Santiago Ferretti: Tradición familiar

Hijo de inmigrante italiano, su espíritu emprendedor lo llevó a formar una empresa familiar que lleva más de cuarenta años en Viña del Mar, con sucursales en Pucón y Valdivia. Su permanencia en el ecosistema empresarial ha sido toda una aventura que actualmente lo tiene a la cabeza de tres tiendas en la Quinta Región y una fábrica, donde confecciona y ofrece prendas de cashmere y baby alpaca de alta calidad, colorido y textura, “el sello de Santiago Ferretti”, como él mismo dice.

Todo comenzó en la Galería Escorial, en la calle Valparaíso, donde el padre de Santiago abrió Ferretti, una tienda de ropa en la década de los setenta para hombres y mujeres. Un joven Santiago —que había estudiado diseño industrial—, viajaba a la capital para abastecerla y se le ocurrió su primer emprendimiento: carteras de cuero con tejido de lino y algodón. “En esa época las máquinas de tejer eran manuales y fabricar no era fácil, pero compramos una máquina. Nos conseguimos a una señora que tejía a máquina en El Belloto y otra que confeccionaba a pedido en Santa Inés, y partía en moto a dejar los conos de lana nacional de muy buena calidad que traíamos desde Santiago y luego a buscar las prendas ya tejidas”.

Dice que todo lo fueron aprendiendo a pulso. Hubo mucho de ensayo y error, lo normal para cualquier emprendedor.

Más tarde habilitaron una pequeña vitrina en Quillota con 2 Norte como sala de ventas para mostrar sus productos, contrataron una tejedora de planta y, en paralelo, montó un taller de muebles con los recursos que fueron generando.

Con el tiempo esa vitrina emigró a una casa que convirtieron en local y que quedaba a una cuadra, donde ofrecían tejidos y muebles. “La tienda, en un comienzo, se llamó Taller Due, porque lo habíamos ideado con mi señora, Marta Raggi (con la que llevan cuarenta y cinco años de matrimonio), pero luego le puse mi nombre”, recuerda.

Tres años después decidieron cambiarse a una tienda grande, donde pusieron una fábrica propia y empezaron a vender al por mayor. “Contábamos con treinta personas, entre tejedoras, operarias y maestros”.

En los años noventa, lo invitaron a participar como socio en la compra de una fábrica de tejidos en Santiago, una aventura que los llevó a exportar a México y Bolivia, comprar máquinas de tejer de última tecnología, cerrar la fábrica que tenían en Viña, dedicándose solamente a la parte de confección en esa región, y dejar la fábrica de muebles “porque era mucho más interesante concentrarse en una sola cosa”. La devaluación de la moneda mexicana los sumió en una crisis que arrastró a los exportadores chilenos, de la que Santiago tuvo que hacerse cargo como único socio, ya que los demás optaron por irse. “Aguantamos unos diez años, hasta que, en 2002, nos empezó a ir mejor y partimos prácticamente de cero. En pandemia optaron por cerrarla.

Cuando estaba exportando a México, tuvo una fábrica de muebles de pino Oregón con un socio y tuvo la genial idea de hacer molduras de marco y portarretratos. Fue un boom. Village, Sodimac y Kodak requirieron sus servicios, pero la competencia y el mercado asiático los obligó a cerrar.

En paralelo, abrió Pucón con gran recepción por parte del público sureño y, posteriormente, Valdivia.

Ante el cierre de las hilanderías en Santiago y de grandes fábricas nacionales de lana, Santiago optó por importar hilados de Perú e Italia, lo que hace hasta el día de hoy.

Hace doce años que están en la tienda de 3 Poniente, siempre innovando e ideando nuevos productos. Los estantes de lenga lucen chalecos, tapados y suéteres de diversos diseños y texturas. También chaquetas, bufandas, poleras estampadas, blusas de lino y pañuelos de seda que él mismo manda a hacer y compra en sus viajes a Italia, donde visita proveedores y observa con detenimiento el mercado textil. “Con el tiempo fuimos complementando los tejidos para hacer más entretenido el negocio: sombreros de Gonzalo Delpiano, monederos, boinas, pulseras, collares”.

Acaban de abrir una nueva tienda en Open Montemar hace un mes, con la que ya suman cuatro sucursales en Viña del Mar. “Nuestro sello es calidad, colorido y textura, que las prendas estén bien hechas y sean suaves al tacto”.

SANTIAGO: Holanda 23, Providencia / VIÑA DEL MAR: 3 Poniente 398, Galería Escorial 180 Local 8 / CONCÓN: Open Montemar, Las Pelargonias 842, local 23 / PUCÓN: Fresia 355 / VALDIVIA: Centronuevo, Taboada/ Local 114

Instagram: @santiago.ferretti.tejidos