A punto de lanzar su disco Giro, donde ella misma hizo los arreglos y composiciones, la cantante de jazz Cecilia Gutiérrez, se encuentra plena y satisfecha con el momento que está viviendo: llena de entusiasmo por su quehacer musical como miembro de destacadas bandas y haciendo vibrar a sus alumnos con la enseñanza de la música.
Por Soledad Posada M. / Fotografías Sonja San Martín D.
De familia chillaneja, Cecilia Gutiérrez siempre escuchó música en su casa. Su mamá, ligada a la tradición folclórica, dirigía el coro de la capilla. Su mamá cantaba y su papá tocaba la guitarra. Creció escuchando variados estilos musicales y aprendiendo diversos instrumentos. Hoy toca acordeón, cuerdas y piano, además de interpretar, cantar jazz y componer sus propias canciones.
Cecilia estudió Pedagogía en Educación Musical e Intérprete en la Universidad de Concepción, además de Intérprete de jazz, en la capital trasandina. Desde esos años, Cecilia viene cantando en diversos escenarios e incluso tiene un primer disco llamado Infusión, que contiene diversas interpretaciones jazzísticas.
Este fin de año no tiene un minuto libre, entre el lanzamiento de su segundo disco, Giro, que significó mucho tiempo extra, las presentaciones personales y las otras puestas en escena, junto a las dos bandas donde canta, Big Band Jazz Concepción y Concepción 14. En este último conjunto, interpreta temas con estilo jazz fusión latinoamericana. Además, finaliza el año en sus dos trabajos como profesora; en el Centro Artístico Cultural de la Dirección de Educación Municipal de Concepción, específicamente en los talleres del programa ACCIONA, donde hace intervenciones de música para alumnos de escuelas vulnerables; y en la Academia de Música de Marlon Romero, donde enseña canto de jazz y canto popular. “Ha sido un año full. Está mucho más movida la escena musical en Concepción, donde se han abierto nuevos escenarios para la música, incluso vienen muchos músicos de Santiago a tocar acá. El público es entusiasta y receptivo. Todos, tanto espectadores como artistas, contribuyen al ambiente que se crea cada noche”, señala.
GIRO
Su estilo de composición, que se refleja en cada tema de su disco Giro, es un jazz posterior a los noventa, que se fusiona con el folclor del mundo. “Es una forma de tocar. Un estilo que tiene elementos de base que vienen del jazz”, aclara. Cecilia hace la letra y música de sus canciones, que indica “no es absolutamente jazz, pues tiene elementos de muchos lugares, música pop, folclor, con scat e improvisación”. En Giro, el disco que lanza en los próximos días, ella hizo todas las composiciones y los arreglos de todos los instrumentos, batería, contrabajo, piano, guitarras y chelo. “Giro está inspirado en la poesía del erudito islámico Rumi, de la corriente espiritual sufí, en la que me basé para crear mis temas”.
Los festivales de jazz también son su pasión, ya que ahí vuelca toda su expresividad al cantar, además que se encuentra con un público apasionado por el jazz.
¿De dónde nace tu pasión por la música?
Es un sentimiento que ha estado en mi desde que nací, o antes quizás. No tengo recuerdos sin música. Al nacer, mi familia jugaba con canciones, celebraba con instrumentos, cantábamos juntos después de la once o en viajes. Mi pasión al ir descubriendo compositores clásicos fue tremenda; paralelo a eso la música latinoamericana, en viajes mirando las montañas sureñas, y luego, ya a los quince años, fanática del jazz y de la música negra. Toda esa información me ha llenado de ideas y ganas de componer y armar formatos musicales.
¿De dónde viene tu inspiración para componer?
Mi primera canción fue como a los ocho años, cantando en cumpleaños, festivales, fiestas de colegio, etc. Desde ahí en adelante siempre buscando melodías y letras, hasta que ahora siento haber encontrado una identidad que reúne todas las músicas que me componen, y todas en conjunto generan un color muy propio, fresco y femenino.
¿Qué significa el lanzamiento de tu primer disco compuesto por ti?
Es muy importante y significativo. Este disco reúne muchas historias, olores, momentos, recuerdos y a su vez incorporo en él armonía, calidez y fuerza para quien lo escuche.
EN VIVO
¿Qué sientes al cantar en un escenario?
Siento la importancia de cuidar mi espacio interno. Si logro conectarme con mi entrega, más que si suena perfecto. Quiero transmitir un estado de entrega y disfrute. Eso se contagia inmediatamente al que escucha, y la gente logra sentir la libertad y expresividad con solo escuchar, pero partiendo por mí, primero. Cuando eso pasa, es maravilloso, en el escenario se logra una magia desde el sonido más potente hasta el silencio más sutil.
¿Dónde sueles cantar?
Siempre estoy cantando en diversos escenarios, sobre todo en lugares como Mal Paso, Esquina Rosada, Bar Callejón, Casa de Salud y también en Sala Andes. Me gustan los festivales de Jazz. Me encantaría seguir en esa línea, como lo he hecho hasta ahora, eligiendo los músicos que comparten escenario conmigo, pero desde ahora con mi música y ojalá en otros países.
¿Qué opinas de la actual escena musical penquista?
Luego del terremoto hubo un gran brote creativo. Actualmente, Concepción en diferentes géneros musicales, tiene un desarrollo ágil y virtuoso, además de espacios muy diversos para exponer. Falta más producción, que se profesionalice un poco más la gestión para conciertos y otras actividades, además de lugares más diurnos donde haya intercambio musical.
¿Quiénes son tus referentes musicales?
Me identifico con muchas y varias músicas. Desde el área clásica, Bach ha sido un permanente de mis estudios de piano y guitarra; Debussy y Arvo Part, entre otros. En el Jazz, Thelonius Monk, Bill Evans, Chet Baker, Ella Fitzgerald, Tigran Hamasyan, Herbie Hancock, Diane Reeves, y mil más. Desde mi origen, Violeta Parra, Inti Illimani, Congreso, Eva Ayllon, Susana Baca, Luzmila Carpio, Petrona Martínez, y muchos más exponentes latinoamericanos.
Y como profesora de canto, ¿qué es lo que más te gusta?
Me encanta explorar y explotar el sonido de las personas. El hecho que cualquier ser de cualquier edad o contexto social llegue a mi clase y experimente el descubrimiento de su sonido vocal sano, libre y expandido. Que, junto con el piano, la persona logre ir soltando amarras y termine viviendo una hora de profunda libertad creativa.
“Ahora siento haber encontrado una identidad que reúne todas las músicas que me componen, y todas en conjunto generan un color muy propio, fresco y femenino”.
“Siempre estoy cantando en diversos escenarios, sobre todo en lugares como Mal Paso, Esquina Rosada, Bar Callejón, Casa de Salud y también en Sala Andes”.