques nacionales Alberto de Agostini, Yendegaia y Cabo de Hornos. La guinda de la torta se la lleva la isla Wollaston en el archipiélago del Cabo de Hornos, una isla maravillosa con cumbres rocosas. Este territorio lo he visitado innumerables veces por aire, mar y tierra.
Hay una foto del monte Sarmiento emergiendo de las nubes en la Patagonia austral que la perseguí durante mucho tiempo. Fue un hito lograr esa toma aérea.
Voy a hacer navegaciones con capacidad para diez pasajeros. Serán viajes entre siete y diez días que se dividirán en diversos tramos: desde Cordillera Darwin por el seno Almirantazgo, desde Punta Arenas a Puerto Williams y desde Puerto Williams al archipiélago del Cabo de Hornos.
Este era un territorio muy poco visitado, con muy pocos recursos logísticos, muy difícil, con un clima tormentoso, duro, frío y hermoso que lo hace tremendamente entretenido. Mientras más difícil, complicado, remoto y extremo en clima y en luz sea un territorio más atractivo es y eso me encanta. Me encanta exponerme a la naturaleza brutal, virgen, de una forma segura y amable”.